Efe | LA PATRIA | París
El presidente de Francia, François Hollande, buscó desviar el interés mediático por su vida personal con un discurso centrado en la hoja de ruta para los próximos años, marcada por la necesidad de ahorrar 65.000 millones de euros adicionales antes de finales de 2017.
Su conferencia de prensa anual, atrajo a casi 670 periodistas al Palacio del Elíseo, movidos por conseguir aclaraciones sobre su supuesto romance con la actriz Julie Gayet, y la situación en que esa relación deja a su pareja oficial, Valérie Trierweiler.
Tras media hora de intervención, en la que hizo una radiografía de la economía nacional con mensajes de optimismo y la constatación de que todavía quedan batallas por ganar, el turno de preguntas fue directo al escándalo.
"Todo el mundo, en su vida personal, puede atravesar crisis. Es mi caso. Son momentos dolorosos, pero tengo un principio y es que los asuntos privados se tratan en la intimidad. No es el lugar y el momento de hacerlo", contestó el mandatario a la pregunta de si Trierweiler seguía siendo la primera dama.
Hollande expresó su "total indignación" por la difusión del reportaje que sacó a la luz esa relación, descartó emprender medidas legales, lamentó que se haya violado una "libertad fundamental", la del derecho a la vida privada, y aseguró que, pese a los interrogantes que sus escapadas han levantado, su seguridad está en todo momento garantizada.
La primera parte de su discurso se centró en las medidas con las que espera devolver al país la fortaleza económica perdida, reducir el déficit público y fomentar la creación de empleo.
En 2014, según sus cálculos, espera que se ahorren 15.000 millones de euros, y otros 50.000 entre el año que viene y 2017, con reformas estructurales y la colaboración de las colectividades locales.
"Es algo que jamás se ha hecho, pero equivale solamente al 4% del conjunto de gastos colectivos", indicó el jefe del Estado.
Como eje de su plan económico se alza un pacto de responsabilidad con las empresas y propone menos cotizaciones laborales y menos restricciones a la actividad a cambio de mayores contrataciones y diálogo social.
Durante la intervención, Hollande, no obvió el papel que Francia debe mantener a nivel internacional, y la necesaria cooperación con Alemania.
"El futuro de Europa está ligado a las iniciativas de Francia y de Alemania. Hace falta una convergencia económica: La decisión de Alemania de instaurar un salario mínimo es un primer paso. Es necesario también armonizar las reglas fiscales", señaló Hollande, quien subrayó que no "dejará hacer a quienes quieren acabar con la idea de Europa" y con lo conseguido en el ámbito comunitario.
"¿La popularidad es una ventaja y la impopularidad una desventaja? Creo que lo que debo hacer es permitir que mi país sea más fuerte que al inicio de mi mandato", apuntó Hollande, que dejó clara también su intención de devolver la confianza a un país cuya población, según destacó, se caracteriza por el "pesimismo".
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