GUILLERMO XIMENIS
EFE | LA PATRIA | LONDRES
El asesinato a tiros de una diputada laborista, partidaria de que el Reino Unido continúe en la Unión Europea (UE), conmocionó ayer al país y llevó a la paralización de la campaña del referéndum del día 23.
Jo Cox, de 41 años, murió poco después de recibir varios disparos y ser apuñalada en la localidad de Birstall (norte de Inglaterra), un incidente por el que ha sido detenido un hombre de 52 años.
La policía investiga el relato de diversos testigos que indicaron que el atacante gritó la consigna "¡El Reino Unido primero!", nombre de una formación de ultraderecha contraria a la inmigración y la Unión Europea.
Los dos campos enfrentados de cara a la consulta sobre la UE ("Britain Stronger in Europe", partidarios de la permanencia, y "Vote Leave", que defienden el "brexit") anunciaron poco después del incidente la suspensión de todos los actos de campaña durante la jornada.
La parlamentaria inglesa, con asiento en la Cámara de los Comunes desde las últimas elecciones generales, en mayo del 2015, fue atacada en las inmediaciones de una biblioteca local, donde cada semana participaba en encuentros con electores de su circunscripción.
"Salía de la biblioteca con su asistente y el atacante la estaba esperando. Primero le apuñaló y un hombre trató de detenerle, luego le disparó", relató a los medios Terry Flynn-Edwards, testigo de lo sucedido.
Otras personas que se encontraban en el lugar describieron cómo el atacante, ataviado con una gorra blanca, disparó una pistola al menos tres veces contra Cox, dos de ellas cuando ya estaba tendida en el suelo, además de apuñalarla.
Dos décadas después
Se trata del primer asesinato de un diputado británico desde que el Ejército Repúblicano Irlandés (IRA) se atribuyó la muerte del conservador Ian Gow en 1990.
El primer ministro británico, David Cameron, se encontraba volando hacia Gibraltar cuando se produjo el ataque, donde tenía previsto participar en un mitin a favor de seguir en Europa junto al ministro principal del Peñón, Fabián Picardo.
El jefe del Gobierno conservador, que suspendió ese acto, encabezó las condolencias de todos los partidos por la muerte de Cox y decidió que las banderas de Downing Street, su residencia y despacho oficial, así como del resto de instituciones en el centro de Londres luzcan sus banderas a media asta.
"La diputada tenía un largo historial de solidaridad. Había mostrado un enorme interés en tratar de dar apoyo a los refugiados sirios y hacer lo correcto en este mundo", afirmó Cameron.
También expresó su consternación el líder del Partido Laborista, Jeremy Corbyn, que señaló que todo el país está conmocionado por el horrible asesinato de su compañera.
Nigel Farage, líder del eurófobo Partido por la Independencia del Reino Unido (UKIP) y abanderado de la campaña por el "brexit", se mostró entristecido por el asesinato y envió sus condolencias a la familia de la víctima.
La inmigración es un tema que preocupó a Cox durante su carrera política. En su primer discurso en el Parlamento británico, hace un año, la diputada hizo un alegato en favor de la diversidad en su circunscripción, Batley y Spen, en el
Tras conocerse su asesinato, el esposo de la parlamentaria, Brendan Cox, hizo un llamado a luchar contra el odio que la mató, un rencor que "no tiene credo, raza o religión", y dijo que tratará de que sus hijos se vean "bañados en amor".
La diputada, que habría cumplido 42 años el próximo miércoles, vivía con su familia en una vivienda construida dentro de un barco atracado cerca del Puente de la Torre de Londres (Tower Bridge), en las lindes del río Támesis.
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