RAFAEL CAÑAS
EFE | LA PATRIA | MADRID
Los socialistas españoles (PSOE), liderados por el presidente del Gobierno Pedro Sánchez, ganaron las elecciones de ayer con unos resultados que le obligarán a formar una mayoría de gobierno con otros partidos, mientras que la ultraderecha entra con fuerza en el Parlamento.
El PSOE logró 123 diputados, en un Congreso de 350 escaños, tras conseguir un 28,69% de los votos (con un 99,53% escrutado), lo que supone una fuerte subida sobre los 84 legisladores que tenía hasta ahora.
Además, los socialistas se han asegurado la mayoría absoluta en el Senado. Se trata de la primera victoria nacional del PSOE desde las elecciones del 2008, bajo el liderazgo de José Luis Rodríguez Zapatero.
"Los españoles quieren claramente que el Partido Socialista Obrero Español gobierne y lidere el país durante los próximos cuatro años", anunció un eufórico Sánchez ante miles de seguidores agolpados en la calle ante la sede de su partido.
Sánchez tendió la mano "a todos los grupos para gobernar dentro de la Constitución", en lo que pareció una advertencia a los independentistas catalanes.
El PP se desplomó
El Partido Popular (PP, conservador) registró el peor resultado de su historia, con un 16,69% de los sufragios y 66 diputados, un fortísimo desplome desde los 137 escaños que tenía hasta ahora.
El líder del PP, Pablo Casado, reconoció el resultado "muy malo" y lo atribuyó en buena parte a la división del voto de la derecha en tres partidos: el mismo PP, el ultraderechista Vox y el liberal Ciudadanos.
"La fragmentación solo ha favorecido a un gobierno de Pedro Sánchez", recalcó al respecto.
En tercer lugar y peligrosamente cerca del PP quedan los liberales de Ciudadanos (C's), con un 15,85% y 57 diputados (antes tenían 32).
El presidente de C's, Albert Rivera, subrayó este fuerte aumento y pareció dar por sentado que su partido pasará a la oposición y no pactará con el PSOE, a pesar de que ambas formaciones tendrían mayoría absoluta en el Parlamento.
"Vamos a ser una oposición leal a la Constitución, a la economía de mercado, a Europa", aseguró Rivera, quien advirtió de que "a los que gobiernan les vamos a vigilar muy de cerca".
La coalición izquierdista Unidas Podemos (UP) logró el 14,31% de los sufragios, con 42 diputados, una caída frente a los 71 con que contaba hasta ahora.
Su líder, Pablo Iglesias, declaró que aunque el resultado no es el que deseaban, sí es "suficiente" porque permite "frenar a la derecha y la extrema derecha" y empezar "construir un gobierno de coalición de izquierda".
Llega la ultraderecha
El ultraderechista Vox irrumpe con fuerza en el Parlamento con 24 escaños gracias al 10,24% de votos a escala nacional.
"Esto es solo el principio, Vox ha venido para quedarse", aseguró a sus fieles el presidente de la formación, Santiago Abascal, quien anunció que comienza "la reconquista" de España, un lema usado por esta formación durante la campaña y que se alimenta de la histórica expulsión de los musulmanes de España en el siglo XV.
El partido catalán ERC, independentista de izquierda, aumenta hasta el 3,86% los votos y 15 diputados, frente a los 9 que tenía.
En total, los partidos independentistas catalanes obtuvieron 22 diputados, frente a los 17 que tenían antes, de entre los 48 escaños de esa región.
Con estos resultados, Sánchez podría lograr una mayoría de Gobierno (176 escaños) que reúna a UP, los nacionalistas vascos del PNV (6 diputados) y algunos partidos de izquierda de menor entidad.
El presidente del PNV, Andoni Ortúzar, ofreció una "mano tendida" para una nueva etapa en el Estado español de "diálogo y soluciones" desde la asunción de la "realidad plurinacional" del Estado español.
La participación fue del 75,58%, de las más importantes desde el retorno de la democracia en España con las elecciones de 1977.
Los comicios se desarrollaron "con tranquilidad y sin incidencias", destacó el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, en la conferencia de prensa oficial al término de los comicios.
El líder socialista español, Pedro Sánchez, logra, con su victoria en las elecciones, la culminación de un proceso inédito de resurrección política, en el que ha sumado numerosos altibajos y obstáculos ante los que nunca se rindió.
Sánchez, que a sus 47 años ha convertido a la resistencia en su seña de identidad, ganó los comicios por 123 escaños frente a los 66 de sus oponentes del Partido Popular (PP), con una diferencia de algo más de tres millones de votos.
Casado, con dos hijas, doctor en Económicas, jugador de baloncesto en su juventud, hace solo dos años que Sánchez se hizo con las riendas del PSOE, por segunda vez, con un proyecto de izquierdas y una candidatura que ilusionó a las bases más rebeldes e inconformistas.
Ayer ganó las elecciones generales con su perfil más "moderado, sensato y cabal", como le gusta decir. Y consiguió lo que más falta le hacía: ser el más votado por los españoles en las urnas y callar a los que le llaman "okupa" desde que accedió a la Moncloa hace 11 meses tras una moción de censura.
Sánchez se convirtió el 1 de junio en el primer presidente del Gobierno de España en acceder al cargo por medio de una moción de censura parlamentaria, ganada al conservador Mariano Rajoy, entonces líder del Partido Popular.
Estratégico
Solo disponía de 84 de los 350 diputados del Congreso y su partido estaba a la baja en las encuestas. Entonces decidió que era su momento, jugar fuerte contra el PP -un partido acosado por la corrupción- y conseguir que otros grupos parlamentarios de izquierda, independentistas catalanes y nacionalistas vascos lo apoyaran para sumar la mayoría parlamentaria que necesitaba para ser el nuevo gobernante español.
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