EFE | LA PATRIA | RÍO DE JANEIRO
El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva se sentará en el banquillo de los acusados tres veces, después de que un juez aceptara ayer una nueva denuncia en su contra por sospechas de corrupción.
Lula, el presidente más popular de la historia de Brasil, se enfrenta a dos juicios por corrupción, en ambos casos por recibir presuntos pagos y favores de sendas constructoras, y en el tercero por haber tratado de callar a un testigo que le señala como cabecilla de la red que saqueó la petrolera Petrobras durante al menos una década.
El exmandatario también es investigado por el Tribunal Supremo por su supuesta participación en los desvíos de fondos millonarios de la petrolera, pero en este caso no es considerado reo ni se le imputa ningún delito.
Las tres imputaciones se han producido en un estrecho margen de dos meses y medio, entre el pasado 29 de julio y ayer.
El líder del Partido de los Trabajadores (PT) ha rechazado todas las acusaciones y ha denunciado insistentemente que es blanco de una "persecución" por parte de los tribunales, con el objetivo de evitar que sea candidato en las elecciones presidenciales del 2018.
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