
EFE|LA PATRIA|MOSCÚ
31 personas murieron ayer al estrellarse un avión de pasajeros ATR-72 en el norte de Siberia, accidente al que sobrevivieron 12 ocupantes, que están hospitalizados en estado de extrema gravedad.
El aparato de la compañía aérea rusa UTair se estrelló a las 1:50 de la mañana, después de despegar del aeropuerto de Tiumén con destino a la ciudad de Surgut, informó el Ministerio de Rusia para Situaciones de Emergencia.
"El avión alcanzó a elevarse unos 100 metros. Luego se perdió la comunicación. Por lo visto, el aparato tuvo problemas al despegar y los tripulantes intentaron realizar un aterrizaje de emergencia", dijo una fuente policial citada por al agencia Interfax.
A bordo del avión, un bimotor turbohélice de fabricación francesa, iban 43 personas -39 pasajeros y cuatro tripulantes-, informó la compañía. Según el comunicado de UTair, entre las víctimas mortales se encuentran todos los miembros de la tripulación del aparato siniestrado.
Por su parte, el Comité de Instrucción (CI) de Rusia indicó que la investigación de las causas de accidente baraja varias hipótesis de trabajo: un fallo técnico, un error de los pilotos o de los servicios de tierra.
Sin embargo, el portavoz del CI, Vladimir Markin, señaló que la principal línea de investigación se centra en un posible desperfecto técnico del turbohélice.
Markin agregó que testigos declararon haber visto cómo salía humo de los motores del avión en el momento en que se precipitaba a tierra, en campo abierto a unos 40 kilómetros de la pista desde donde había despegado minutos antes.
"Además, esta versión se confirma por la actuación de los pilotos, que inmediatamente después del despegue comenzaron a virar en dirección al aeropuerto de Tiumén", dijo el portavoz, que subrayó que ha sido descartada toda posibilidad de un atentado terrorista.
Agregó que la cabina de los pilotos quedó en relativamente buen estado, al igual que los registradores de datos, las "cajas negras", lo cual "ayudará a establecer las causas del accidente".
Markin dijo que el aparato siniestrado, fabricado en 1991 y puesto en explotación al año siguiente, fue sometido en el 2010 a una revisión general en Alemania, tenía 35 mil horas de vuelo y su última inspección reglamentaria había sido efectuada en Tiumén hace dos meses.
Muchos pasajeros del vuelo UT120 eran empleados de compañías petroleras que operan en la región de Tiumén, que alberga ingentes reservas de hidrocarburos.
Dos horas después del accidente, un segundo avión de UTair, un Boeing 747, se vio obligado a abortar el despegue por problemas técnicos cuando ya rodaba por la pista del aeropuerto de Tiumén, informaron las autoridades locales.
El gobierno regional dispuso el pago de cerca de 50 mil dólares a las familias de los fallecidos y de unos 30 mil dólares a las de los pasajeros heridos.
El presidente de Rusia, Dmitri Medvédev, dio instrucciones de prestar todo tipo de asistencia a los heridos y a los familiares de la víctimas mortales del accidente, entre las que no hay menores.
"El Gobierno Federal y las autoridades locales deben adoptar las medidas necesarias para respaldar a las familias de las víctimas. Y hay que hacerlo rápido", dijo Medvédev en reunión con la ministra de Sanidad, Tatiana Golíkova, según las agencias rusas.
Tras conocer la noticia del accidente, el jefe Estado suspendió una reunión con los líderes de varios partidos opositores a los que hasta hora se les ha negado su registro legal.
El gobernador de Tiumén, Vladímir Yákushev, decretó tres días de duelo en la región en memoria de la víctimas del accidente aéreo.
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