Cristina Cabrejas
EFE | Ciudad del Vaticano
El papa Francisco llegó ayer a Chile, donde el Vaticano no ha descartado que se pueda encontrar con una delegación de víctimas de abusos sexuales por sacerdotes chilenos, y el jueves se trasladará a Perú.
"No está en el programa. El tema es importante, y los mejores encuentros son los privados", dejo caer el portavoz vaticano, Greg Burke, al ser preguntado por la posibilidad de una reunión de Francisco con víctimas chilenas de los abusos por religiosos.
La llegada de Francisco ha revivido el escándalo de los curas pederastas y la organización Bishop Accountability publicó esta semana un listado con 80 sacerdotes, clérigos y una monja acusados de abusos sexuales en contra de menores de edad en el país suramericano.
Tanto desde el clero chileno como peruano se ha destacado la importancia de tener un gesto con quienes han sufrido abusos sexuales, como han planteado distintos sectores de la sociedad chilena.
Las palabras del portavoz vaticano dejan abierta esta posibilidad como ya ha ocurrido en otros viajes de los pontífices en los que se encontraron en privado, sin previo anuncio, con víctimas de los abusos sexuales.
En el 2015
El mismo papa Francisco se reunió en Filadelfia (EEUU), durante su viaje a este país y Cuba en el 2015, con un grupo de víctimas de abusos sexuales cometidos por miembros de la Iglesia, y lo anunció al comienzo de un encuentro con obispos en esta ciudad.
El lugar para este tipo de encuentros privados suele ser la nunciatura, donde el papa descansa y se aloja durante los viajes internacionales.
Será más difícil que Francisco reciba a los laicos de la diócesis de Osorno, en el sur de Chile, que piden desde hace meses la destitución del obispo chileno Juan Barros, nombrado por el papa argentino, por sus vinculaciones con el encubrimiento de abusos sexuales del sacerdote Fernando Karadima.
Karadima fue considerado en febrero del 2011 por el Vaticano culpable de cometer abusos sexuales y lo condenó a una vida de oración y penitencia.
Una carta del papa fechada en el 2015 y filtrada por la agencia AP planteaba la concesión de un año sabático a Barros y los obispos Horacio Valenzuela y Tomislav Koljatic, también señalados como encubridores de Karadima.
Mientras que se ha confirmado que Francisco saludará a dos personas (se cree un hombre y una mujer) que fueron víctimas de la dictadura militar de Augusto Pinochet en Chile y que le entregarán una carta.
El saludo se producirá antes de la misa que el pontífice celebrará en la ciudad de Iquique, donde Pinochet mandó construir dos de los centros secretos de detención y tortura.
Lo que sigue
Según el programa, en Santiago se reunirá hoy con las autoridades chilenas y al cuerpo diplomático en el Palacio La Moneda y después oficiará una misa multitudinaria, a la que se espera asistan 500.000 personas, en el Parque O'Higgins.
Durante la tarde, el pontífice argentino visitará la prisión femenina de San Joaquín y luego se trasladará a la catedral de Santiago para un encuentro con los religiosos y religiosas y realizará una visita privada al santuario de San Alberto Hurtado.
Mañana viajará a Temuco, en la región de la Araucanía, territorio reivindicado por el pueblo originario de los Mapuches, donde celebrará una misa en el Aeropuerto de Maquehue.
Celebrará misa en Iquique el jueves y después viajará a Perú, donde además de las visitas institucionales tiene previsto desplazarse a Puerto Maldonado (sureste) para mantener un encuentro con representantes de los pueblos de la Amazonía.
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