La exhumación de los restos del expresidente brasileño Joao Goulart para determinar si fue envenenado, cono parte de la Operación Cóndor, comenzó ayer en el cementerio municipal de Sao Borja (sur de Brasil).
El expresidente, conocido popularmente como Jango y considerado un líder progresista simpatizante de la izquierda, fue derrocado por los militares en 1964 y murió en 1976 en un hotel de la localidad argentina de Mercedes, donde se encontraba exiliado, supuestamente a causa de un ataque cardíaco.
"Las técnicas modernas pueden revelar resultados y generar conclusiones, pero dejemos que los expertos trabajen y ojalá consigan demostrar la verdad", afirmó el ministro brasileño de Justicia, José Eduardo Cardozo, quien asistió a la exhumación.
El objetivo es determinar si Goulart fue envenenado como parte del plan coordinado de eliminación de opositores que desarrollaron los regímenes militares del Cono Sur en los años 70 y 80, conocido como Operación Cóndor.
Según Cardozo, en caso de que la hipótesis de envenenamiento sea comprobada, el Gobierno evaluará las medidas que tendrá que adoptar.
"La exhumación es un momento crucial y simbólicamente muy importante para el pueblo brasileño", afirmó Cardozo, testigo de los trabajos de los peritos junto a la ministra de la Secretaría de Derechos Humanos de la Presidencia, María do Rosario Nunes, y los familiares de Goulart.
Los restos mortales serán trasladados hoy a Brasilia, donde se realizarán los exámenes forenses. En la capital serán recibidos con honores de jefe de Estado por la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, y algunos exmandatarios.
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