EFE | LA PATRIA | Bruselas
El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, defendió ayer la legalidad de la compra de bonos soberanos de hasta tres años en el mercado secundario, una opción que, de hacerse realidad, daría cierto alivio al mercado español, pero iría en contra de lo que apoya el Bundesbank alemán.
Mientras que comprar bonos a largo plazo o del mercado primario significaría una financiación monetaria que sobrepasaría el mandato del BCE, la compra de títulos "inmaduros", de vencimientos cortos, entra dentro de las competencias de la institución, afirmó Draghi ante la Comisión de Asuntos Económicos del Parlamento Europeo.
El presidente del BCE compareció a puerta cerrada, ante la proximidad de la decisión del Consejo de Gobierno de la institución monetaria de este jueves, aunque los eurodiputados explicaron algunos detalles de su alocución en la sala.
La compra de bonos en el mercado secundario, que destensaría las presiones sobra la deuda española o italiana, resulta pecado capital para algunos, como para el presidente del Bundesbank (banco central alemán), Jens Weidmann, sin ir más lejos, que incluso habría amenazado con dimitir, según algunos medios de comunicación, si este jueves el Consejo de Gobierno del BCE da luz verde a la operación.
También el ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, advirtió de que la deuda de los Estados no puede ser financiada con política monetaria, al tiempo que dijo que no se puede presionar aún más al BCE, mientras que el titular germano de Economía, Philipp Rösler, insistió en que "la compra de deuda no puede ser una solución duradera porque alimenta los peligros de inflación".
Para convencer a los reticentes, Draghi, a diferencia de su antecesor, Jean-Claude Trichet, exige a los beneficiarios del posible programa de compra de deuda someterse a una "estricta condicionalidad", esto es, que los países soliciten previamente la intervención del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF) y firmen un memorando de entendimiento.
La intervención del BCE sería esencial para el Gobierno español que pide una señal que muestre que el euro es irreversible.
El ministro de Economía español, Luis de Guindos, quiso precisamente ayer defender la independencia del BCE y mostrar que comparte con el Gobierno alemán la idea de que nada puede sustituir los esfuerzos por reducir el déficit en la lucha contra la crisis.
De Guindos, en una entrevista que publicará hoy el diario alemán "Handelsblatt", no descartó la posibilidad de solicitar ayuda a los fondos de rescate, pero dijo que primero se deben aclarar las condiciones que implicaría dar ese paso.
Con respecto a la supervisión bancaria europea, consideró adecuado que ésta se concentre al comienzo en los grandes bancos, pero a largo plazo la meta debe ser que todas las entidades estén sometidas a la misma, añadió.
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