Noemí Jabois
Efe | LA PATRIA | Doha
Al cumplirse una semana de reducción de la violencia talibana, Estados Unidos e insurgentes firmarán hoy un histórico acuerdo de paz que prevé la retirada de la mitad del contingente estadounidense de Afganistán. Esto allana el camino para el fin de una guerra que dura ya dos décadas.
La comunidad internacional recibió la noticia con entusiasmo y expectativa, si bien algunos se mostraron cautos puesto que aún falta un acuerdo entre los talibanes y el Gobierno afgano, excluido del diálogo con EEUU, en un complejo país que aún funciona en base a las sinergias entre sus muchos grupos tribales.
Observadores y representantes de diferentes países, además de organizaciones internacionales, están invitados a asistir hoy en la capital catarí a la firma del acuerdo, para el que Estados Unidos y el Gobierno afgano pusieron como condición previa una reducción de la violencia.
Los últimos siete días fueron la gran prueba de fuego para el grupo fundado por el mulá Omar, cuyo régimen (1996-2001) cayó con la invasión de un EE.UU. que entonces ardía de ira por la insistencia talibana de no entregar al fundador de la red terrorista Al Qaeda, Osama bin Laden, tras los atentados del 11-S.
Largo proceso
De esta forma culminan las negociaciones que comenzaron el 12 de octubre del 2018.
Por el momento, poco se conoce del texto que se firmará en Doha, pero el representante especial de EE.UU. para la paz, Zalmay Khalilzad, reveló en septiembre que el pacto prevé la retirada en 135 días de 5 mil de los alrededor de 12 mil efectivos que Washington tiene desplegados en Afganistán.
A cambio, los talibanes deberán garantizar que el territorio afgano no sea utilizado para lanzar ataques contra otros países.
Según los insurgentes, el acuerdo supondrá también la liberación de unos 5 mil de sus prisioneros y la de un millar de miembros de las fuerzas de seguridad afganas.
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, celebró el acuerdo, pero alertó de que, aunque es importante, se trata solo del primer paso, porque para alcanzar la estabilidad es necesario un pacto entre afganos.
La paz, aún lejana
Aunque la rúbrica del acuerdo es un hito histórico, todavía queda por delante un largo proceso de negociaciones entre los talibanes y el Gobierno de Kabul para poder declarar la paz en Afganistán, un país que lleva décadas sumido en una concatenación de conflictos.
El Ejecutivo de Ashraf Ghani, que hace poco fue declarado ganador de las elecciones afganas por segunda legislatura consecutiva, llegará a la mesa de diálogo al borde de una crisis política, pues el segundo candidato más votado, Abdullah Abdullah, se niega a acatar los resultados.
Otro asunto que podría lastrar el proceso entre el Gobierno y los insurgentes es la formación del equipo negociador, que por el momento, el Gobierno afgano se ha negado a ofrecer detalles sobre sus posibles miembros, pero partidos y políticos del país asiático ya mostraron sus miedos a que se trate de una delegación escogida de forma unilateral.
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