Los refugiados, el juguete de una guerra verbal

Efe | LA PATRIA | ATENAS

Una vieja enemistad entre Grecia y Turquía vuelve a estar en pleno apogeo, con un acuerdo migratorio prácticamente muerto, y los refugiados que anhelan entrar en Europa se han convertido en el juguete de la guerra verbal entre ambos bandos.

Desde que Turquía declarara las fronteras abiertas hace 10 días, el cruce de gases lacrimógenos en el puesto fronterizo de Kastaniés entre las fuerzas de seguridad de ambos países se ha vuelto cotidiano.

Ayer la policía griega repelió con gases los intentos de grupos de migrantes y refugiados de saltar la verja que los separa de la Unión Europea (UE).

Desde el lado turco la respuesta era la misma: gases lacrimógenos contra el lado griego, supuestamente, para "proteger" a los migrantes y refugiados de la violencia policial helena.

La comandancia de la guardia costera turca acusó a su homóloga griega de forzar a los botes a abandonar sus aguas territoriales, "les rompen el motor, agujerean la barca y los abandonan en el mar en una situación desesperada".

Si bien el gobierno heleno ha calificado de "mentiras" todas estas informaciones, son cada vez más numerosos los testimonios que apuntan a que esto ocurre.

El último lo difundieron nada menos que oficiales daneses de la Agencia Europea de Control de Fronteras (Frontex), que aseguraron haber ignorado las órdenes griegas de expulsar de sus aguas territoriales a 33 refugiados, que finalmente trasladaron a la isla de Cos.

Guerra verbal

En una entrevista el viernes por la noche con la cadena estadounidense CNN, el primer ministro de Grecia, Kyriakos Mitsotakis, defendió rotundamente la actuación de los policías fronterizos.

"No veo por qué debemos culparnos de algo que hemos dicho públicamente que haremos. Tenemos todo el derecho a proteger nuestras fronteras y eso es exactamente lo que estamos haciendo. No causamos esta crisis, no alentamos a estas personas a entrar en Grecia ilegalmente", señaló Mitsotakis y recordó que durante años Grecia dio hospitalidad a cientos de miles de refugiados.

"No usamos fuerza excesiva, siempre somos los que respondemos y no los que causamos, respondemos a los desafíos en la frontera", recalcó.

Se han empezado a montar en la frontera terrestre patrullas de ciudadanos griegos que ayudan a evitar que crucen los migrantes.