Efe | LA PATRIA | Kabul
El Estado Islámico (EI), a través de la agencia Amaq vinculada al grupo yihadista, reclamó la autoría del ataque suicida que ayer provocó en Kabul al menos 61 muertos y 200 heridos en una manifestación de la minoría étnica hazara, de la rama islámica chií.
"Dos combatientes del EI detonaron cinturones con explosivos entre una concentración de chiíes en la zona de Dehmazang en Kabul", dice el escueto mensaje difundido por los yihadistas.
La reivindicación de esta formación se produjo después de que los talibanes negaran cualquier implicación en el atentado.
Zabaiullah Mujahid, portavoz de los talibanes, condenó a través de su cuenta oficial en Twitter: "cualquier ataque que cause división y discriminación entre la gente y la religión. Es algo que beneficia al enemigo".
El presidente afgano, Ashraf Gani, aseguró en un comunicado que entre los fallecidos y heridos se encuentran "miembros de las fuerzas de seguridad y defensa", sin aportar más detalles.
"Celebrar protestas es el derecho de cada ciudadano de Afganistán y el Gobierno pone todos sus esfuerzos en proporcionar la seguridad, pero los terroristas entraron entre los manifestantes y llevaron a acabo las explosiones", indicó en la nota.
Dispositivos
El atentado tuvo lugar durante una manifestación de miles de afganos, la mayoría hazaras, que discurría entre fuertes medidas de seguridad en protesta por un proyecto eléctrico del Gobierno que excluye a una provincia de esta minoría, de la rama islámica chií.
Las autoridades habían cercado el recorrido con la colocación de grandes contenedores y la marcha se dirigía al palacio presencial, aunque el dispositivo de seguridad impidió el paso sin que se produjeran incidentes.
Según fuentes oficiales citadas por el canal de televisión afgano Tolo, el ataque tuvo lugar hacía las 14.30 hora local cuando los manifestantes se reagrupaban en la zona de Dehmazang y fueron tres los atacantes, aunque solo dos lograron detonar los explosivos que llevaban.
Además del presidente Gani, organizaciones como Amnistía Internacional condenaron esta acción.
La comunidad hazara de Afganistán, un país predominante suní en el que los chiíes conforman el 9% de la población, ha sido objeto de diversos secuestros en grupo y asesinatos sectarios por los talibanes y otros grupos insurgentes en los últimos dos años.
El grupo yihadista tiene presencia en algunas zonas de Afganistán y aunque las fuerzas afganas aseguraron en marzo pasado haberlo derrotado en sus principales bastiones, aún se producen combates en esas áreas.
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