EFE | LA PATRIA | Bagdad
Irak pidió ayer a Estados Unidos que lance ataques aéreos contra los insurgentes suníes, encabezados por la organización yihadista Estado Islámico de Irak y el Levante (EIIL), cuyo avance están intentando contener por tierra las fuerzas gubernamentales.
El ministro iraquí de Asuntos Exteriores, Hoshiyar Zebari, anunció que Bagdad ha pedido formalmente a Washington que lleve a cabo "ataques aéreos contra los grupos terroristas" basándose en el acuerdo de seguridad firmado entre ambos países.
En la ciudad saudí de Yeda, donde se celebra una reunión de la Organización de la Cooperación Islámica (OCI), Zebari reconoció que la "solución militar por sí sola no es suficiente" y se necesitan "soluciones políticas radicales".
El titular de Exteriores aseguró que "las fuerzas iraquíes han podido recuperarse del golpe y repeler los ataques", desde que el pasado día 10 los yihadistas tomaron Mosul, la segunda ciudad del país.
El Gobierno del chií Nuri al Maliki ha optado por solicitar ayuda estadounidense en un momento en que los rebeldes se están acercando cada vez más a Bagdad, pese a que el primer ministro en un principio descartó injerencias extranjeras y dijo ser capaz de solucionar la crisis "con sus propias manos".
Contra la refinería
Pero la fragilidad de las fuerzas gubernamentales se ve demostrada a diario con ataques como el que ayer llevaron a cabo los insurgentes contra la principal refinería de petróleo del país, ubicada cerca de la ciudad de Biyi, en la provincia de Saladino, al norte de la capital.
Las fuerzas iraquíes mataron a 40 supuestos terroristas y lograron repeler el ataque con proyectiles, que causaron un incendio en la instalación, cuyos alrededores fueron bombardeados por la aviación iraquí.
No obstante, siguen enfrentándose a los radicales y si no llegan refuerzos podrían perder el control de la refinería, de donde han sido evacuados los trabajadores extranjeros, según fuentes policiales.
La situación también continúa inestable en la localidad de Tal Afar, cerca de la frontera con Siria, en el norte del país, que el Ejército dijo haber recuperado de manos de los radicales en medio de confusas informaciones.
Al menos 21 yihadistas fueron abatidos en Tal Afar, adonde llegaron refuerzos, mientras que otros 21 perecieron en la zona fronteriza de Al Qaem (oeste) y 15 en la provincia de Diyala (al norte de la capital).
A ese baile de cifras oficiales, difícilmente verificables sobre el terreno, se suman las aportadas por otros grupos como la Asociación de Ulemas de Irak, que denunció la ejecución de 100 presos suníes por fuerzas gubernamentales en dos prisiones del país.
Ante las críticas de quienes lo acusan de fomentar el sectarismo, Al Maliki reconoció que las diferencias políticas propiciaron "un ambiente adecuado" para el actual conflicto.
Foto | Archivo EFE | LA PATRIA
Soldados iraquíes en la refinería de Biyi.
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