
Cristina Cabrejas
EFE | LA PATRIA | Roma
El primer ministro de Italia, Enrico Letta, presentó ayer, como había anunciado, su dimisión al Jefe del Estado, Giorgio Napolitano, después de que su formación, el Partido Demócrata (PD), le diese la espalda y exigiera un nuevo Ejecutivo para sacar al país del inmovilismo.
Ahora la palabra la tiene Napolitano, quien abrió una ronda de consultas con los partidos representados en el Parlamento para buscar una solución a esta crisis de Gobierno.
El procedimiento es el mismo que siguió a la dimisión de Silvio Berlusconi en noviembre de 2011, y posteriormente de Mario Monti en diciembre de 2012, recordó la Jefatura del Estado. Pero esta vez la respuesta está ya escrita.
El PD acudirá ante Napolitano con la solución: el líder de la formación progresista y alcalde de Florencia, Matteo Renzi, está dispuesto a liderar un Gobierno de coalición que agote la legislatura, prevista en 2018, y que realice las reformas necesarias y de impulso al país.
El ambicioso Renzi, como el mismo se definió, se propuso el jueves durante la convención de su partido en primera persona para esta nueva fase, aceptando el riesgo de fracasar y acabar así con su futuro político.
Letta presentó su irrevocable dimisión tras presidir el Consejo de Ministros y brindar con el que hasta ayer fue su equipo, y sin una sola palabra polémica.
"Voy a dimitir. Gracias a quien me ha ayudado", escribió Letta en su perfil de Twitter antes de llegar al Quirinale sólo, conduciendo su propio carro, como aquel 28 de abril de 2013, cuando Napolitano le encargó formar un Ejecutivo que ha durado 300 días y que ha acabado abatido por fuego amigo.
El nuevo Ejecutivo
El Nuevo Centroderecha, el partido de Angelino Alfano, actual vicepresidente del Gobierno y que se escindió de la formación de Silvio Berlusconi, ha anunciado que apoyará al Gobierno de Renzi aunque con algunas condiciones, al igual que el grupo Elección Cívica.
La principal será contar con una importante representación en el Ejecutivo, que está ya diseñando Renzi y en la que se prevén que se confirmen algunas carteras como la de Exteriores, en manos de Emma Bonino, o la de Sanidad, de Beatrice Lorenzin.
El primero en caer será el ministro de Economía, Fabrizio Saccomani, uno de los más criticados por Renzi.
No contará sin embargo con el apoyo de Forza Italia de Silvio Berlusconi, quien ha guardado un silencio que se romperá en la reunión con Napolitano.
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