Daniela Brik
EFE | LA PATRIA | Jerusalén
Israelíes y palestinos retomaron ayer en Jerusalén las negociaciones de paz por primera vez en tres años, en medio del pesimismo general y cumpliendo con la promesa dada a EE.UU. de ejercer la máxima discreción hasta el punto de que poco o nada se sabe del encuentro.
Se trata de la primera reunión que celebran los equipos negociadores de ambas partes desde la ronda preparatoria de Washington a finales de julio, que supuso el pistoletazo de salida al proceso negociador, del que la única certeza que se tiene es el plazo de nueve meses fijado para tratar de llegar a un acuerdo.
Sin una agenda clara, israelíes y palestinos se reúnen desde ayer en Jerusalén para tratar de resolver su histórico conflicto por enésima vez, cinco años después del último intento serio bajo el gobierno del primer ministro israelí, Ehud Olmert.
Lo hacen horas después de que Israel dejó en libertad al primer grupo de 26 presos palestinos detenidos antes de los Acuerdos de Oslo de 1993, medida destinada a allanar el terreno al diálogo.
Hermetismo
A primera hora de la tarde la parte palestina ignoraba aún la hora y el lugar convenido para la cita, y fuentes oficiales palestinas cercanas a las negociaciones revelaban a Efe que estaban pendientes de que los israelíes les convocaran, lo que da una idea del hermetismo en torno al proceso y dejaba en entredicho la propia celebración del encuentro.
Según la radio pública israelí, la convocatoria tiene lugar en Jerusalén y no se difundirán fotografías de la misma, en línea con la absoluta confidencialidad que desean las partes.
Pese a que no ha sido comunicado el lugar, algunos medios apuntan que el histórico Hotel Kind David podría albergar el encuentro.
La ministra israelí de Justicia, Tzipi Livni, acompañada por el asesor del primer ministro Itzjak Moljo, conforman la delegación israelí, mientras que la palestina la encabeza el negociador jefe palestino, Saeb Erekat, y el también negociador Mohamed Shtaye, los mismos actores que participaron en la ronda estadounidense.
Livni declaró ayer a los medios durante una ceremonia en la que juraron los rabinos jefes de Israel, su compromiso "a hacer el esfuerzo por el bien del pueblo de Israel y sus valores. Será complejo y complicado, pero no estoy preparada para rendirme".
Las negociaciones se reanudan gracias a los intensos esfuerzos diplomáticos del secretario de Estado estadounidense, John Kerry, que efectuó seis visitas a la región desde que ostenta el cargo para empujar a las partes a la mesa de negociación.
Sin embargo, y pese a haber logrado que accedan a intentarlo una vez más, las expectativas en ambos lados son exiguas y el ambiente se ha visto enrarecido una vez más por los anuncios hechos días antes por Israel sobre proyectos de construcción de más de 2.000 nuevas viviendas en colonias judías de Cisjordania y Jerusalén Este.
"Está claro que el Gobierno israelí intenta sabotear deliberadamente los esfuerzos de EE.UU. y la comunidad internacional para reanudar las negociaciones aprobando más asentamientos", lamentaba a principios de semana Shtaye.
Asuntos espinosos
Los interlocutores de ambas partes han mantenido incontables conversaciones y presumiblemente abordado los asuntos más espinosos del conflicto, aunque finalmente no hayan resultado fructuosas.
El hecho de que exista familiaridad entre ellos, de que haya un mediador norteamericano al que deban rendir cuentas y que no participen de momento en el proceso los dirigentes de ambos pueblos, Benjamín Netanyahu y Mahmud Abás, puede sin embargo propiciar algún avance respecto a anteriores ocasiones.
El titular israelí de Defensa, Moshé Yaalón, no dejó ayer lugar al optimismo durante una visita al norte del país.
"Nos hemos fijado el objetivo de nueve meses en los que trataremos de alcanzar algo con los palestinos", dijo antes de matizar: "Lo hemos intentado durante 20 años desde Oslo, y 120 de conflicto".
Su número dos, Dany Danón, recalcó que Netanyahu nunca respaldaría una propuesta de paz como la hecha por su antecesor en el cargo, Ehud Olmert.
"No lograremos apoyos (...), ni del Likud ni de toda la nación", declaró a la emisora pública israelí.
Se refería a una iniciativa de paz por la que Olmert propuso que Israel retuviera el 6,5% del territorio ocupado de Cisjordania -Abás ofreció un 1,9%- en un canje territorial, lo que implicaba que 100.000 colonos israelíes abandonarían sus hogares.
La voz experta
Ana María Córdoba Hernández, jefe del Área de Fundamentación y Contexto de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Sabana y experta en el conflicto palestino-israelí, le indicó a LA PATRIA que estas negociaciones no van a llegar al fin del conflicto y que servirán para aumentar la colección de encuentros fallidos. Indicó que son muchos y muy específicos los problemas que hay que resolver para llegar a una paz:
*Jerusalén: ninguno quiere renunciar a que sea la capital de su estado. Israel la ocupa desde la guerra de 1967 y continua con la política de ampliación de asentamientos, justamente anunciaron la construcción de 942 viviendas más en el sur de Jerusalén.
*División palestina: Hamás domina la Franja de Gaza y cuenta con el apoyo popular y de representación en el Consejo Palestino y no aprueba estos diálogos. Como siempre, se sentarán en la mesa solo una facción de los palestinos, los de Al Fatah con Mahmud Abbas a la cabeza.
*Israel no ve una entrega total de los territorios, solamente una sesión de la administración, mientras que los palestinos buscan la conformación de un estado con todo lo que esta palabra conlleva: territorio, población, soberanía y gobierno legal.
*Refugiados: 4 millones 700 mil palestinos viven en campamentos de refugiados. Israel no acepta que regresen y los palestinos sí lo buscan. Se convertiría en un gran problema humanitario.
*Ya son muchos los países de la zona que se han metido a apoyar a los palestinos: Irán, Egipto y Siria, entre otros.
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