La ampliación del Canal de Panamá, en cuyas obras participan la empresa española Sacyr Vallehermoso y la panameña Constructora Urbana, permitirá el tránsito de barcos con el triple de volumen de carga que los que actualmente surcan el conocido canal a partir de octubre de 2014.
"Creo que será uno de los hitos de la ingeniería de este siglo", dijo ayer a Efe en Venecia (noreste italiano) el gerente de electromecánica de la obra, el ingeniero español Sergi Ametller, un responsable del consorcio Grupo Unidos por el Canal (GUPC) -integrado también por la empresa italiana Impregilo y la belga Jan de Nul-, que se encarga de construir un tercer ramal que se una a los dos ya existentes.
Para conseguirlo se emplearán 3,2 billones de dólares en construir dos nuevas salidas del canal, una en la vertiente atlántica y otra en la pacífica, que podrán surcar barcos con cargas de 12.600 contenedores y 366 metros de eslora, frente al máximo de 4.400 contenedores y 294 metros de las naves que atraviesan esta importante ruta marítima en este momento.
Según los responsables del proyecto, la ampliación permitirá que una nave atraviese el salto de agua de cada lado en unas dos horas y media y pueda completar su paso por el Canal de Panamá en un promedio de 10 horas y excepcionalmente en ocho.
La dificultad de la ampliación del canal radica en las dimensiones de la obra, que contará con 158 válvulas y 16 compuertas -con un peso total de 50.000 toneladas- que se construyen en la actualidad en las fábricas que la empresa italiana Cimolai tiene en localidades cercanas a Venecia.
"Las compuertas son la parte de mayor complejidad técnica del proyecto", refirió a Efe Ametller, que detalló que, mientras las ya instaladas en el canal son abisagradas, las nuevas serán rodantes y su altitud equivalente a un edificio de 20 pisos, por lo que una buena parte de su interior estará vacía para que puedan ser arrastradas al cerrar y abrir las cámaras.
Cómo va
Según explicó el ingeniero español, las compuertas funcionan en sistema doble para garantizar que en caso de avería el ramal pueda seguir funcionando y tienen distinto tamaño en función de la vertiente oceánica en la que estarán ubicadas.
"Las más grandes estarán en el lado Pacífico por su mayor riesgo sísmico y porque sus mareas son más altas", refirió el gerente, que destacó que están con "acero 100 % europeo" proveniente de Italia, República Checa, Macedonia, Alemania y Polonia y que se empezarán a trasladar en barco a Panamá -"de cuatro en cuatro"- durante 2013 para realizar pruebas a principios de 2014 y tener concluido el proyecto el 21 de octubre de 2014.
El consorcio estima que para el tránsito de un carguero grande por el Canal son necesarios 200 millones de litros de agua pero que al tratarse de barcos "más eficientes" y en "menor número" por otra parte tendrán un menor impacto que un mayor número de barcos más pequeños, según su gerente ambiental, el panameño Luis Villarreal.
GUPC debe garantizar el 99,6 % de la disponibilidad de navegación, o de lo contrario podría ser penalizado e incluso tendría que hacerse cargo del mantenimiento de la ampliación durante los dos años siguientes a la finalización de las obras.
Pero los responsables del consorcio son optimistas porque el proyecto está "sometido a constantes auditorías" y "pruebas" y ya se ha completado un 15 % del trabajo de compuertas, de manera que los plazos cumplen con el calendario, concluyó Ametller.
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