Wanda Rudich
EFE I LA PATRIA I VIENA
La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) cumple hoy 60 años de existencia, cuando la incertidumbre se cierne sobre su futuro debido a la aguda crisis causada por la pandemia del coronavirus y la necesidad de frenar el cambio climático.
Tras meses de preparaciones, los actos para conmemorar en Bagdad la conferencia fundacional de la OPEP -que tuvo lugar del 10 al 14 de septiembre de 1960 en la capital iraquí-, tuvieron que ser aplazados hasta nuevo aviso debido al covid-19.
"Es muy inoportuno que no podamos celebrar el aniversario" dijo el secretario general de la organización, Mohamed Barkindo, al anunciar el pasado día 4 la necesidad de postergar los festejos.
Pero mucho más allá que esta inconveniencia, el nuevo virus extendido por todo el planeta ha deparado a los productores de crudo uno de sus años más negros, con un desplome inédito del consumo de hidrocarburos y del precio del "oro negro".
Crisis sin precedentes
Durante las seis décadas de su historia en defensa del valor del crudo, la OPEP ha superado numerosas crisis que han afectado a la cotización del petróleo y, por ende, a sus vitales ingresos, incluidas revoluciones y guerras entre sus socios.
En este contexto cabe recordar, por ejemplo, el embargo petrolero de los países árabes (1973-74), la revolución iraní y la guerra entre Irán e Irak (1979-80), la guerra del Golfo en 1991, o la intervención militar en Irak liderada por Washington en 2003.
Los volátiles "petroprecios" han reaccionado asimismo a todos los descalabros de la economía mundial.
Pero el sector no recuerda un golpe tan fuerte como el vivido este año por el confinamiento de miles de millones de personas en todo el planeta para frenar la expansión del coronavirus.
Ya en marzo se afrontaba un "colapso del mercado sin parangón" con "cifras horribles", dijo Barkindo en unas declaraciones a la asesora internacional IHS Markit, publicadas en la web de la OPEP.
El peor mes fue abril, cuando, según la Agencia Internacional de la Energía (AIE), el mundo dejó de quemar una media de 29 millones de barriles de crudo diarios (mbd).
El 20 de ese mes, el precio del petróleo intermedio de Texas (WTI), la referencia en EEUU, entró en terreno negativo, un hito histórico jamás visto antes. Paralelamente, el crudo Brent, que en enero 2020 había superado los 70 dólares, cayó a menos de 20.
Caído en desgracia
A esta difícil situación se añade la evidente necesidad de prescindir de combustibles fósiles para reducir las emisiones de efecto invernadero. Con ello, el petróleo, que cuando se fundó la OPEP era una codiciada materia primera, motor del crecimiento económico, ha caído en desgracia, aún si los expertos vaticinan que el mundo requerirá todavía muchos barriles en las próximas décadas.
Nuevas alianzas
Aunque los 13 miembros que integran hoy la OPEP cuentan juntos con el 80% de las reservas mundiales de crudo, muchos ven debilitado a este grupo que perdido participación de mercado, debido solo en parte a su política de reducir las extracciones.
Muchos de ellos afrontan graves problemas, como Venezuela e Irán a la cabeza, dos países fundadores cuyas industrias petroleras se han desmoronado debido a crisis económicas y sanciones de EEUU. Convulsiones sociopolíticas azotan también a Libia, Argelia, Irak o Nigeria.
En 2016, la organización se declaró incapaz de controlar sola los precios del crudo que se habían desmoronado por el auge del petróleo de esquisto en Estados Unidos, y entabló la alianza OPEP+, con 24 miembros y el 60 % de la producción mundial de crudo.
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