EFE | LA PATRIA | BARCELONA
5,5 millones de catalanes están convocados hoy a unas elecciones regionales claves para el futuro de Cataluña, con la sociedad dividida en dos bloques: los partidarios y los contrarios a la independencia de esa región.
Las elecciones tienen un carácter excepcional, ya que fueron convocadas por el Gobierno español después de cesar al Ejecutivo regional tras la ilegal declaración de independencia del pasado 27 de octubre.
Esta intervención confiere a los comicios una importancia nacional, porque los resultados se leerán también como un castigo o una aprobación para los partidos contrarios a la independencia que apoyaron las medidas del Gobierno central, dirigido por el conservador Partido Popular (PP).
Además, los cabezas de lista de las dos principales formaciones independentistas: el expresidente regional Carles Puigdemont y el exvicepresidente Oriol Junqueras, no han podido hacer campaña en Cataluña debido a su situación procesal, igual que otros candidatos, encausados por su participación en el proceso de secesión.
Puigdemont, candidato por JxCat (Juntos por Cataluña, independentistas de centroderecha) y huido en Bélgica, junto a otros cuatro miembros de su antiguo gobierno, mientras que Junqueras, cabeza de lista de ERC (republicanos de izquierda) está en prisión provisional en una cárcel de Madrid, situación que comparte con otros dos candidatos.
Los encarcelamientos de dirigentes independentistas y el traslado de Puigdemont y una parte de gobierno cesado a Bélgica, junto con el ilegal referéndum independentista del 1 de octubre, monopolizaron la campaña de las candidaturas y eclipsaron cualquier otro tipo de propuestas políticas o sociales.
Mientras que los partidarios de la independencia: -JxCat, ERC y CUP (radicales antisistema)- reivindicaron la "república catalana" y denunciaron la "represión" del Estado, los no independentistas: Ciudadanos (liberales), socialistas y PP reclamaron el fin del proceso soberanista al constatar que lleva a Cataluña al "precipicio".
Entre estos dos bloques, la coalición de izquierda En Común Podem, intentó hacerse un hueco rechazando la independencia, pero criticando también el cese del Gobierno catalán y el enjuiciamiento de los políticos secesionistas.
Según las encuestas, la Cámara será previsiblemente muy plural, ya que hay siete grupos con posibilidades de tener representación, y cuatro de ellos disputándose las primeras posiciones: los independentistas JxCat y ERC, además de los liberales de Ciudadanos y los socialistas, éstos dos últimos contrarios a la independencia.
Muestra del interés que despiertan los comicios es la participación masiva que pronostican los sondeos, que rondaría el 80%, pese a que se celebran en un día laborable, algo que no ocurría en España desde las elecciones generales de 1982, ya que en ese país se suele votar los domingos.
La sociedad catalana ha dado muestras de una gran movilización en los últimos años, donde ha aumentado su participación en las elecciones, hasta alcanzar en 2015 el 74,95%.
El dato
Esta es la cuarta vez en siete años que los catalanes celebran elecciones regionales, tras las del 2010, 2012 y 2015, ejemplo de la inestabilidad política que vive la región, marcada por el debate independentista de los últimos tiempos.
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