La política italiana vive una nueva jornada de confusión tras las declaraciones del exprimer ministro italiano Silvio Berlusconi en las que abrió la posibilidad de retirar su candidatura a las elecciones generales de 2013 en el caso de que el actual jefe del Gobierno, Mario Monti, se presente. Mientras 'Il Cavaliere' participa en Bruselas en la reunión del Partido Popular Europeo, en Italia ayer los líderes políticos y la prensa intentan dar un significado a lo que parece el enésimo cambio de intenciones de Berlusconi.
El líder del progresista Partido Demócrata (PD), Pier Luigi Bersani, confesó ayer en una rueda de prensa estar "estupefacto" por la propuesta de Berlusconi y expresó su convencimiento de que el empresario no vencerá en los comicios del próximo año.
Bersani aseguró que tras las elecciones su formación estará dispuesta a dialogar con las fuerzas del centro, y reiteró su intención, en caso de victoria, de ofrecer un papel a Monti.
Muy crítico también se mostró el líder de los democristianos del UDC, Pier Ferdinando Casini, quien señaló que "Berlusconi se encuentra en un estado de confusión", si después de que su partido, el Pueblo de la Libertad (PDL) retirara el apoyo al Ejecutivo tecnócrata de Monti, ahora promueve su candidatura.
Sin confianza
El presidente de la Cámara de los Diputados, Gianfranco Fini, exaliado de Berlusconi y líder del grupo parlamentario Futuro y Libertad (FLI), comentó que el hecho de que 'Il Cavaliere' considere a Monti una pieza en su tablero de ajedrez demuestra que no se puede confiar en él.
Cuando su candidatura parecía confirmada, Berluconi dio un nuevo golpe de efecto durante un encuentro con la prensa en la presentación de un libro del periodista Bruno Vespa en la que ofreció dar "un paso atrás" en función de cómo evolucionen la situación en las filas conservadoras.
Muy errático y con varias contradicciones, recalcó que en este momento él sigue siendo candidato a las próximas elecciones, pero expresó su disponibilidad a dar marcha atrás si Monti acepta liderar una coalición conservadora de la que entren a formar parte todas las fuerzas de centroderecha, entre ellas la federalista Liga Norte.
Sin embargo, que tenga lugar esa unión parece poco probable, ya que la Liga Norte siempre se ha mostrado muy crítica con Monti, al que no apoyó en la investidura en noviembre de 2011, y ha actuado como partido de oposición durante su año de mandato.
Berlusconi también lanzó la hipótesis de que finalmente el candidato de su partido a jefe del Gobierno acabe siendo el secretario político de la formación, Angelino Alfano, lo que 'a priori' había quedado descartado después de que él confirmara su intención de presentarse a los comicios.
Todo esto podría suponer una nueva estrategia en la que, según algunos analistas, ha podido pensar la Liga Norte, antigua aliada de Gobierno de Berlusconi en su último mandato y cuyo secretario general, Roberto Maroni, ya rechazó en los últimos días una posible renovación de esa unión si 'il Cavaliere' seguía en la primera línea, pero consideraría la posibilidad en el caso de que fuese Alfano.
Miradas en Monti
La atención ahora se centra de nuevo en Mario Monti, que el sábado anunció su intención "irrevocable" de presentar su dimisión después de la aprobación en el Parlamento de la Ley de los Presupuestos, y que ayer rechazó pronunciarse sobre el tema en Bruselas, y aseguró que sigue centrado en su labor de Ejecutivo, tras reunirse con el presidente de la Comisión Europea (CE), José Manuel Durao Barroso.
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