GEOVANNY MARTÍNEZ
LA PATRIA | MANIZALES
Evo Morales desea repetir la fórmula de Álvaro Uribe Vélez en Colombia y Cristina Fernández de Kirchner en Argentina, gobernar en cuerpo ajeno, busca retomar el poder que ostentó durante 14 años en Bolivia y que perdió en noviembre del 2019 tras unas elecciones que fueron anuladas por denuncias de fraude.
Su candidato a la Presidencia es su exministro de Economía, Luis Arce, quien lidera las encuestas y representa el Movimiento al Socialismo (MAS). Al frente tiene cuatro rivales, pero solo dos, el expresidente Carlos Mesa y el exlíder cívico Luis Fernando Camacho, pueden atravesarse en el camino del MAS de volver a gobernar.
La salida de Morales dejó un vacío de poder, porque con él dimitieron quienes podían sucederle constitucionalmente.
La senadora de la oposición Jeanine Áñez activó un mecanismo sucesorio y asumió la Presidencia interina con el aval del Tribunal Constitucional con la promesa de volver a celebrar los comicios el 3 de mayo, pero llegó la pandemia de la covid-19 y la fecha se pospuso para el 6 de septiembre y después para el 18 de octubre.
Estefanía Camargo Usnayo, presidenta de la Asociación de Mujeres Líderes “Domitila Chungara” y directora Nacional en Bolivia de la organización internacional Jóvenes por Latinoamérica, explica que está en juego la democracia y estabilidad económica del país, por todos los conflictos que hubo desde la primera elección fallida. “Ha existido una incertidumbre del manejo del poder.
No existe una gestión transitoria transparente, se han aprovechado de los sucesos para prolongar su poder siendo juez y parte, sin embargo, en estas elecciones es la oportunidad de tomar la democracia, respetando cada ideología política, pero sin perjudicar a nuestras poblaciones más vulnerables, estas elecciones son nuestra esperanza de salir de una crisis económica, social y ambiental”, reflexiona Camargo Usnayo.
Buscan estabilidad
La economía boliviana registró una caída del 7,9% de enero a julio y se prevé que cierre el año con un descenso de 6,2%. El déficit superó los 2.800 millones de dólares en el primer semestre, una cifra que estaba calculada para finales del 2020, y el desempleo subió al 11,8%. “La pandemia nos dejó deudas y desempleo, se ha visibilizado más fuerte la lucha de clases, racismo y discriminación, nuestros bosques, ríos, fauna y flora están muriendo con los incendios provocados por gente inconsciente, es por esa razón que estas elecciones son importantes para devolver la libertad, justicia y la democracia ante las injusticias y el extractivismo”, añade la presidenta de la Asociación de Mujeres Líderes “Domitila Chungara”.
Cecilia Huaynoca Guzmán, de 23 años, activista feminista que lucha por los derechos de las mujeres y por los DD.HH. en Bolivia, espera que estas elecciones le den la estabilidad democrática que necesita el país y la posibilidad de que una fuerza opositora pueda ser protagonista del proceso político desde el ejecutivo dejando de ser protagonista el MAS. “Escribir un nuevo capítulo en la política en el que el protagonista sea el pueblo boliviano, creo fielmente en que después de que se haya probado un fraude electoral en el 2019, nosotros tenemos que ser más controladores y veedores para que se lleven unas elecciones limpias y transparentes”, aclara Huaynoca Guzmán.
Evo Morales, por primera vez desde 1989, no estará en el proceso electoral de Bolivia. Intentó participar en los comicios de hoy como candidato al Senado, pero el Tribunal Supremo Electoral lo inhabilitó por incumplir el requisito de residencia en Bolivia.
El expresidente salió exiliado a México en noviembre del año pasado denunciando un golpe de Estado, después de que llegó a la Presidencia en 2006 en la que se mantuvo 14 años torciendo la Constitución que él mismo promulgó para buscar su cuarto periodo. Hoy espera retornar al poder en cuerpo ajeno, pues se ha mantenido como jefe de campaña electoral de su partido, pero desde la distancia en Argentina, donde es protegido por el Gobierno de los Fernández.
Geopolítica
Si gana Carlos Mesa o Luis Fernando Camacho la derecha en Latinoamérica continuará con un aliado, pero si vuelve el MAS al poder será un revés para el Grupo de Lima que apoya como presidente encargado de Venezuela al opositor Juan Guaidó.
El MAS tiene como aliados a Rusia, China, Cuba y Venezuela y bloques como la Unasur, la Celac y el Alba, por la afinidad ideológica de Evo Morales con los gobernantes que impulsaron esas entidades.
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