
EFE | LA PATRIA | PARÍS
EE.UU. esperó ayer a que se completara la toma de Ramadi (Irak) para anunciar la muerte de 10 dirigentes del Estado Islámico (EI), entre ellos un contacto directo del cabecilla de los atentados de París, y cerrar así 2015 con un nota victoriosa que se le había resistido. El portavoz de la misión estadounidense en Irak contra el grupo yihadista, el coronel Steve Warren, anunció en una teleconferencia que desde el 7 al 27 de diciembre han acabado con la vida de 10 líderes del EI en bombardeos en Siria e Irak.
El yihadista francés Charaffe al Mouadan, muerto en Siria el pasado jueves en un bombardeo de la coalición liderada por Estados Unidos, estaba estrechamente vinculado a Samy Amimour, terrorista suicida que actuó en la sala de espectáculos Bataclan de París el 13 de noviembre.
El anuncio de su muerte por el Pentágono hizo que los medios franceses pusieran ayer de relieve la relación de Al Mouadan con Amimour, e incluso las sospechas de que el primero pudo haber estado implicado en la masacre del Bataclan.
Los investigadores de los ataques del 13-N barajan que Al Mouadan fuera la persona que respondía al alias de Suleimán que los yihadistas mencionaron en una conversación.
Según un testigo presente en la sala de conciertos, uno asesino dijo a otro si iba a llamar al citado Suleimán, a lo que esa persona le respondió que no.
Al Mouadan, nacido el 15 de octubre de 1989, de padres marroquíes, se crió en la ciudad de Drancy, en la periferia noreste de París, y allí fue donde conoció a Amimour, sobre quien influyó en su radicalización integrista.
Los dos fueron detenidos e imputados por terrorismo en octubre del 2012 por sus planes para sumarse a grupos yihadistas en Somalia o Yemen.
Quedaron en libertad bajo control judicial, pero pese a ello al año siguiente pudieron viajar a Siria para integrarse en el Estado Islámico (EI).
De acuerdo con el Pentágono, Al Mouadan y los otros líderes del EI muertos estos últimos días en ataques de la coalición en Siria estaban planeando activamente atentados contra Occidente, aunque no se sabe qué planes tenían o si eran inminentes.
Las autoridades estadounidenses señalaron que el terrorista francés también estaba ligado directamente a Abdelhamid Abaaoud, considerado cerebro de los ataques en París del 13 de noviembre, que murió cinco días después en una operación policial en la ciudad de Saint Denis, al norte de la capital francesa.
Ramadi
La expulsión del EI de Ramadi, anunciada oficialmente el lunes, supone la mayor victoria del Ejército iraquí sobre el grupo yihadista, que proclamó a fines de junio del 2014 un califato en las zonas bajo su control de Irak y la vecina Siria.
Pese a que desde hace un año las fuerzas iraquíes cuentan con el apoyo aéreo de una coalición internacional liderada por Estados Unidos, los avances sobre el terreno no habían sido determinantes.
"Después de liberar Ramadi se ha elevado la moral de las fuerzas iraquíes y esto va a ayudar a liberar la ciudad de Mosul, el ultimo bastión del EI", explica el analista político Ali al Yaburi.
Las operaciones para liberar Mosul, conquistada por los extremistas en junio deL 2014, se han retrasado debido a las derrotas previas sufridas por las tropas iraquíes.
Una derrota fue la ocurrida en Ramadi en mayo pasado, cuando ante una ofensiva del EI las fuerzas gubernamentales huyeron atropelladamente de la ciudad.
Desde entonces, el Ejército iraquí ha lanzado varias campañas militares para retomar la ciudad con el apoyo de las fuerzas antiterroristas y de combatientes tribales suníes y de la milicia chií Multitud Popular.
La milicia chií no participó sin embargo en la última fase de la ofensiva, desarrollada esta semana, ante los miedos que suscitaban entre los suníes las posibles venganzas contra sus miembros, como ya ocurrió tras la liberación de la ciudad de Tikrit, que como Ramadi es de mayoría suní.
El analista Al Yaburi afirma que la operación en Ramadi se desarrolló sin excesos y que esto cambió la imagen negativa que tienen parte de los suníes del Ejército iraquí, cuyos altos mandos son mayoritariamente chiíes, y de la Multitud Popular.
Por ello, en su discurso a la nación del lunes, el primer ministro, Haidar al Abadi, destacó: "Los iraquíes de distintas etnias y sectas, con su Ejército, sus fuerzas de seguridad, su Multitud Popular y sus peshmergas (fuerzas kurdas) son los autores de las victorias del pasado, el presente y el futuro contra el EI".
Conscientes de la brecha sectaria, las autoridades iraquíes han subrayado tras la victoria en Ramadi que ésta se logró gracias a la unidad del pueblo y a la participación de combatientes de numerosas provincias y de todo signo, incluyendo a los chiíes, a los que los suníes prefieren excluir de la futura ofensiva contra Mosul.
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