EFE | LA PATRIA | Bagdad
El portavoz del Ejército iraquí, Qasem Ata, aseguró ayer que las tropas controlan totalmente la refinería de Biyi, al norte de Bagdad, y dos puestos fronterizos -disputados desde hace días-, y que han matado en las últimas horas a 60 insurgentes.
"Seguimos repeliendo en Biyi los intentos de ataques de las bandas terroristas del Estado Islámico de Irak y el Levante (EIIL). Hemos abatido a 19 en ataques aéreos en los alrededores de la refinería", afirmó el general en una rueda de prensa en Bagdad.
Ata desmintió de esta forma las informaciones de que los yihadistas capturaron la mayor refinería de Irak gracias a una mediación tribal, aunque es difícil verificar cualquiera de las dos versiones.
Adelantó que la jefatura de las Fuerzas Armadas, que ostenta el primer ministro Nuri al Maliki, ha ordenado que los oficiales y efectivos a cargo de la protección de la refinería sean ascendidos de rango.
También afirmó que las fuerzas de seguridad mantienen el control total de los pasos fronterizos de Trebil (con Jordania) y Al Walid (con Siria), en disputa desde hace días y cuyo dominio han reivindicado los insurgentes.
Aunque el Ejército nunca ha reconocido la pérdida de estos puestos, Ata reveló ayer que recuperaron el control con el apoyo de los clanes de la provincia de Al Anbar y de la Fuerza Aérea.
En Al Anbar (oeste), en el área de Al Saqlauiya, un total de 24 supuestos terroristas murieron y otros 10 resultaron heridos en operaciones militares, según el portavoz.
El resto de bajas en las filas insurgentes se registró en la zona de Al Azim, en provincia de Diyala, donde las fuerzas de seguridad afirman haber matado a 21 atacantes y destruido nueve vehículos.
Avance gradual
Ata también indicó que en las zonas vecinas a la ciudad de Samarra, al norte de Bagdad, "prosigue el avance gradual de las operaciones de limpieza de terroristas", con el respaldo de los clanes locales.
Estas nuevas operaciones coinciden con la visita a Irak del secretario de Estado de EE.UU., John Kerry, que se encuentra en la región autónoma del Kurdistán iraquí.
Kerry ha instado a formar un Gobierno que represente a todas las partes para frenar el avance de los insurgentes y ha prometido el apoyo militar de su país para luchar contra el terrorismo.
Este respaldo -explicó- se basará en la cooperación en inteligencia, formación militar conjunta, dotación de armas y equipos de combate y envío de consejeros militares para el Ejército.
70 muertos en dos bombardeos
Bagdad. Al menos 69 personas murieron ayer y otras 144 resultaron heridas de distinta consideración en los bombardeos aéreos contra las zonas de Al Ratba y Al Qaem, en la provincia de Al Anbar, en el oeste de Irak, informaron a Efe fuentes de seguridad locales. Existe confusión sobre la autoría de estas acciones, que según una fuente de seguridad de Al Ramadi, fueron supuestamente llevadas a cabo por cazas sirios, aunque la televisión oficial Al Iraqiya informó que aviones no tripulados (drones) estadounidenses bombardearon posiciones del grupo extremista Estado Islámico de Irak y el Levante (EIIL) en Al Qaem.
De otra parte, el Departamento de Defensa de Estados Unidos desmintió las informaciones sobre ese supuesto ataque con un avión no tripulado.
ANÁLISIS
Los kurdos son clave para solucionar la crisis
Redacción Internacional | EFE | LA PATRIA
El Gobierno del Kurdistán, la región autónoma del norte iraquí que ha sabido ser un oasis de paz dentro del avispero en el que se ha convertido Irak, puede ser clave para solucionar la actual crisis, que amenaza con desgajar el país y llevarlo a un conflicto civil.
La rebelión encabezada por los yihadistas del Estado Islámico de Irak y el Levante (EIIL), que controlan amplias zonas del norte y el oeste del país con el apoyo de muchos suníes descontentos con la manera de gobernar del primer ministro, el chií Nuri al Maliki, tiene al país al borde de una guerra con tintes sectarios.
Tras una década de difícil convivencia con el Gobierno central de Al Maliki, acusado de déspota por sus rivales, los kurdos sienten que han cumplido su parte del trato, sin ser correspondidos, y que es el momento de plantearse su futuro, quizá al margen de Irak.
"Ha llegado el momento de que el pueblo kurdo determine su futuro y nosotros vamos a apoyar su decisión", dijo Barzani ayer, en una entrevista a la cadena estadounidense CNN.
La ofensiva yihadista, que en pocos días se hizo con gran cantidad de territorio fronterizo con el Kurdistán ante la desbandada del Ejército iraquí, propició que las tropas kurdas se desplegaran en la frontera y tomaran el control de Kirkuk, objeto de disputa con las autoridades iraquíes.
Considerada por los kurdos como su capital histórica, esa importante localidad petrolera se quedó hace una década fuera de la autonomía kurda, en medio de promesas de un referéndum sobre su incorporación que nunca se cumplieron.
Apoyo
Desde el primer momento, el Gobierno kurdo se ofreció a Bagdad para combatir al EIIL con sus soldados, los conocidos "peshmergas", pero Al Maliki se ha negado repetidamente, quizá por temor a hacer concesiones sobre Kirkuk.
"Estamos frente a una nueva realidad y un nuevo Irak", dijo ayer Barzani durante su encuentro con el secretario de Estado de EE.UU., John Kerry, que viajó a la capital kurda, Erbil, tras visitar Bagdad, en un intento por encontrar una salida a la crisis.
La visita de Kerry a Erbil, a menos de 100 kilómetros de los feroces combates que los yihadistas libran con las fuerzas de seguridad iraquíes por el control de la estratégica refinería de Biyi, demuestra la importancia que EE.UU. otorga a los kurdos para mediar en un país devastado por años de sectarismo.
Kerry parece apostar por la implicación política de los kurdos, que representan el 20 por ciento de la población iraquí, para lograr una solución con la formación de un Gobierno de unidad al lado de laicos, chiíes y suníes y representantes de otras religiones.
Esa posibilidad se vislumbra, hoy por hoy, como de los pocos caminos posibles para frenar el desastre, siempre con la premisa de la salida de Al Maliki, que en sus 10 años en el poder ha dejado a suníes y kurdos fuera de la escena política y se ha granjeado la enemistad de todos.
El enfrentamiento de Barzani con Al Maliki, a quien considera responsable de la actual crisis por su sectarismo con los suníes, se ha visto incrementado en los últimos tiempos por un contencioso energético, después del comienzo de las exportaciones directas de petróleo kurdo a través de Turquía.
"Irak se está desintegrando. Y es obvio que el Gobierno central o federal ha perdido el control. Todo se derrumba: el Ejército, la Policía", dijo Barzani en la entrevista a la CNN.
"Nosotros no provocamos la caída de Irak. Fueron otros", aseguró un líder histórico del Kurdistán, antes de subrayar: "Y no podemos permanecer rehenes de lo desconocido".
Pero el esfuerzo de los kurdos para lograr un Irak pacífico puede superar sus ansias independentistas, y más si su papel de mediador se ve correspondido de alguna manera, quizá con Kirkuk.
Además, el Gobierno kurdo es un aliado muy cercano de EE.UU., que protegió a su pueblo en algunos momentos trágicos de la dictadura de Sadam Husein y eso lo saben Kerry y Barzani por igual.
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