Los líderes de Rusia y la Unión Europea abren hoy en San Petersburgo la XXIX cumbre que tratará de sentar las bases de la futura cooperación entre las partes tras la asunción de Vladímir Putin como presidente.
"La meta principal (de la cumbre) es confirmar los resultados alcanzados en los últimos años en el marco de nuestra cooperación y determinar el futuro rumbo", aseguró el presidente del Consejo Europeo, Herman van Rompuy.
La cumbre de hoy celebrada en la ciudad natal de Putin es la primera desde su retorno al Kremlin el pasado 7 de mayo, tras lo que el anterior presidente ruso, Dmitri Medvédev, pasó a ser primer ministro.
Mientras, la UE, además de Van Rompuy, está representada por el presidente de la Comisión Europea, Jose Manuel Durao Barroso, y la jefa de la diplomacia comunitaria, Catherine Ashton.
Como ya es tradicional, la cumbre empieza con una cena informal que marca la pauta de lo que anunciarán los líderes del Veintisiete y de Rusia tras las consultas oficiales.
Se espera que los líderes europeos pidan a Putin más flexibilidad en la mediación en el conflicto sirio.
"De todos modos, la posición rusa sigue siendo distinta, sigue siendo muy precavida en lo que se refiere a posibles resoluciones en el Consejo de Seguridad" sobre Siria, manifestó a Efe Fernando Valenzuela, embajador de la UE en Rusia.
Rusia aseguró esta semana que no modificará bajo presiones diplomáticas su postura de oposición a una intervención militar extranjera en Siria y de respaldo al plan de paz de Annan.
Además, tachó de "contraproducente" la expulsión de los embajadores de Damasco de la mayoría de los países occidentales como protesta por la reciente matanza en la ciudad siria de Hula.
Entre otros conflictos regionales abordados en la cumbre también figuran en la agenda los de Cisdniéster, Nagorno Karabaj y Georgia.
"Esperamos que el nuevo presidente ruso se manifieste igual de activo en el problema del (enclave armenio) de Nagorno Karabaj y mantenga los esfuerzos para solucionar el conflicto entre Armenia y Azerbaiyán", dijo a la agencia Interfax un representante de la delegación europea bajo condiciones de anonimato.
Al mismo tiempo, catalogó de "notorias" las discrepancias entre Rusia y la UE sobre el estatus de las regiones separatistas georgianas de Osetia del Sur y Abjasia.
Con todo, dijo que sí se han observado ciertos avances en la postura de Rusia sobre la resolución del conflicto de Cisdniéster.
Según los mismos diplomáticos europeos, la UE no espera "grandes cambios en las líneas prioritarias de la política exterior, energía o comercio", y sólo "matices diferentes" con respecto a Medvédev, que presidió el Kremlin entre 2008 y 2012.
Otro de los asuntos abordados por las delegaciones rusa y europea es la crisis de la deuda, en la que, según Valenzuela, "Rusia mantuvo siempre una postura coherente y muy favorable al mantenimiento del Euro y de la estabilidad monetaria en la UE".
Las críticas rusas al tercer paquete energético de la UE y el régimen de visados también son incluidos en la agenda de las conversaciones, aunque no se esperan decisiones definitivas en ninguno de los dos asuntos.
Se informa también de que las partes tratarán el tema de las controvertidas elecciones parlamentarias rusas de diciembre y las presidenciales de marzo, y la ola de multitudinarias protestas opositoras contra el fraude electoral y a favor de las reformas políticas.
Según señalan los expertos, la cumbre no tiene como objetivo buscar "soluciones prácticas" a los problemas con los que tropiezan las partes sino que sirve para marcar los enfoques actuales y determinar el rumbo de la futura colaboración.
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