Martí Quintana.
EFE | LA PATRIA | MÉXICO
Un silencio espeso, como una mezcla de duelo, trauma e incertidumbre, se apoderó de Juchitán de Zaragoza, el municipio mexicano más impactado por el potente terremoto, el más grande desde 1932, que sacudió el sur y centro de México en la noche del jueves.
"Es muy triste por el suceso y es tal vez el evento más catastrófico que ha tenido Juchitán. (La ciudad) está destruida y donde caminamos está el amigo o el vecino que perdió su hogar. Es muy triste saber que a donde uno va, Juchitán está en ruinas", explicó Edgar Mario.
Él era uno de los curiosos reunidos alrededor de los efectivos de la Marina, el Ejército, Protección Civil y bomberos voluntarios que trabajan en la búsqueda de víctimas y remoción de escombros del Palacio Municipal.
Este edificio, otrora insigne en esta ciudad del Istmo de Tehuantepec, en el sureño estado de Oaxaca, es hoy un triste símbolo del grave impacto que tuvo en este humilde municipio el sismo de magnitud 8,2 en la escala de Richter.
Sienten temor por las réplicas
Según el recuento oficial, en este municipio hay 36 muertos, la mayoría aún bajo los escombros, 7.000 viviendas afectadas y miles de personas damnificadas durmiendo a la intemperie.
Quizás por ello, la gente se agolpaba con una solemnidad poco habitual, sin mediar palabra, frente al Palacio Municipal, y seguía con interés toda acción de las autoridades.
El silencio y la zozobra se respira en esta localidad de unos cien mil habitantes y que registra 36 de los 61 muertos por este fuerte terremoto, convirtiéndose en el epicentro de la tragedia por el número de víctimas mortales.
La zona más afectada es el centro de la ciudad, donde la energía va y viene y el servicio de agua no se ha restablecido.
Para los vecinos, este es un mal menor, pues pasaron las últimas horas sentados frente a sus casas o en un albergue al aire libre que las autoridades habilitaron y donde les ofrecen un colchón para poder descansar.
La población en general vive con pánico las réplicas del movimiento telúrico, que se repiten muchas veces por hora y se sienten con intensidad.
Casi la totalidad de los negocios estaban cerrados tanto en este municipio como en los vecinos Salina Cruz y Tehuantepec.
En el centro, el halo general era el de ciudad fantasma, o en estado de sitio.
El sismo provocó que reventaran las ventanas y escaparates de muchos establecimientos, que hoy tampoco han abierto por miedo a saqueos ante la falta de agua y víveres.
Efecto en Guatemala
La Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred) de Guatemala explicó en su último reporte que contabilizaron 4.705 afectados, y que evacuaron a 90 por estar en riesgo. Cuatro personas resultaros heridas.
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