EFE / Naciones Unidas/ LA PATRIA
Más democracia como antídoto contra las múltiples crisis que aquejan a la humanidad. Ésa fue la receta que propusieron la mayoría de los líderes latinoamericanos que intervinieron ayer en la Asamblea General de Naciones Unidas, entre ellos los presidentes Gabriel Boric (Chile), Gustavo Petro (Colombia), Alberto Fernández (Argentina) y Luis Arce (Bolivia), quienes intervinieron en la sesión inaugural de ayer junto con Nayib Bukele (El Salvador) y Jair Bolsonaro (Brasil), que se presenta a la reelección el próximo 2 de octubre.
Gabriel Boric, que en diciembre pasado se convirtió en el mandatario más joven de la historia chilena, fue uno de los que más énfasis puso en la idea de una América Latina más cohesionada y donde haya “más democracia” para enfrentar los problemas que aquejan a las sociedades, se incentive la participación y se respete a quien piensa distinto.
Sobre el abrumador rechazo (62%) de la propuesta de nueva Constitución en el plebiscito del pasado 4 de septiembre, el gobernante chileno puntualizó que aunque “algunos han querido ver el resultado como una derrota” de su Administración, “nunca un Gobierno puede sentirse derrotado cuando el pueblo se pronuncia”.
En tanto, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, quien al igual que Boric se dirigía por primera vez a la Asamblea General de la ONU, pidió acabar con la “irracional” guerra contra las drogas, que según dijo, está destruyendo la selva amazónica y haciéndole un enorme daño a su país.
“Yo les demando desde aquí, desde mi Latinoamérica herida, acabar con la irracional guerra contra las drogas. Disminuir el consumo de drogas no necesita de guerras, necesita que todos construyamos una mejor sociedad”, enfatizó.
Petro también reprobó el empleo del herbicida glifosato para erradicar los cultivos ilícitos en Colombia, una práctica respaldada por Estados Unidos que han empleado habitualmente los Gobiernos de Colombia.
“Para destruir la planta de coca arrojan venenos, glifosato en masa que corre por las aguas, detienen a sus cultivadores y los encarcelan. Por destruir o poseer la hoja de la coca muere un millón de latinoamericanos asesinados y encarcelan a dos millones de afros en la América del Norte”, denunció Petro.
En esta línea crítica con el enfoque clásico de la lucha antidrogas, el presidente de Bolivia, Luis Arce, cuestionó la “unilateralidad” de “algunos países” que incluyen al suyo entre los “principales” productores y traficantes de drogas ilícitas, en alusión a un memorando sobre este problema publicado la semana pasada por la Casa Blanca.
Para Arce, “la guerra contra las drogas, principalmente aquella desatada por Estados Unidos, ha fracasado”, por lo que es necesario que la potencia del norte analice un cambio en sus políticas antinarcóticos, ya que, además, es “uno de los principales” consumidores.
Es por ello que propuso “cambiar el enfoque en el abordaje de la lucha contra el narcotráfico”, ya que hacer énfasis en la oferta y no en la demanda “sólo ha servido como pretexto para la militarización y el despliegue de la guerra internacional contra las drogas”, aseguró.
Como presidente de Brasil, y siguiendo la tradición de la ONU, Jair Bolsonaro fue el primero de los jefes de Estado en intervenir, y tal y como había anunciado, utilizó la tribuna para hacer campaña electoral atacando al exmandatario Luiz Inácio Lula da Silva, su principal competidor en los comicios del próximo 2 de octubre y a quien las encuestas dan por ganador.
El presidente de Brasil, quien es un firme defensor de los valores conservadores asociados al cristianismo, proclamó que su país “abre sus puertas para acoger a los sacerdotes y monjas perseguidos en Nicaragua”.
En nombre de Argentina, su presidente Alberto Fernández, llamó a “recuperar el imperio de la paz” y en alusión a la guerra en Ucrania proclamó que “es imperioso que cesen todas las hostilidades desatadas”.
El mandatario argentino también pidió el cese de los bloqueos económicos contra Cuba y Venezuela al recordar que las únicas sanciones legítimas son las que impone el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
En su intervención, el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, criticó que el formato de la Asamblea General de las Naciones Unidas está “obsoleto”, como ya había proclamado en su intervención en septiembre de 2019, cuando llevaba poco tiempo en el poder.
Aunque no hizo referencia a su anuncio de que buscará en 2024 la reelección inmediata, dijo que su país tiene “el derecho de continuar el camino” de “desarrollo” y remarcó que “la libertad es algo por lo que aún” luchan en El Salvador.
Sigue la Asamblea
Las intervenciones de los líderes mundiales ante el plenario del 77º periodo de sesiones de la Asamblea General de la ONU, que prosigue hoy con la intervención, entre otros, del presidente de EE.UU., Joe Biden, concluirá el próximo lunes 26.
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