El debate es por el embargo de armas

EFE | LA PATRIA | Bruselas

El ministro austríaco de Exteriores, Michael Spindelegger, aseguró ayer que las negociaciones para lograr un acuerdo europeo sobre el embargo de armas a Siria han fracasado y que corresponderá a los países tomar las decisiones que consideren necesarias a escala nacional.

"Es lamentable que tras tantos esfuerzos y tanto tiempo no hayamos podido alcanzar un acuerdo", dijo Spindelegger en una rueda de prensa, celebrada en una interrupción de la reunión que los titulares de Exteriores de los Veintisiete celebran en Bruselas.

Según varias fuentes diplomáticas, los ministros volvían a reunirse anoche para tratar de lograr un compromiso, pero el responsable austríaco aseguró que no habrá un consenso y que todo el régimen de sanciones a Siria caerá el viernes, cuando caducan las medidas a falta de acuerdo.

"A partir del sábado no habrá sanciones", aseguró Spindelegger, que explicó que se irá a "soluciones nacionales".

Austria ha sido de los países más reacios a aceptar que la UE permita armar a los rebeldes sirios, frente a las demandas de países como el Reino Unido.

La opción de compromiso más discutida ayer fue la de aprobar un levantamiento con condiciones del embargo para la oposición, pero mantenerlo en suspenso hasta el 1 de agosto, con el fin de poder dar una oportunidad a la conferencia de paz que promueven en Ginebra Estados Unidos y Rusia.

La discusión, según otras fuentes, se ha centrado en las últimas horas en si la luz verde definitiva al envío de armas sería automática una vez alcanzada esa fecha o si sería necesaria una nueva decisión unánime de los Veintisiete.

El objetivo de los países, que como el Reino Unido insisten en levantar el embargo cuanto antes, es que la decisión sirva para presionar al régimen de cara a Ginebra, según fuentes diplomáticas.

La UE negocia prácticamente contrarreloj, pues todo el régimen de sanciones a Siria vence el próximo viernes, tanto para la oposición como para el régimen.

A priori, todos los Estados miembros desean mantener los castigos en vigor contra el régimen del presidente sirio, Bachar al Asad, pero Londres ha advertido en algún momento que estaría dispuesto a dejar caer todo ese paquete para lograr su objetivo.