EFE | LA PATRIA | Bagdad
El nuevo Parlamento iraquí fracasó hoy en elegir, en su primera reunión, al presidente y los vicepresidentes de la Cámara por falta de quórum y consenso entre los diputados, y celebrará su próxima sesión el 8 de julio.
El parlamentario de mayor edad, Mahdi al Hafez, que presidió la sesión, anunció que se da un plazo de una semana para la segunda reunión, con el objetivo de dar mayor oportunidad a los bloques políticos a llegar a un consenso sobre los candidatos.
También explicó que durante esa semana contactará a los dirigentes de los grupos políticos para informarse de las decisiones que han tomado durante sus consultas y para saber si se celebra la próxima sesión o si hay necesidad de un nuevo retraso.
Al comenzar la sesión de hoy se contaba con el quórum legal, al haber presentes 255 diputados (de 328), pero después del descanso de media hora para efectuar consultas solo regresaron 75 parlamentarios.
Esta primera sesión se celebró en medio de fuertes divisiones políticas y de la amenaza de la insurgencia suní liderada por el Estado Islámico, que declaró el domingo un califato.
Los diputados fueron elegidos en las elecciones parlamentarias celebradas en abril, en las que ganó, pero sin mayoría la coalición Estado de Derecho, del primer ministro, el chií Nuri al Maliki.
Varios de ellos pidieron el retraso de la reunión y se manifestaron en contra de la propuesta de mantener la sesión parlamentaria abierta.
El dirigente de la chií Alianza Nacional Iraquí, Ibrahim al Yaafari, próximo a Al Maliki, aseguró, en esa línea, que los bloques políticos necesitan tiempo para alcanzar un consenso sobre las candidaturas.
Según los plazos constitucionales, una vez que el Parlamento elija el presidente y los vicepresidentes de la Cámara, esta tiene 30 días para elegir al presidente de la República.
El jefe de Estado tiene a su vez 15 días para encargar al bloque político con mayoría designar al nuevo primer ministro, que debe formar gobierno en el plazo de 30 días.
Las diferencias políticas hacen temer por la formación del ejecutivo, ya que muchos abogan por un gabinete de unidad nacional, lo que rechaza Al Maliki, que quiere mantener el puesto de primer ministro.
En medio de esta crisis, Al Hafez instó al comienzo de la reunión a restablecer la seguridad y la estabilidad para lograr "el desarrollo de Irak".
También pidió la unión de los distintos grupos étnicos y religiosos lejos del sectarismo y que se llegue a un acuerdo para afrontar "el gran desafío" actual.
Irak está inmerso en una grave crisis desatada por el avance de grupos insurgentes, que el pasado día 10 se hicieron con el control de Mosul, la segunda ciudad del país, y desde allí han progresado por otras zonas del norte y el centro.
Además, el Estado Islámico, liderado por Abu Bakr al Bagdadi declaró anteayer un califato musulmán desde la provincia siria de Alepo hasta la iraquí de Diyala.
La cifra de víctimas a causa de la violencia en Irak aumentó dramáticamente el pasado mes de junio, alcanzando los 2.417 muertos y 2.287 heridos, frente a los 800 fallecidos registrados en mayo, según los datos difundidos hoy por la ONU.
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