EFE | LA PATRIA | BOGOTÁ
El coronavirus ha contagiado sin distinción a ricos y pobres, pero también ha creado una brecha aún más profunda para dejar en evidencia que una cosa es enfrentar la crisis con los bolsillos llenos y otra con agujeros en los mismos: más de 70 multimillonarios latinoamericanos han visto crecer sus fortunas en lo que va de pandemia.
"La covid-19 no es igual para todos. Mientras la mayoría de la población se arriesga a ser contaminada para no perder el empleo o comprar alimentos, los multimillonarios no tienen que preocuparse", dijo ayer la directora de la organización humanitaria Oxfam Brasil, Katia Maia.
De acuerdo con este análisis, los más ricos "están en otro mundo, el de los privilegios y las fortunas que crecen en medio de la que tal vez sea la mayor crisis económica, social y de salud del planeta durante el último siglo".
En la orilla opuesta están los 52 millones de personas que se calculan volverán a la pobreza en América Latina y el Caribe, junto con otros 40 millones que pasarán a engrosar las filas de desempleados como consecuencia de las repercusiones que ha tenido la economía a escala global.
Por ello, no deja de causar escozor el que entre marzo y junio, justo cuando la covid-19 se ensañó con América, al menos 73 de los multimillonarios de la región hayan incrementado sus fortunas en 48.200 millones de dólares.
Esa cifra, señaló Oxfam, "equivale a un tercio del total de recursos previstos en paquetes de estímulos económicos adoptados por todos los países de la región" para auxiliar a los más pobres, desempleados y trabajadores informales durante la pandemia.
Precisamente, Estados Unidos -con 147.143 muertes de los 650.029 fallecidos en el mundo según la Universidad Johns Hopkins- además de contar infectados ha tenido que hacerle frente a las previsiones de la Reserva Federal que anuncian una contracción económica del 6,5 % para este año y una tasa de desempleo que rozará el 10%.
Lejos de ser la nación pujante que defiende a capa y espada su presidente, Donald Trump, la pandemia convirtió en pesadilla el sueño americano de 20 millones de estadounidenses que desde marzo han necesitado recibir subsidios del Gobierno por estar desempleados.
Sin embargo, en lo que puede considerarse una "inyección" de optimismo no solo para la economía sino para el ánimo mismo de los americanos, la farmacéutica Moderna empezó ayer la fase 3 del ensayo de su vacuna experimental contra la enfermedad y logró doblar la financiación gubernamental del medicamento hasta 955 millones de dólares.
Al respecto, el vicepresidente estadounidense, Mike Pence, sostuvo: "América primero" y después el mundo, al anunciar el comienzo de los ensayos, un hecho al que calificó de "esperanzador".
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