Jorge Fuentelsaz
EFE | LA PATRIA | Nueva York
La lucha contra la crisis climática gana fuerza en los últimos meses en Estados Unidos, especialmente entre las generaciones más jóvenes, que consiguieron impulsar la emergencia del clima a la primera línea del discurso político de las primarias demócratas para elegir candidato presidencial.
Alexandria Villaseñor, la joven estadounidense, de 14 años, que desde hace meses protesta todos los viernes frente a la sede de Naciones Unidas en Nueva York, cuenta la importancia de presionar a los políticos y a quienes toman las decisiones para que se pueda revertir la crisis climática.
Villaseñor, involucrada en el movimiento de Los Viernes para el Futuro inspirados en la joven sueca Greta Thunberg, llama la atención sobre la “concienciación que se puede conseguir con una sola acción”, en referencia a esta iniciativa, que insta a los jóvenes a protestar todos los viernes contra la emergencia climática.
Greta, de la que Villaseñor se declara seguidora, comenzó el verano del 2018 una huelga cada viernes delante del Parlamento sueco para reclamar medidas más efectivas contra el cambio climático, una iniciativa que se extendió a muchas partes del mundo y que a EE.UU. llegó de la mano de jóvenes como Alexandria.
Villaseñor, de origen mexicano, y que participará junto a Greta en la próxima cumbre del clima de la ONU, insiste en la importancia de hacer un llamamiento global y de continuar con las protestas para “cambiar la conversación de la opinión pública”.
Jennifer Morgan, directora ejecutiva de Greenpeace Internacional, subraya que “las urnas realmente importan”.
Morgan, que destaca el papel de las jóvenes generaciones en la revitalización del movimiento en favor del medioambiente, sostiene que en aquellos países donde hay votaciones los políticos se están viendo obligados a responder a las reivindicaciones climáticas de los ciudadanos.
“Se está viendo en las elecciones europeas, donde el voto de los partidos verdes es cada vez más consistente, y en Estados Unidos vemos a los candidatos demócratas”, dice.
Peter Marsters, investigador de la Universidad de Columbia, subraya que en este cambio en EE.UU. han influido, sobre todo, dos factores.
Uno de ellos, “la posición del partido (Republicano) en la Casa Blanca, que rechaza el cambio climático y que ha revocado leyes relacionadas con el medio ambiente y el clima”, y que ha empujado a la oposición demócrata a insistir sobre esta cuestión.
El segundo, para Marsters, es el “momento” de la presión juvenil y los movimientos progresistas de base, “que han llevado esta cuestión al frente del campo de batalla y han forzado a los candidatos a hablar” del medioambiente.
Uno de estos grupos es el Movimiento Sunrise, conocido por su apoyo a la congresista Alexandria Ocasio-Cortez, la política más joven en entrar en el Congreso de los EE.UU. y que se ha convertido en paladín de la lucha contra el cambio climático.
Ocasio-Cortez, conocida y criticada por sus posturas más progresistas dentro de su partido, el Demócrata, es de las patrocinadoras más visibles, junto al senador y candidato a la primarias, Bernie Sanders, del conocido como el “Gran Pacto Verde”. Este pacto, que cuenta con el rechazo del Partido Republicano e incluso con el de parte de las filas demócratas más conservadoras, pretende que Estados Unidos neutralice sus emisiones de gases con efecto invernadero en un plazo de 10 años, produciendo el 100% de su energía mediante fuentes renovables.
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