Los incendios forestales en Australia, entre los más graves en este siglo, han causado en las últimas horas la muerte de tres personas y amenazan con agravarse con una ola de calor que los ecologistas atribuyen a la crisis climática.
Global Watch Forest Fires, que monitorea los incendios forestales del mundo, muestra el mapa de Australia en llamas, sobre todo en la costa este y meridional.
La ola de calor en Australia, que rompió durante dos días consecutivos récords de temperatura de 40,9 y 41,9 grados el martes y el miércoles, agravó estos incendios, que han cobrado la vida de ocho personas desde julio.
La última víctima falleció ayer en el estado de Australia del Sur, donde otra persona esta desaparecida, y cuatro bomberos y tres policías heridos por quemaduras o inhalación de humo.
Voluntarios heróicos
En Nueva Gales del Sur, el estado más afectado por los incendios y en donde se declaró por segunda vez este año el estado de emergencia, murieron dos bomberos voluntarios y otros tres resultaron heridos cerca de Buxton, a unos cien kilómetros al suroeste de Sídney.
Ese incendio, el de Green Wattle Creek, que el jueves calcinó una veintena de viviendas, junto al de Gospers Mountain, a unos 200 kilómetros al noroeste de la ciudad y que se expande en 440 mil hectáreas de terreno, amenazan a Sídney, la capital de NSW y la mayor ciudad australiana.
"Cada uno de los bomberos voluntarios no están ahí porque quieren. Están ahí porque aman al prójimo y sobre todo aman lo que hacen", dijo el argentino-australiano Xavier Cerbelli, del Servicio Rural de Bomberos de NSW, que tiene la fuerza de integrantes voluntarios más grande del mundo.
Los incendios en Nueva Gales del Sur también provocaron la muerte de dos mil koalas, y han calcinado unas 800 viviendas y unos tres millones de hectáreas de terreno.
Priorizar
El primer ministro australiano, Scott Morrison, criticado por su apoyo al carbón, la escasa iniciativa contra la crisis climática y quien se encuentra de vacaciones con su familia en Hawai, anunció que las acortaba para retornar al país.
La comentarista política Mishelle Grattan declaró en la revista The Conversation que Morrison, quien se niega a vincular los incendios con el cambio climático, debería estar físicamente en el país para dar al menos apoyo moral en momentos de desastre.
"Las prioridades de un primer ministro deben ser las necesidades de su posición por encima de los asuntos personales, especialmente sus vacaciones", opinó Grattan al recordar que "muchos bomberos sacrifican sus vacaciones (y mucho más) este verano".
Los peores incendios en Australia, denominados Sábado negro, se produjeron el 7 de febrero del 2009 cuando las temperaturas se elevaron hasta los 46,4 grados y las llamas causaron 173 víctimas mortales, una tragedia considerada como el peor desastre natural de la historia moderna del país.
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