EFE | LA PATRIA | JERUSALÉN
20 de los 45 muertos de la estampida humana en Israel fueron enterrados ayer en la tarde, antes del inicio del Shabat (día de descanso judío), aunque 15 fallecidos aún no se han podido identificar.
Hasta la tarde, unos 32 cadáveres fueron reconocidos por allegados o familiares tras la avalancha que causó casi medio centenar de muertos en la festividad judía de Lag Baomer en el Monte Merón de Galilea (norte del país).
Las familias de los fallecidos -religiosos ultraortodoxos- querían enterrar los cuerpos cuanto antes, según marca la tradición judía, pero el proceso de identificación fue lento al ser "complicado y sensible", indicó el Instituto de Medicina Legal de Israel, encargado de llevar a cabo las tareas de reconocimiento.
Según el Ministerio de Sanidad, el proceso implica detectar las huellas dactilares o las pruebas de ADN de las presuntas víctimas para compararlas con los cuerpos.
La identificación de los cadáveres que quedan seguirá hoy por la tarde, tras acabarse el Shabat.
Entre los fallecidos hay menores de edad y también extranjeros: según el Canal 12 se habría identificado a un joven argentino y al menos a cinco estadounidenses, mientras la Embajada de EE.UU. en Israel intenta corroborar la información.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, habló ayer con el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, y le trasladó sus condolencias por el trágico suceso.
En una declaración remitida por la Casa Blanca, Biden explicó que ha ordenado a su equipo que ofrezca al Gobierno de Israel toda la asistencia que necesite tras este suceso.
Líderes de países de la comunidad internacional mostraron ayer su pesar a las autoridades israelíes. Entre otros, el rey de Jordania, Abdalá II, o el rey de España, Felipe VI, expresaron sus condolencias al presidente del Estado de Israel, Reuvén Rivlin. Este también fue contactado por su homólogo palestino, Mahmud Abás.
"Estamos orando por las víctimas y esperamos la recuperación de los heridos", deseó Abás en una carta enviada a Rivlin.
La consternación en todo Israel por la trágica estampida derivó en gestos de solidaridad que se tradujeron en largas filas de personas para donar sangre en todo el país. Los residentes de localidades árabes de alrededor del Monte Merón también abrieron sus hogares a miembros de los equipos de rescate o evacuados.
Israel no vivía una tragedia de tal magnitud desde 2010, cuando un incendio forestal acabó con la vida de 40 personas.
Aplastadas en el Monte Merón de Galilea
La estampida humana ocurrió durante la multitudinaria celebración judía de Lag Baomer en el Monte Merón de Galilea, en el norte de Israel, entre la noche de jueves y la madrugada de ayer. Unos 100.000 religiosos -en su mayoría ultraortodoxos- se habían congregado en el significativo monte donde se celebraba esta fiesta marcada por cánticos, bailes y hogueras, en el evento más concurrido en el país desde el inicio del coronavirus, que en la madrugada de ayer derivó en una avalancha que acabó con la vida de 45 personas que murieron aplastadas al quedar atrapadas en un estrecho recinto y 150 quedaron heridas
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