EFE | LA PATRIA | CARACAS
La fiscal general de Venezuela, Luisa Ortega Díaz, denunció ayer que en su país existe "terrorismo de Estado" y se rebeló contra el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), que congeló ayer sus cuentas bancarias, le prohibió salir del país y acordó enjuiciarla a partir del 4 de julio.
En declaraciones a los medios de comunicación, Ortega Díaz dijo que desconocerá dos sentencias del Supremo emitidas por "unos ilegítimos magistrados", pidió que esos fallos sean anulados y juró que defenderá la vigencia de la actual Constitución "hasta con la vida".
Dichas decisiones otorgan facultades del Ministerio Público a la Defensoría del Pueblo y dan un nuevo aval a la elección de una Asamblea Nacional Constituyente (ANC) el 30 de julio, un proceso que impulsa actualmente el presidente, Nicolás Maduro, para modificar la actual Carta Magna y que la oposición considera fraudulento.
"Se han producido sentencias del TSJ que además de romper el orden constitucional, ya muy maltratado, le entregan la investigación de los derechos humanos posiblemente a quienes violen los derechos humanos", dijo la funcionaria.
Asimismo, recriminó a Maduro sus acusaciones de "terrorismo" contra "un alto porcentaje del país", y añadió: "yo lo que creo es que tenemos un terrorismo de Estado donde se perdió el derecho a manifestar, donde son reprimidas cruelmente las manifestaciones, donde se enjuicia a civiles en justicia militar".
Ortega Díaz indicó además que se están dado "allanamientos sin orden judicial", que no hay "un debido proceso" en las detenciones y acusaciones y que el derecho a elegir y a participar son "caminos que están cerrados". "Esto es terrorismo de Estado", reiteró.
El Tribunal Supremo, por su parte, dictó las medidas cautelares solicitadas por el diputado chavista Pedro Carreño contra la fiscal y detalló que esta resolución fue tomada de forma unánime por todos los magistrados que integran la alta corte "por la presunta comisión de faltas graves en el ejercicio de su cargo".
El jefe del Poder Judicial, Maikel Moreno, denunció además que esta instancia se encuentra "bajo amenaza terrorista", por lo que convocó a los representantes de todos los poderes públicos del país a una reunión de "urgencia" para tratar este asunto y para impedir una "escalada" de violencia.
Este pronunciamiento se produce un día después de que un agente de la policía científica del país caribeño (CICPC) llamado Óscar Pérez hurtara un helicóptero con el que sobrevoló el centro de Caracas y disparó y lanzó granadas contra la sede del Supremo y el Ministerio del Interior.
El ministro de Interior y Justicia, Néstor Reverol, anunció ayer la emisión de una orden de captura internacional contra Pérez con alerta roja a través de Interpol, mientras "fuerzas especiales" continúan tras su pista dentro de la geografía nacional.
Entretanto, el vicepresidente venezolano, Tareck El Aissami, informó que la aeronave usada para dichos ataques fue localizada por las autoridades en una localidad del estado de Vargas, cercano a Caracas, sin que hasta el momento hayan detenido al "agente traidor" o a sus cómplices.
Mientras tanto la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) realizó decenas de "trancazos" en todo el país, una modalidad de protesta que consiste en cortar varias vías del país durante cuatro horas para rechazar el eventual cambio de Constitución.
Estas manifestaciones terminaron con varias personas detenidas y heridas, entre ellas un diputado, mientras que varias concentraciones fueron dispersadas por la fuerza pública, según informaron dirigentes opositores en las redes sociales.
La Fiscalía ha confirmado que dos personas fallecieron ayer en hechos relacionados con la oleada de manifestaciones que sacude al país desde hace casi tres meses, lo que eleva a 78 el total de víctimas mortales que maneja este organismo.
Óscar Pérez, el policía que desafío a Maduro
La imagen de un helicóptero azul de la policía científica venezolana sobrevolando el centro de Caracas con una pancarta que pedía "Libertad" dio la vuelta al mundo y disparó en las redes sociales los rumores de golpe contra el presidente, Nicolás Maduro.
Lo pilotaba Óscar Pérez, un joven agente de esa unidad que casi al mismo tiempo que desde el aparato se disparaba contra el Ministerio del Interior y se lanzaban cuatro granadas contra el Tribunal Supremo exponía en su cuenta de Instagram, hablándole de tú al jefe de Estado, sus motivaciones y reivindicaciones al Gobierno.
El llamamiento de Pérez no ha tenido hasta el momento el efecto por él deseado, ni se tiene constancia hasta ahora de la "coalición entre militares, policiales y civiles" que, según sus vídeos, se había levantado contra el Gobierno.
Pero 24 horas después de su peripecia sigue sin ser detenido y se ha convertido en una celebridad en el país que dijo querer salvar.
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