El pasado 10 de diciembre, día internacional de los Derechos Humanos, Uruguay legalizó la producción y venta de marihuana. La decisión se une a un modelo de política pública con el cual se busca ofrecer tratamiento médico a quienes tengan problemas de adicción con las drogas y permitir que los usuarios adquieran el producto en distintos lugares.
El secretario general de la Junta Nacional de Drogas del Uruguay, Julio Calzada, aseguró que el modelo adoptado no es exportable y que esta decisión no se tomó a la ligera, pues desde hace mucho tiempo en su país no se penalizaba el consumo de esa sustancia.
- ¿Cuál fue el proceso para la legalización de la marihuana en su país?
Con esta decisión Uruguay ha dado un paso trascendente en materia de política pública sobre drogas para el bienestar social y de la salud de nuestro país. La nueva herramienta tiene tres aspectos fundamentales: primero, en nuestro país el uso de drogas no está penalizado desde hace ya muchos años. Hasta el martes estábamos haciendo los actos preparatorios para no penalizar lo que se les prohibía a 150 mil uruguayos: la posibilidad de adquirir algo que están autorizados a hacer.
Segundo, permite que aquellos que tienen problemas con el uso de marihuana sean tratados con un enfoque no criminal sino desde la perspectiva de la salud pública. Y tercero, crear una herramienta más para desarticular el narcotráfico. Las personas que estén fuera de los marcos regulatorios, es decir, del autocultivo, de los clubes de membresía cannábica y fuera el sistema de farmacia seguirán siendo castigados bajo el delito de tráfico ilícito de drogas.
- ¿Cuál es la utilidad de esta política?
La ley apunta a desestructurar el mercado negro de cannabis para quitar la razón de ser del narcotráfico, que no es otra que el rédito económico y la gran tasa de rentabilidad que tiene; la normativa que hemos hecho no liberaliza el mercado sino que lo regula.
- ¿Este modelo se aplicará en otros países?
Tenemos la mayor confianza de que será una herramienta que contribuirá en el Uruguay y no en otros lugares. Hemos sido claros en nuestra discusión con respecto a que no estamos creando un modelo exportable ni transferible; es una experiencia que podemos hacer en Uruguay por lo que hemos hecho en las últimas décadas sobre fortalecimiento de la presencia clara y efectiva del Estado en el territorio nacional.
- ¿Cuál es el mensaje para la comunidad internacional?
Lo que queremos para nosotros lo queremos para los demás países y es generar libertad y desarrollar políticas soberanas que se adecuen a la realidad. Esta es una ley que regula lo que existe, no quiere expandir un mercado. Los aspectos de control son varios: tenemos obsesión de definir y controlar el volumen de marihuana que circula en el país. Queremos que exista un registro de usuarios y que la sustancia que se distribuye no afecte su salud. Si alguien consume más de 40 gramos al mes seguramente tendrá problemas de salud.
Tenemos formas de control de distinto tipo, no se seguirá a la persona que consuma sino que la persona tendrá un número que la habilita, un número distinto a su cédula, para adquirir en las farmacias hasta 40 gramos. Así mismo quienes tengan licencia como autocultivadores no van a tener acceso a ese producto de las farmacias, ni tampoco los que pertenezcan a los clubes de membrecía canábica.
- Un argumento de quienes se oponen a la legalización es el miedo a que los niños caigan en la adicción. ¿Cómo superaron esa prevención en Uruguay?
Las políticas desarrolladas en el mundo se basan en el miedo, y la única forma para vencerlo es poniendo los temas encima de la mesa, apoyando el debate de la discusión a nivel académico, político y familiar. Estos temas se deben discutir en la mesa sin prejuicios ni tabúes. Durante 40 años las políticas en materia de drogas en el mundo se basaron en la pedagogía del no, y los resultados están a la vista. Durante los últimos 40 o 50 años crecieron los aspectos negativos alrededor de la comercialización y el tráfico de drogas, creció el tráfico de armas y con ello el de personas, todo esto asociado al tráfico ilícito. La forma de vencer el miedo es poniendo los temas encima de la mesa sin prejuicios ni tabúes y con el corazón abierto.
Sobre la importación
Al preguntarle si desde otros países se podrá comenzar a exportar marihuana a Uruguay, el secretario de la Junta Nacional de Drogas de ese país, Julio Calzada, indicó: "Desde hace 50 años llegan a Uruguay drogas que nunca ha producido. No somos un país productor intensivo de ninguna sustancia de origen natural. Esas drogas llegan de manera ilegal y seguirán siendo combatidas como parte del tráfico ilegal de drogas. En esta ley de regulación del mercado de canabis hemos definido las reglas para financiar, producir, acopiar, distribuir y expender marihuana; todo lo que esté por fuera de este marco seguirá siendo una actividad clandestina".
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