Isabel Saco
EFE | LA PATRIA | Ginebra
La epidemia de ébola en África Occidental entra en su segundo año, tras haber puesto en evidencia las deficiencias de los mecanismos creados para responder a emergencias sanitarias internacionales.
El primer caso, fechado el 26 de diciembre pasado en una zona remota de Guinea, fue el de un niño de dos años que murió dos días después por una misteriosa enfermedad que posteriormente, cuando el brote se había convertido en epidemia, se determinó que había sido ébola.
En menos de 12 meses, la veloz propagación de la enfermedad en Guinea y su salto a Liberia y Sierra Leona causó 17.111 infectados y 6.055 muertos, según datos publicados el pasado día 2 por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Esta organización dio la primera noticia positiva desde que se declaró esta emergencia al señalar que desde principios de octubre se ha pasado de una situación prácticamente incontrolable a una relativa estabilización de los casos en los tres países afectados.
Ahora más del 70% de los infectados son aislados y tratados, y similar porcentaje de entierros se realizan de forma segura, explicó la OMS.
El próximo paso para la OMS es llegar al cien por cien de cobertura en ambas situaciones, pero esto no significará poner fin a la epidemia, lo que ocurrirá cuando no haya un solo caso más de ébola.
La organización sanitaria cree que esto se puede lograr para mediados del 2015, una previsión que choca con el escepticismo y una evaluación más crítica de Médicos Sin Fronteras (MSF).
Esta ONG, considerada por muchos la fuente de información más fiable sobre la epidemia de Ébola, fue la primera en advertir de la gravedad del brote y en desplegar medios extraordinarios para atender a los infectados cuando prácticamente no había estructuras para recibirlos.
Inadaptada
La descripción que hace MSF de la situación en los países más afectados difiere en gran medida de la apreciación relativamente positiva de la OMS, pues la primera sostiene que si al principio la respuesta al ébola fue "lenta" y "dispersa", ahora es "inadaptada".
Una de sus críticas principales es que lo esencial no es levantar infraestructuras (los centros de tratamiento de ébola) si no se les dota de personal suficiente y debidamente entrenado, y se deja esa tarea a autoridades y ONG que no están preparadas para ello.
Según MSF, faltan instalaciones adecuadas para aislar y diagnosticar a los pacientes allí donde se necesita, lo que la OMS ha reconocido que ocurre en Guinea, donde los centros de tratamientos están concentrados en dos zonas entre 17 prefecturas que han reportado casos.
De Liberia la organización civil afirma que hay áreas con cadenas de transmisión activas y, simplemente, no hay vehículos para transportar las muestras a un laboratorio, mientras que en Sierra Leona la línea telefónica para comunicar casos sospechosos no da abasto.
En cuestión de días y al ritmo al que aumenta la enfermedad en Sierra Leona, este país pronto alcanzará en número de casos a Liberia, donde hasta hace pocas semanas la epidemia se propagaba de forma exponencial y caótica.
Y mientras los expertos de la OMS encomian el cambio de actitud registrado en las poblaciones y que ha contribuido a detener el ritmo ascendente de transmisión del virus, MSF habla de una "débil sensibilización" principalmente en Guinea.
Falta acción
En momentos en que es incierto el rumbo de la epidemia y el tiempo que requerirá detenerla, la flexibilidad para actuar en los lugares donde surjan nuevos casos será primordial para evitar que se salga nuevamente de control.
Un segundo factor será el resultado de los ensayos clínicos de vacunas experimentales que se realizan en distintas partes del mundo bajo la coordinación de la OMS; y de posibles tratamientos que MSF realiza en sus centros de tratamiento de Liberia.
Últimamente, la alarma internacional parece haber disminuido después de que cooperantes infectados en África fueran repatriados a Europa o Estados Unidos -donde hubo casos aislados de contagios- y esto hace temer que los donantes disminuyan sus contribuciones para esta emergencia.
El peligro es que cuando por fin la lucha contra el ébola parece haber entrado en el buen carril, la epidemia resurja por falta de dinero para completar las acciones previstas en países que, por sí solos, carecen de capacidad de respuesta.
-RN
Chikunguña infecta un millón
América, y sobre todo el Caribe, han aprendido en el 2014 lo que es el chikunguña, virus sin vacuna ni tratamiento que en este año ha pasado de ser un completo desconocido en el continente a contagiar a cerca de un millón de personas y estar relacionado con la muerte de 150.
El 6 de diciembre se cumple un año de la confirmación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) del primer contagio autóctono de chikunguña, ya que hasta la fecha se habían registrado casos importados de personas infectadas mientras viajaban por otras regiones del planeta.
El primer caso autóctono se detectó en la isla caribeña de San Martín y en menos de una semana ya se habían contabilizado diez, lo que encendió las alarmas ante una posible propagación a otras islas caribeñas del virus CHIKV.
La enfermedad se detectó en Tanzania, donde se identificó por primera vez en 1952 y se mantuvo circunscrita a esa región. Desde el 2004 se localizaron brotes intensos y extensos en África, islas del Índico y el Pacífico, incluidos Australia y Asia.
En el 2007 se tuvo noticia de ella en Italia, donde se produjo un brote en la región de Emilia-Romagna, pero desde entonces no se había registrado evolución geográfica alguna, hasta que llegó a América y, según todos los expertos, ha llegado para quedarse y hacerse cada vez más fuerte.
Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), hasta el 21 de noviembre se habían contabilizado en el continente unos 915.000 casos sospechosos, y de acuerdo con la Agencia de Salud Pública Caribeña (CARPHA), sólo en las islas caribeñas había hasta mediados de noviembre más 750.000 casos sospechosos.
De acuerdo con ambas organizaciones, en América se han registrado 150 muertes de personas que en el momento de fallecer tenían el virus, todas en la región del Caribe.
Eso no quiere decir que el virus sea la causa del fallecimiento, ya que, de hecho, el chikunguña muy raramente provoca la muerte.
Los síntomas de este virus, cuyo tiempo de incubación va de tres a siete días, son fiebre, sarpullidos y dolor fuerte en las articulaciones, de cabeza y muscular.
En comparación con el dengue, la infección por chikunguña ocasiona un dolor más intenso y localizado en articulaciones y tendones, el inicio de la fiebre es más agudo y su duración más corta, y es raro observar hemorragia grave.
Aunque la sintomatología suele remitir entre los siete y los diez días, el dolor y la rigidez articular pueden persistir durante varios meses, algo que sabe bien ya cerca de un millón de personas en 39 países del continente.
Entre las naciones más afectadas destacan República Dominicana y El Salvador, así como Haití, Martinica, Guadalupe, Colombia y Puerto Rico.
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