Susana Samhan
EFE | LA PATRIA | Ginebra
El ambiente es tan enrarecido en las conversaciones de paz entre los sirios en Ginebra, que las delegaciones del régimen y de la oposición ni siquiera comparten el ascensor para llegar a la sala de reuniones.
Aunque podría decirse que los miembros del régimen y los opositores se sientan en la misma mesa de negociaciones, la realidad es bien distinta, pues durante las conversaciones están distanciados varios metros.
Ambas delegaciones suelen llegar por separado al Palacio de las Naciones, sede de la ONU en Ginebra, y entran al edificio de las sesiones por puertas y ascensores distintos.
El acceso a la sala donde mantienen los encuentros está vetado a los periodistas.
"No siempre se reúnen en la misma habitación, cuando se quedan en las salas pequeñas el mediador va de una parte a otra", aseguró el portavoz de la ONU Mommal-Vanial, quien agrega que siempre que coinciden en la estancia grande nunca hablan directamente, siempre es a través del mediador en el proceso de paz, Lajdar Brahimi.
El miembro de la delegación opositora Anás al Abdah explica a periodistas con un dibujo en un la habitación en que transcurren en las reuniones en las que todos están juntos: un cuadrado con dos bancadas frente a frente y una mesa más pequeña que preside la sala.
"Aquí se sienta Brahimi", explica Al Abdah, al tiempo que señala con un bolígrafo la mesa pequeña.
En las bancadas se sientan frente a frente los miembros de la delegaciones con sus jefes negociadores, el embajador Bashar al Yafari, del régimen, y Hadi Bahra, de la oposición, en el centro.
Cuando acaban, las delegaciones abandonan la estancia por salidas separadas y salen del edificio por puertas diferentes.
De la misma manera, comen en lugares diferentes y se alojan en hoteles distintos en Ginebra, separados por unos pocos kilómetros.
En varias ocasiones, preguntado por los periodistas en Ginebra, el propio Brahimi ha restado importancia al hecho de que los integrantes de las dos delegaciones no tengan ningún tipo de contacto directo, ya que, en su opinión, es algo lógico en un proceso de negociación como este.
Sirios intentan cruzar la frontera entre Marruecos y España
Decenas de sirios intentaron cruzar ayer la frontera entre Marruecos y España en la ciudad española de Melilla (norte de África), informaron fuentes policiales.
A consecuencia de esta avalancha, el puesto fronterizo de Beni Enzar, el principal de los cuatro que existen entre Melilla y Marruecos, fue cerrado por las policía española, aunque reabierto por la noche.
Las autoridades españolas tuvieron que cerrar la verja ante la llegada "en masa" de un grupo "numeroso" de sirios, que han intentado cruzar a territorio español "a la carrera", informaron a EFE las mencionadas fuentes policiales.
Posteriormente, hasta el puesto fronterizo, se han desplazado varias patrullas de la Policía española, que han establecido un despliegue para evitar la entrada irregular y por la fuerza.
Sobre las 22:20 horas, una vez dispersado al grupo personas, se restableció el tránsito fronterizo, primero de peatones, y minutos más tarde de vehículos.
Cientos de ciudadanos marroquíes que regresaban a su país tras pasar el día en Melilla se habían visto afectados por el cierre, pero finalmente han podido regresar a su país, al igual que algunos melillenses que retornaban a la ciudad.
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