EFE|LA PATRIA|SANTIAGO (CUBA)
El papa Benedicto XVI hizo ayer un llamado a los cubanos para que den vigor a la fe y para que con las armas de la paz, el perdón y la comprensión "luchen para construir una sociedad abierta y renovada, una sociedad mejor, más digna del hombre".
El pontífice hizo este llamamiento en la homilía de la misa que oficializó en la plaza "Antonio Maceo", de Santiago de Cuba, a la que asistieron miles de cubanos venidos de toda la isla y del extranjero.
"Queridos hermanos, ante la mirada de la Virgen de la Caridad del Cobre, deseo hacer un llamado para que den nuevo vigor a su fe, para que vivan de Cristo y para Cristo, y con las armas de la paz, el perdón y la comprensión, luchen para construir una sociedad abierta y renovada, una sociedad mejor, más digna del hombre, que refleje más la bondad de Dios", afirmó.
Benedicto XVI también defendió la dignidad del ser humano y manifestó que Dios "ha encomendado a la familia fundada en el matrimonio la altísima misión de ser célula fundamental de la sociedad y verdadera Iglesia doméstica".
Dirigiéndose a los matrimonios, les dijo que han de ser para sus hijos "signo real y visible del amor de Cristo por la Iglesia". "Cuba tiene necesidad del testimonio de su fidelidad, de su unidad, de su capacidad de acoger la vida humana, especialmente la más indefensa y necesitada", subrayó, en velada condena al aborto.
El pontífice señaló que la misa se inserta en Año Jubilar del 400 aniversario del hallazgo de la imagen de la Virgen de la Caridad, la patrona de Cuba, y señaló que le llenó de emoción conocer el fervor con el que es saludada e invocada por tantos cubanos, en su peregrinación en los últimos meses por todos los rincones y lugares de la isla.
El papa recordó que ayer celebró la Iglesia la Asunción a María y que en Cristo Dios ha venido realmente al mundo, "ha entrado en nuestra historia, ha puesto su morada entre nosotros, cumpliéndose así la íntima aspiración del ser humano de que el mundo sea realmente un hogar para el hombre".
"En cambio, cuando Dios es arrojado fuera, el mundo se convierte en un lugar inhóspito para el hombre, frustrando al mismo tiempo la verdadera vocación de la creación de ser espacio para la alianza, para el sí del amor entre Dios y la humanidad que le responde", precisó.
Benedicto XVI dijo también que Dios no sólo respeta la libertad humana, sino que parece necesitarla, y aseguró que Dios ha creado al hombre como fruto de su amor infinito "y por eso vivir conforme a su voluntad es el camino para encontrar nuestra genuina identidad, mientras que apartarse de Dios nos aleja de nosotros mismos y nos precipita en el vacío".
El papa también tuvo palabras de aliento para la Iglesia cubana y les dijo que sabe "con cuánto esfuerzo, audacia y abnegación" trabajan cada día "para que, en las circunstancias concretas de su país, y en este tiempo de la historia", refleje cada vez más su verdadero rostro "como lugar en el que Dios se acerca y encuentra con los hombres".
El papa Benedicto XVI cree que "todavía quedan muchos aspectos" en los que debe avanzar la relación entre la Iglesia católica y el Estado de Cuba y aseguró que lleva en su corazón "las justas aspiraciones y legítimos deseos" de "todos los cubanos, dondequiera que se encuentren".
En el acto de bienvenida en el aeropuerto de Santiago y tras la intervención del presidente Raúl Castro, el pontífice aseguró que en su visita a la isla pedirá a la Virgen de la Caridad, patrona del país, que guíe los destinos de Cuba "por los caminos de la justicia, la paz, la libertad y la reconciliación".
"Vengo a Cuba como peregrino de la caridad para confirmar a mis hermanos en la fe y alentarles en la esperanza", señaló Joseph Ratzinger.
En sus primeras palabras en la isla, Benedicto XVI recordó que la visita en 1998 de su predecesor, Juan Pablo II, dio un "nuevo vigor" a la Iglesia en la isla e inauguró una etapa de "mayor colaboración y confianza" en las relaciones entre la Iglesia y el Estado. Pero, añadió, "todavía quedan muchos aspectos en los que se puede y debe avanzar, especialmente por cuanto se refiere a la aportación imprescindible que la religión está llamada a desempeñar en el ámbito público de la sociedad".
El pontífice dijo que lleva en su corazón "las justas aspiraciones y legítimos deseos de todos los cubanos, dondequiera que se encuentren" y de modo especial "de los jóvenes y los ancianos, de los adolescentes y los niños, de los enfermos y los trabajadores, de los presos y sus familiares, así como de los pobres y necesitados".
"Ruego al Señor que bendiga copiosamente a esta tierra y a sus hijos, en particular a los que se sienten desfavorecidos, a los marginados y a cuantos sufren en el cuerpo o en el espíritu, al mismo tiempo que, por intercesión de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre, conceda a todos un futuro lleno de esperanza, solidaridad y concordia", concluyó Benedicto XVI.
El presidente de Cuba, Raúl Castro, destacó ayer las "estrechas relaciones" entre la Santa Sede y su país en el discurso de bienvenida a Benedicto XVI, que inició este lunes una visita pastoral a la isla.
"Nos satisfacen las estrechas relaciones entre la Santa Sede y Cuba, que se han desarrollado sin interrupción durante setenta y seis años, siempre basadas en el respeto mutuo y en la coincidencia en asuntos vitales para la Humanidad, dijo Raúl Castro.
También destacó que la Constitución cubana garantiza "plena libertad religiosa" a todos los ciudadanos, en una alocución donde aprovechó para denunciar el bloqueo de Estados Unidos contra la isla.
"La potencia más poderosa que ha conocido la Historia ha intentado despojarnos, infructuosamente, del derecho a la libertad, a la paz y a la justicia. (...) El pueblo cubano ha hecho tenaz resistencia, sabiendo que ejercemos también un derecho legítimo cuando seguimos nuestro propio camino", recalcó.
"Sin razón a Cuba se le calumnia pero nosotros confiamos en que la verdad de la que jamás nos apartamos siempre se abre paso", prosiguió.
Defendió que pese a todo, Cuba ha seguido "cambiando todo lo que deba ser cambiado, conforme a las más altas aspiraciones del pueblo cubano y con la libre participación de este en las decisiones trascendentales de nuestra sociedad".
También significó los proyectos de cooperación internacional que Cuba impulsa a pesar de sus carencias y citó como ejemplos las decenas de miles de médicos de otros países que ha formado la isla o su contribución en enseñar a leer y escribir a 5,8 millones de analfabetos.
No olvidó en su discurso ante el Papa citar a su hermano Fidel -retirado del poder desde 2006- para advertir sobre los peligros que amenazan a la especie humana.
"Hay crecientes amenazas a la paz y la existencia de enormes arsenales nucleares es otro grave peligro para el ser humano. El agua o los alimentos serán, después de los hidrocarburos, la causa de las próximas guerras de despojo. Con los recursos que se dedican a producir mortíferas armas, podría eliminarse la pobreza", dijo el presidente cubano.
Habló ante Benedicto XVI de la crisis internacional que a su juicio es sistémica y con una dimensión moral donde "prevalece la falta de conexión entre los Gobiernos y los ciudadanos a los que dicen servir".
"La corrupción de la política y la falta de verdadera democracia son males de nuestro tiempo", señaló Castro.
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