ALEJANDRO SAMPER ARANGO
LA PATRIA | SANTIAGO DE CHILE
Hablar de política en Chile no es fácil. La herida de la dictadura de Augusto Pinochet, que se extendió por 17 años, todavía no cicatriza y la gente prefiere reservarse sus opiniones y dejar que los expertos hablen. Hasta los analistas fallan en el momento de tomarle el pulso al ambiente electoral chileno.
El pasado 19 de noviembre se realizó la primera vuelta de las elecciones presidenciales para el periodo 2018 - 2022, y el favorito de las encuestas, el expresidente Sebastián Piñera, sufrió un duro revés. A finales de octubre, un sondeo realizado por el Centro de Estudios Públicos (CEP) daba al candidato del partido independiente de centro derecha Chile Vamos con un favoritismo del 44,4%, pero al ir a las urnas sacó el 36,6% de los votos.
A su rival más próximo, el periodista Alejandro Guillier, del partido independiente de centro izquierda Fuerza de la Mayoría lo pintaban con un panorama poco esperanzador. La encuesta del CEP le daba un favoritismo del 19,7%, pero los votantes indicaron otra cosa: 22,6%.
Puede parecer poco, pero si se suman los votos de la candidata Beatriz Sánchez, del partido independiente de izquierda Frente Amplio, que sacó el 20,3%, la izquierda chilena tiene la oportunidad de llegar al Palacio de la Moneda. Es lo que la actual presidenta, Michelle Bachelet, quisiera para dar continuidad a sus proyectos sociales.
Empresarios y personas de estratos altos de Santiago de Chile, sin embargo, ven con malos ojos esas políticas. Al igual que en Colombia creen que el castrochavismo acecha en la sombra. Dicen que acabará con el país austral, y que el mejor lugar de Latinoamérica para vivir y hacer negocios, según una encuesta publicada en octubre por la firma Ipsos, pasará a convertirse en “Chilezuela”.
Radicales
La primera vuelta de las elecciones presidenciales chilenas dejó a Piñera y a Guillier en una carrera a oscuras por el puesto que dejará Bachelet el próximo 11 de marzo. A oscuras porque ninguno de los dos candidatos llegará al cargo con una idea clara sobre lo que será su plan de gobierno.
Tras los comicios de hace un mes, ambos aspirantes debieron rehacer sus programas si querían sumar los votos de los otros contendientes. Un collage de ideas para darle gusto a muchos y a nadie, y que en las últimas semanas los ha radicalizado. Como lo pinta el periodista y analista político, Mirko Macari: “Guillier no tiene ninguna posibilidad de ganar, lo que pasa es que Piñera puede perder”.
El opinador del medio digital El Mostrador señala que el candidato de Chile Vamos tiene todo a favor para retornar a la Presidencia, pero para ello tendrá que tragarse sus planes con el fin de incluir los de José Antonio Kast. Este candidato independiente de derecha, y que goza del apoyo de las élites santiaguinas más conservadoras, obtuvo el 7,9% de los votos y durante su campaña dijo que si Pinochet estuviera vivo “votaría por mí”.
Guillier, por su parte, no se queda atrás. Durante su campaña se mostró como un hombre moderado en sus comentarios, pero luego de las primeras elecciones aseguró que le meterá la mano al bolsillo “a quienes concentran el ingreso”. Un discurso más cercano a las ideas de Beatriz Sánchez y su movimiento - el Frente Amplio - que a las de Fuerza de la Mayoría. Una posición que no sentó bien en los círculos del poder chileno.
Polarizados
Gloria Avendaño, una empresaria colombiana radicada en Chile desde hace 20 años, es dura con las posiciones de Guillier. Alega que no permitirá que las ideas socialistas acaben con lo que tanto esfuerzo le costó y que su voto irá por Piñera “porque es hombre de negocios y sabe cómo funcionan los mercados”.
Da como ejemplo el comportamiento de la Bolsa de valores de Santiago, que cayó 5,86% una vez dieron los resultados de la primera vuelta. “¡Los inversionistas se asustaron! Percibieron que la izquierda tenía un chance y eso es malo para el comercio”, indicó la ejecutiva.
Sandra Jara, una diseñadora chilena que vive en Concepción (la segunda ciudad más grande de Chile), ve a Piñera como el Donald Trump local. “Me da vergüenza su pensamiento de derecha. Para él todo es negocio y va en contra de mis ideales de sociedad y progreso”.
Del expresidente critica las posiciones que tiene en temas sociales, como el migratorio - “no soy un xenófobo, pero no tengo por qué aceptar a cualquier persona que quiera venir a Chile” - y el del pueblo mapuche en la región de la Araucanía - “su terrorismo debe ser combatido con total firmeza y ninguna ambigüedad”.
“Piñera habla y la verdad no sé si piensa”, y como ejemplo da la reciente salida en falso del político durante un debate televisado. Allí aseguró que muchos casos de niños transgéneros “se corrigen con la edad”, comentario que le valió las críticas del Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh), y del que tuvo que disculparse y rectificar - “tal vez el verbo no fue el mas correcto”, dijo el candidato.
Sobre el representante de Fuerza de la Mayoría, la diseñadora indica: “entre los dos candidatos, es el mal menor. Creo que sería más equilibrado a la hora de gobernar”.
Abstencionismo
El último debate antes de las elecciones de hoy evidenció las fortalezas y debilidades de ambos candidatos. Guillier fluyó con naturalidad en temas sociales, como la edad de jubilación y las pensiones, pero se enredó y contestó con evasivas lo económico.
Piñera, en cambio, fue conciso al hablar de números y de los costos de los programas de ambas campañas, pero al hablar de salud o seguridad se dedicó a atacar al actual Gobierno.
No obstante, los analistas políticos señalan que la discusión no motivó al elector indeciso con el fin de llevarlo a las urnas. Para el experto electoral Mauricio Morales, el del pasado lunes fue “el debate más pobre desde el retorno a la democracia; el encuentro entre un gritón y un sordo”.
Para el chileno del común, ambos candidatos representan más de lo mismo. Gane quien gane no cree que vaya a haber un cambio político. Ni a la izquierda ni a la derecha. “Ninguno de ellos aliviará mis deudas, po”, le dice un vigilante a su compañero mientras cambian de turno. Al preguntarles sobre por quién votarán, prefieren cambiar de tema. Porque como se menciona al inicio de este texto, y me lo confirma la diseñadora de Concepción: Hablar de política en Chile no es fácil.
Estas actitudes confirman la posición de Morales, quien da como verdadera ganadora de las próximas elecciones a la abstención. Una que, según el Servicio Nacional Electoral (Servel) podría superar el 54% de los comicios del pasado 19 de noviembre.
Destacado
14 millones de electores están convocados a las urnas para la segunda vuelta de las elecciones a la Presidencia de Chile.
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