GEOVANNY MARTÍNEZ *
LA PATRIA | MANIZALES
Después de 12 años en el poder, el kirchnerismo le apuesta a Daniel Scioli, gobernador de la provincia de Buenos Aires, para ganar hoy las elecciones a la Presidencia de Argentina y darle continuidad al proyecto político iniciado, en el 2003, por el fallecido expresidente Néstor Kirchner.
Para comprender el panorama político argentino vale la pena hacer la siguiente comparación, aunque guardando las proporciones. Ubiquémonos en Colombia en el 2010. Juan Manuel Santos era el candidato a la presidencia, apoyado por Álvaro Uribe Vélez, quien después de dos periodos en la Casa de Nariño buscaba darle continuidad a su proyecto político. Por eso, avaló la candidatura de Santos, quien apenas se posesionó, se distanció de Uribe. Igual le podría suceder a Cristina Fernández, actual mandataria de los argentinos, quien se podría convertir en una viuda del poder si Scioli le da la espalda apenas llegue a la Casa Rosada.
Sus intentos por imponer a alguno de sus colaboradores más fieles como candidato a sucederla chocaron contra las encuestas, única diferencia con Uribe, quien eligió para a Santos sucederlo, no por favorabilidad, sino por descarte. La otra opción era Andrés Felipe Arias, conocido como Uribito, pero terminó enredado en líos judiciales.
Scioli fue vicepresidente en el gobierno de Néstor Kirchner, esposo de Cristina Fernández, antes de gobernar la provincia de Buenos Aires, el mayor distrito electoral del país y principal bastión peronista, trampolín que utilizó para alcanzar la Casa Rosada.
Hay que tener en cuenta que, así como en Colombia, en Argentina existió un bipartidismo. Allá, entre peronista y radicales y, acá, entre liberales y conservadores. Hoy, igual que en el país, hay fuerzas independientes que surgieron de esos dos partidos.
No lograron desgastarle ni el distanciamiento que mantuvo Scioli durante años con Cristina Fernández, ni los ataques del kirchnerismo, que se acentuaron a partir del 2012, cuando mostró su voluntad de competir por la Presidencia.
Mientras evitaba responder a los ataques kirchneristas, su imagen subía en los sondeos, hasta que Fernández tuvo que ceder ante las encuestas y apoyar su candidatura. Ella se tuvo que contentar con elegir al compañero de fórmula de Scioli, el actual secretario de legal y técnica de Presidencia, Carlos Zanninni, para la Vicepresidencia. Zanninni es
considerado entre los hombres más cercanos a la mandataria, pero ni siquiera su presencia en un futuro gabinete garantiza la continuidad del kirchnerismo.
Hace medio año, el electorado mostraba la preferencia por Scioli frente a otros referentes del kirchnerismo y hoy se mantiene como favorito para ganar, con una intención de voto de alrededor del 39%.
“Si Scioli retiene el poder, el kirchnerismo sobrevivirá por un tiempo, el que tarde el nuevo presidente en dinamitarlo desde dentro”, opina Jorge Arias, de la consultora Polilat.
Los analistas no descartan que, de cumplirse ese escenario, el kirchnerismo al quedar excluido del nuevo Gobierno se enfrente al oficialismo en los comicios legislativos del 2017 y luche por mantener el liderazgo, como lo hizo Uribe en Colombia con el Centro Democrático.
Los rivales de Scioli
Cinco candidatos compiten con Daniel Scioli, de 58 años, por la Presidencia argentina en las elecciones de hoy. Aunque, según las encuestas, solo tres tienen posibilidades de conseguirla, en los comicios más reñidos de los últimos 12 años por la posibilidad de llegar, por primera vez, a una segunda vuelta.
Scioli, apoyado por el kirchnerismo, favorito en las encuestas, no tiene asegurada su victoria sobre Mauricio Macri, alcalde saliente de Buenos Aires y quien logró romper el tradicional bipartidismo argentino, aunque cuenta con el apoyo de los radicales en la fórmula Cambiemos.
El otro opcionado es Sergio Massa, exkirchnerista, de 43 años, ahora enfrentado con el Gobierno, apuesta al igual que Macri por una segunda vuelta. Es el único que ha crecido en las encuestas en las últimas semanas con una campaña más audaz que la de sus adversarios.
Sin posibilidades, según los sondeos, están los tres restantes, con apenas un 5% de proyección de voto, la socialista Margarita Stolbizer, con una sólida trayectoria, ha sido tentada, hasta ahora sin éxito, por alguno de sus adversarios para integrar sus equipos.
Más lejos aún, con apenas un 2% en los pronósticos, Nicolás del Caño, el más joven de los aspirantes, con 35 años, y el veterano Adolfo Rodríguez Saá, de 68, son los otros aspirantes a la Presidencia.
Opinan
LA PATRIA habló con Gustavo Leperino, quien vive en Buenos Aires. Tiene 45 años y es empleado administrativo. Las elecciones, según él, definen, en teoría, la continuidad de un modelo que resultó efectivo en muchos aspectos para el país: el kirchnerista.
“En teoría porque, en realidad, me plantea serias dudas lo que pueda llegar a hacer Daniel Scioli como presidente. Es un candidato que fue apadrinado en la política por Carlos Menem, y a pesar de ser el elegido por el kirchnerismo, su gestión como gobernador en la provincia de Buenos Aires deja mucho qué desear”.
Sin embargo, para Leperino, la posibilidad de que Mauricio Macri llegue al poder es la peor de las opciones: “Se trata del representante de una derecha que ya demostró de lo que es capaz en dos alcaldías desastrosas en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, signadas por la corrupción y la ineptitud. Frente a ambas opciones, voto a Scioli para que la derecha macrista no gane”.
Más crítico es Raúl Mestre, de 47 años, docente en Buenos Aires, quien no guardó expectativa por las elecciones. “No es bueno que un gobierno se quiera aferrar en el poder, como ya ha sucedido en nuestra historia, más precisamente con el gobierno menemista, con rastros de corrupción que salieron a la luz durante y después de su administración. Algo similar sucedió con la seducción por el poder del gobierno kirchnerista con tres administraciones, una de Néstor y dos de Cristina.
Y quieren seguir haciéndolo una vez más, en este caso con Daniel Scioli, nuevo representante de ese modelo que se destaca por el clientelismo y lo encubre bajo el término de asistencia social”. Entre los tres favoritos ninguno le genera confianza.
*Con información de EFE
Argentina es el único país donde el candidato presidencial ganador debe reunir el 45% de los votos o el 40% con 10 puntos de diferencia sobre el segundo más votado, para convertirse en mandatario en primera vuelta. De lo contrario, habrá una segunda ronda electoral, el 22 de noviembre, por primera vez en esa democracia.
El voto en las elecciones generales es obligatorio para los argentinos de entre 18 y 75 años, y opcional para los jóvenes de 16 y 17 años.
Unos 32 millones de argentinos están convocadas a votar en cerca de 95.000 mesas mixtas, distribuidas en 13.880 centros de votación.
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