China anunció que responderá a Estados Unidos con las mismas medidas que el país norteamericano pretende imponerle.
Declaró que los acuerdos comerciales alcanzados por ambas partes quedan invalidados tras una nueva ola de aranceles anunciada por el Gobierno estadounidense.
La Casa Blanca informó de que impondrá aranceles del 25% a importaciones chinas por valor de 50 mil millones de dólares que contienen tecnologías y puso así fin a la calma lograda en las últimas semanas tras las negociaciones entre las dos economías más fuertes del mundo.
Como ha manifestado el gigante asiático desde el inicio de la crisis, China recordó que no está dispuesta a tener una guerra comercial, “pero el país no tiene otra opción que oponerse al comportamiento miope de Estados Unidos, que dañará a ambas partes".
Intereses
En un encuentro previo en Estados Unidos a comienzos de mayo, los dos Gobiernos acordaron parar la guerra comercial después de que EE.UU. suspendiera la posible imposición de aranceles por valor de 150 mil millones de dólares a cientos de productos chinos por temas de propiedad intelectual.
Por su parte, China, que es el segundo socio comercial de EE.UU., se comprometió a aumentar sus compras de bienes y servicios de Estados Unidos para equilibrar la balanza comercial, una reclamación del Gobierno norteamericano.
Sin embargo, Trump aseguró entonces no estar satisfecho con el acuerdo alcanzado y por eso anunció nuevas medidas contra lo que considera robo de propiedad intelectual y tecnológica y otras prácticas comerciales injustas llevadas a cabo por China.
Según un portavoz del Ministerio de Comercio citado por la agencia oficial Xinhua, esta medida no solo daña los intereses bilaterales, sino que socava el orden comercial mundial. "Hacemos un llamado a todos los países para que tomen medidas colectivas para frenar ese movimiento obsoleto y regresivo y salvaguarden los intereses comunes de la humanidad", añadió.
Mil 102 productos chinos de tecnologías serán castigados por el Gobierno estadounidense, una cifra algo inferior a la inicialmente propuesta en marzo.
Industrias como la robótica, aeroespacial y automovilística serán las golpeadas a partir del 6 de julio por esta nueva ola de aranceles, que no afectará, por otro lado, a bienes de consumo como teléfonos móviles o televisiones.
Dialogar
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos llamó la atención sobre algunos riesgos futuros en la economía mundial, especialmente el de una posible guerra comercial.
La receta del organismo fue continuar el diálogo, porque la eventualidad de una guerra comercial es algo que "no queremos experimentar".
La crisis entre ambas naciones arrancó en marzo, cuando el Gobierno de Trump anunció impuestos a las importaciones de acero y aluminio chinos por valor de 50 mil millones de dólares.
China respondió entonces con la imposición de gravámenes a un conjunto de 128 productos estadounidenses y comenzó una ola de medidas de uno y otro lado hasta que arrancaron unas negociaciones que se convirtieron en papel mojado.
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