Efe | LA PATRIA | La Malbaie (Canadá)
Los líderes del G7 culminarán hoy en Canadá su cumbre anual. La creciente tensión entre el presidente de EE.UU., Donald Trump, y sus principales aliados internacionales, podría causar un cisma en el grupo.
Los peores augurios de un enfrentamiento abierto parecieron mitigarse ligeramente después del almuerzo de trabajo y la foto de familia con los que comenzó la 44 Cumbre del G7, que tiene lugar en la localidad canadiense de La Malbaie.
Fuentes europeas revelaron a Efe que participaron, aparte de los líderes de Alemania, Canadá, EE.UU., Francia, Italia, Japón y el Reino Unido, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, y el de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker.
A la distensión contribuyó que los temas abordados, las perspectivas económicas y la inteligencia artificial, no son los más explosivos de esta cumbre, como puedan ser las relaciones comerciales, el cambio climático y Rusia.
Que se quede en 7
Otra muestra de distensión fue el breve encuentro que mantuvieron Macron y Trump antes del inicio de la cumbre, pese a que previamente la Casa Blanca había anunciado la cancelación de la reunión bilateral.
Macron dejó ayer claro en una rueda de prensa en Ottawa junto al primer ministro canadiense, Justin Trudeau, que Francia no cedería ante EE.UU. en asuntos como cambio climático y el comercio, y que el G7 no necesitaba una declaración final firmada por Washington.
Después Trump contraatacó y acusó a Macron y a Trudeau de mantener políticas comerciales injustas contra su país.
Antes de viajar a Canadá, Trump caldeó aún más el ambiente al afirmar que Rusia debería volver a formar parte del G8, que pasó a ser G7 tras la expulsión de Moscú después de la anexión de la península de Crimea en el 2014 por el presidente ruso, Vladímir Putin.
Tusk fue rápido en responder y rechazó una posible readmisión de Rusia: "Dejemos el G7 como está. El siete es un número de la suerte, al menos en nuestra cultura", aseguró.
La más difícil
El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, reconoció que esta cumbre será la más difícil en años y acusó a Trump de querer cambiar el orden internacional.
Asimismo se mostró preocupado de que el orden internacional basado en normas esté siendo atacado y que este ataque venga de su principal arquitecto y garante, Estados Unidos.
El verdadero test de lo que pueda pasar se producirá en las próximas horas cuando los líderes del G7 entren a fondo en las relaciones comerciales, que han motivado las divisiones entre Trump y sus aliados europeos, canadiense y japonés.
División
Las diferencias entre Estados Unidos y el resto de socios del G7 (Alemania, Canadá, Francia, Gran Bretaña, Italia y Japón) son tan pronunciadas, que la ministra de Asuntos Exteriores canadiense, Chrystia Freeland, reconoció que posiblemente los negociadores no dormirían para intentar sacar adelante el texto final.
Los puntos más contenciosos siguen siendo las referencias al cambio climático, a Rusia, al comercio internacional y el acuerdo nuclear con Irán, temas en los que el presidente estadounidense, Donald Trump, se aparta de sus socios occidentales así como de la postura que venía siendo habitual para EE.UU.
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