EFE|LA PATRIA|EL CAIRO
Los rebeldes sirios anunciaron ayer la deserción de unos 200 soldados en el norte de Siria, mientras se intensificaron los combates entre ambos bandos, que se registraron incluso cerca de un palacio presidencial en Damasco.
Este repunte de la violencia en Siria, donde ayer murió medio centenar de personas según la oposición, llevó a la ONU a decidir que se prolongue la suspensión de las operaciones de sus observadores al considerar que las condiciones sobre el terreno son "demasiado peligrosas".
El consejero de comunicación del rebelde Ejército Libre Sirio (Els), Fahd al Masri, anunció en un comunicado la masiva deserción de uniformados en la provincia de Idleb, un principal feudo opositor.
También en esta región septentrional, Al Masri informó que los rebeldes lograron derribar un helicóptero de las fuerzas leales al presidente Bachar al Asad tras fuertes enfrentamientos en la zona de Jan al Subul.
El opositor Observatorio Sirio de Derechos Humanos señaló que al menos un rebelde y cinco militares perdieron la vida en esos combates en Jan al Subul, mientras que otros cuatro soldados fallecieron por una explosión en un puesto de control en el área próxima de Yabal al Zauiya.
Entretanto, se registraron duros choques entre los insurgentes y los efectivos del régimen en las afueras de Damasco y cerca de un palacio presidencial donde, según el representante del Els, al menos 12 personas han muerto.
El palacio, una sede principal de Al Asad, se encuentra en la carretera que une los suburbios de Qadsaya y Al Hama, al oeste de Damasco, con la plaza de los Omeyas, en pleno centro de la capital.
Estos bombardeos causaron la muerte de una treintena de personas, según los opositores Comités de Coordinación Local, que apuntaron que la cifra total de víctimas en Siria en esta jornada supera los 80 muertos.
Por su parte, la agencia de noticias oficial siria, Sana, indicó que decenas de "terroristas" murieron ayer en enfrentamientos entre las autoridades y "grupos armados" en Al Hama.
Los supuestos terroristas habían bloqueado una carretera para emplearla para el tráfico de armas, según Sana, que también informó de los citados combates en la provincia de Idleb.
Estas informaciones no han podido ser verificadas de forma independiente debido a las restricciones impuestas por el régimen de Al Asad a los periodistas.
En medio de la violencia, las autoridades continúan con su programa de reformas -que hasta el momento no han contentado a la oposición-, como la formación de un nuevo Gobierno, cuyos miembros prestaron hoy juramento ante Al Asad.
Este Ejecutivo, el tercero desde el estallido de la revuelta, está encabezado por Riad Hiyab, anterior ministro de Agricultura y ex secretario general del partido gubernamental Al Baaz en la provincia de Deir el Zur (este) entre 2004 y 2008.
Entre los integrantes del nuevo gabinete, que cuenta con un Ministerio para la Reconciliación Nacional, hay algunas figuras de la llamada "oposición interna" que dirigen formaciones toleradas por el régimen.
Sin embargo, no parece probable que el cambio de gobierno calme la situación en Siria, donde después de 16 meses de conflicto se calcula que han muerto más de 15.000 personas, según datos de Naciones Unidas.
Los miembros del nuevo Gobierno sirio, que incluye algunas figuras de la oposición interna, juraron ayer sus cargos ante el presidente Bachar al Asad, informó la agencia oficial siria Sana.
Al Asad aprobó el pasado sábado la formación de un Ejecutivo, el tercero desde el estallido de la revuelta, que está encabezado por Riad Hiyab, anterior ministro de Agricultura.
Nacido en 1966 en Deir al Zur, en el este del país, el nuevo primer ministro fue nombrado titular de Agricultura del anterior Gabinete de Adel Safar el 14 de abril 2011.
El pasado sábado las autoridades anunciaron que el nuevo Gabinete cuenta con un Ministerio para la Reconciliación Nacional, ocupado por el opositor Ali Haidar, líder del Partido Social Nacionalista Sirio.
Por su parte, el también opositor y presidente del Frente Popular para el Cambio y la Liberación, Qadri Yamil, será viceprimer ministro para Asuntos Económicos y ministro de Comercio.
Los opositores incluidos en el gobierno forman parte de la llamada "oposición interna" y dirigen formaciones toleradas por el régimen, que abogan por una reforma de sus estructuras comandada por Al Asad.
En el nuevo Ejecutivo cobran peso dos firmes aliados de Al Asad, el ministro de Exteriores, Walid al Mualem, y el ministro de Defensa, Daud Rajha, que pasan a ser también viceprimeros ministros, de acuerdo a las informaciones publicadas el pasado sábado.
La designación de un nuevo primer ministro se produjo tras la celebración de elecciones legislativas el pasado 7 de mayo, de las que salió un Parlamento con mayoría de la coalición a la que pertenece Al Baaz, el partido de Al Asad.
La OTAN consideró ayer "inaceptable" el derribo de un avión militar turco por Siria y aseguró que seguirá "con mucha atención" los acontecimientos en la zona.
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