Fin a la vida delictiva de el Chapo

RUTH E. HERNÁNDEZ BELTRÁN

EFE | LA PATRIA | NUEVA YORK

El narcotraficante mexicano Joaquín El Chapo Guzmán Loera pasará el resto de su vida en una prisión de EE.UU. después se ser condenado ayer por un juez de Nueva York a cadena perpetua, lo que pone fin a la carrera delictiva del capo mexicano.

El juez de la corte federal de Brooklyn Brian Cogan, que presidió el mediático caso contra el famoso líder del cartel de Sinaloa y culpable de 10 cargos de narcotráfico, dictó la sentencia en una atestada sala de periodistas y agentes del orden, luego de explicar que es una condena obligatoria de acuerdo con lo estipulado por la ley.

Con esta sentencia culmina el más importante juicio por narcotráfico en EE.UU., bajo extremas medidas de seguridad, que finalizó en un primer paso el 12 de febrero con el veredicto de culpable por parte de un jurado, para acabar ayer con la condena dictada por el juez.

Además de la cadena perpetua y con arreglo a cada uno de los 10 cargos, también se le impuso 30 años de cárcel por el uso de armas de fuego, que según la acusación utilizó para mantener su imperio de drogas, así como otros 240 meses por el blanqueo de dinero procedente de la venta de narcóticos, en una sentencia que sus abogados ya han dicho que apelarán.

El juez Cogan ordenó la confiscación de 12 mil 600 millones de dólares en compensación al tráfico de miles de toneladas de drogas entre México y Estados Unidos, tal como pidió la Fiscalía, después de que esta haya calculado que el mexicano traficó con 528.276 kilos de cocaína, 202 kilos de heroína y 423.000 kilos de marihuana.

Las palabras del capo

El Chapo, que ayer lució de nuevo su conocido bigote negro y contó con la presencia de su esposa, Emma Coronel, se dirigió al juez durante 15 minutos poco antes de conocer la condena, lo que aprovechó para asegurar que "no hubo justicia" en un país "corrupto" y lamentar sus condiciones de encarcelamiento durante 30 meses en el penal de máxima seguridad de Manhattan.

"Ha sido una tortura física y mental, la situación más inhumana que he vivido en toda mi vida", indicó, para agregar en su alegato: "Cuando fui extraditado (en enero del 2017) esperaba un juicio justo donde mi fama no fuera determinante para administrar justicia, pero pasó lo contrario"

Aseguró al juez que no obtuvo la justicia que esperaba en EE.UU., del que dijo que "no es diferente que cualquier otro país corrupto a los que ustedes no respetan" por haberle negado la oportunidad de un nuevo juicio como había pedido.

La petición surgió luego de que saliera a la luz pública, según declaraciones de un jurado cuya identidad se desconoce, que miembros del tribunal podrían haber desoído las órdenes del juez de no consultar los medios de comunicación ni las redes sociales.

Durante el juicio llegaron a participar 56 testigos cooperantes que la Fiscalía llevó al estrado. 14 de ellos eran antiguos e importantes líderes del cartel o trabajadores del Chapo detenidos en EE.UU. que tenían acuerdos de colaboración con el Gobierno para reducir sus sentencias.

Contaron desde cómo operaba y estaba organizado el cartel, sobre corrupción en gobiernos, lucha entre pandillas, de la vida personal del acusado, hasta las más escalofriantes historias de torturas y asesinatos para mantener la hegemonía de su empresa.

Guzmán Loera, de 62 años, hijo de agricultores, que pasó de una vida de pobreza en su infancia a dirigir el más poderoso cartel, deberá estar aún 60 días en la cárcel federal en Manhattan, de las más seguras del país, hasta que el juez decida su ubicación.

Se prevé no obstante que el Chapo, que protagonizó dos fugas de prisiones en México dignas de una película de Hollywood, pase el resto de su vida en una cárcel ADX de máxima seguridad en Florence, en el estado de Colorado, de la que nadie ha podido escapar.

El juez escuchó ayer el testimonio de la colombiana Andrea Vélez, identificada como víctima de Guzmán Loera y que formó parte del tráfico de drogas, quien aseguró que el Chapo intentó asesinarla poniendo precio a su cabeza.