La OTAN mostró hoy su "preocupación" por la situación en la república autónoma ucraniana de Crimea y urgió a Rusia a evitar cualquier acción que pueda incrementar la tensión en la crisis de Ucrania y dar pie a malentendidos.
"Estoy extremadamente preocupado por los acontecimientos recientes en Crimea", indicó al término de dos días de reunión de ministros de Defensa de la OTAN el secretario general de la Alianza, Anders Fogh Rasmussen.
"Pido a Rusia que no emprenda ninguna acción que pueda escalar la tensión o crear malentendidos", enfatizó.
Rasmussen participó junto a los ministros en una reunión de la comisión OTAN-Ucrania, a la que asistió también el viceministro ucraniano de Defensa, Oleksandr Oliynyk.
El encuentro ha coincidido con la toma por parte de un grupo armado prorruso de instituciones de Crimea, una acción que Rasmussen tildó de "peligrosa e irresponsable", así como con la decisión de Rusia el miércoles de poner en alerta sus unidades militares en el oeste y centro del país, en las proximidades de la frontera ucraniana, para verificar su disposición combativa.
Ucrania ha vivido un cambio de poder con la destitución del presidente Víktor Yanukóvich el pasado día 22, que siguió a tres meses de manifestaciones opositoras.
El Parlamento de la península de Crimea, que perteneció a Rusia hasta 1954 y que alberga su flota del Mar Negro, propuso hoy celebrar un referéndum para ampliar su nivel de autonomía con respecto a Ucrania.
Rasmussen dejó claro que, al igual que insta a Rusia a evitar incrementar la tensión, también pide a los nuevos líderes en Ucrania "continuar sus esfuerzos para establecer un proceso democrático incluyente que refleje las aspiraciones democráticas de todo el pueblo ucraniano".
También conminó "a todas las partes a apartarse de la confrontación, a que se abstengan de provocaciones y vuelvan al camino del diálogo".
"No tenemos ninguna información que indique que Rusia tenga ningún plan de intervenir militarmente" en Ucrania, matizó, y recordó que el Ejército ruso informó a la OTAN de que el ejercicio que lleva a cabo "no tiene nada que ver con los acontecimientos que están sucediendo en Ucrania".
"No tenemos ninguna información que contradiga la información que nos ha dado la parte rusa", insistió, aunque reconoció que "no hace las cosas más fáciles que haya una coincidencia en el tiempo".
Por su parte, el secretario de Defensa de Estados Unidos, Chuck Hagel, pidió que Rusia sea "transparente sobre estas actividades" y le urgió a "no dar pasos que puedan ser malinterpretados o que lleven a errores de juicio" en un momento "muy delicado" y "de gran tensión".
También confió en que "todas las naciones respeten la soberanía de Ucrania y eviten acciones provocadoras" y dijo que, por ese motivo, EEUU "vigila de cerca los ejercicios militares de Rusia en la frontera ucraniana anunciados ayer".
En esa línea, instó a que todos los países "con un interés en el futuro pacífico de Ucrania trabajen juntos, de manera transparente, para apoyar al Gobierno ucraniano".
Hagel, que pidió rebajar la tensión en la zona y confirmó que mantendrá contactos en los próximos días con su homólogo ruso, afirmó que éstos son "tiempos difíciles, pero también tiempos para un liderazgo tranquilo y sabio del lado ruso y de todas las partes".
Por otra parte, los responsables de Defensa de la OTAN se reunieron este jueves con los países que participan en su misión de combate en Afganistán, ISAF, así como con autoridades afganas.
Rasmussen insistió en la necesidad de que Kabul firme el acuerdo de seguridad bilateral negociado con EEUU para garantizar la presencia de tropas extranjeras en Afganistán más allá de 2014, cuando concluye la ISAF.
Ese acuerdo bilateral es un requisito para que la Alianza Atlántica pueda dar luz verde a una nueva misión de formación, asesoramiento y asistencia a las fuerzas de seguridad.
"Sin el marco legal (...) simplemente no podemos desplegar las tropas de entrenamiento a partir de 2015", mencionó Rasmussen.
La OTAN explora "todas las opciones posibles, incluida la de que podamos no desplegar esas fuerzas", aunque ése no sea "el resultado que queremos, no el que creemos que va en el interés del pueblo afgano", agregó.
"Ninguna nación puede comprometer sus tropas, recursos o a su gente en un nación soberana si no ha sido invitada", apuntó Hagel, quien reconoció que, cuanto más tiempo pase sin que Kabul firme el pacto bilateral, habrá "más erosión de la confianza".
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