EFE | LA PATRIA | Sofía (Bulgaria)
Las autoridades búlgaras confirmaron hoy que la policía de Alemania ha detenido al supuesto asesino de la periodista Viktoria Marinova y que las primeras averiguaciones apuntan a que el crimen no está relacionado con el trabajo de la informadora.
El ministro del Interior búlgaro, Mladen Marinov, declaró hoy a la prensa en Sofía que el sospechoso, cuya madre vive en Alemania, ha sido identificado como residente de Ruse.
El cuerpo de la periodista de 30 años fue hallado el sábado por la tarde después de que fuera violada y asesinada el día anterior en Ruse, en el norte del país balcánico, lo que generó una oleada de indignación en Bulgaria y en Europa.
Marinova era una presentadora y directora de TVN, un canal privado local.
Los agentes búlgaros encontraron en la casa del sospechoso en Ruse un pantalón y ropa interior de la víctima, mientras que las muestras de ADN del detenido coinciden con las encontradas en el cuerpo de la mujer, agregó el ministro.
El sospechoso, que cuenta con antecedentes por robo de metal en 2007, huyó el domingo a Alemania, según datos del ministro del Interior.
"En este etapa no podemos decir que el asesinato está relacionado con la vida profesional de la víctima", aseguró a la prensa el fiscal general, Sotir Tsatsarov, aunque matizó que todavía siguen abiertas todas las hipótesis.
El fiscal aseguró que ya se han presentado cargos contra el detenido por violación con uso de la fuerza y asesinato, lo que puede acarrear hasta una pena de cadena perpetua.
Tsatsarov dijo que el detenido había bebido grandes cantidades de alcohol y que parece tratarse de un asalto espontáneo con intenciones sexuales, realizado con un ensañamiento brutal.
Tras golpearla en la nariz y en el rostro, la arrastró hasta una zona arbolada y la violó de forma brutal y perversa, según el fiscal general.
"Siguieron más golpes: el sospechoso entrenaba boxeo. El resultado de estos golpes le provocaron más traumas en el cráneo, lo que unido a que también aspiró sangre, le causó la muerte", agregó Tsatsarov.
El hecho de que la víctima había investigado un caso de corrupción con dinero de la Unión Europea en Bulgaria, con sobornos a empresarios y políticos locales, sugería un posible motivo profesional.
El primer ministro búlgaro, el populista conservador Boiko Borisov, criticó a la prensa búlgara por ofrecer una imagen negra del país al vincular la muerte de la periodista con su actividad informativa y especular con que se trataba de un asesinato por encargo.
"Si hubiera sido por encargo el autor no dejaría su saliva sobre el cadáver", argumentó Borisov.
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