LUCÍA LEAL
EFE | LA PATRIA | WASHINGTON
La mayoría de los Estados miembros de la OEA llamó ayer a un diálogo entre Estados Unidos y Venezuela, en una sesión donde la canciller venezolana, Delcy Rodríguez, alertó de que las sanciones impuestas por EE.UU. a su Gobierno son el preludio de una intervención militar en su país.
Los cancilleres y representantes del continente, reunidos en la Organización de Estados Americanos (OEA) para tratar la escalada de tensión entre EE.UU. y Venezuela, coincidieron en la importancia de que los dos países conversen para rebajar las tensiones.
La sesión extraordinaria del Consejo Permanente de la OEA, convocada para escuchar a la canciller venezolana, no resultó en ninguna declaración formal del organismo, a diferencia de lo ocurrido en las citas de la Unasur o el ALBA en los últimos días.
El debate reveló la reacción, que osciló entre el rechazo, la perplejidad y las dudas, de los países del continente ante la orden ejecutiva emitida este mes por el presidente estadounidense, Barack Obama, que declaró una emergencia nacional por la amenaza de la situación en Venezuela a la seguridad de Estados Unidos.
Van por el petroleo
La canciller venezolana alertó de que esa declaración, que incluyó la imposición de sanciones a siete funcionarios venezolanos, violenta el derecho internacional y la soberanía de Venezuela, además de suponer una amenaza real para su país.
"La historia ha demostrado que la aplicación de decretos de esta naturaleza suelen preceder a intervenciones militares (...). Intereses hegemónicos pretenden apoderarse de la mayor reserva de petróleo del mundo", denunció Rodríguez.
El representante interino de EE.UU. ante la OEA, Michael Fitzpatrick, quiso dejar claro que su Gobierno no está preparando una invasión militar en Venezuela.
"No buscamos desestabilizar o derrocar al Gobierno de (el presidente Nicolás) Maduro con un golpe de Estado", dijo.
El funcionario estadounidense intentó corregir las malas interpretaciones que se han hecho sobre lo que implica la orden ejecutiva emitida por Obama, al explicar que ese tipo de decretos se han aplicado respecto a docenas de países y su emisión era un requisito de una ley aprobada por el Congreso de EE.UU. en diciembre.
También llamó a la OEA, una institución basada en principios democráticos, a pronunciarse sobre la situación de derechos humanos en Venezuela, incluida la detención de líderes opositores.
Advertencia
El secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, opinó que no es común en la región que un país sea declarado amenaza a la seguridad de otro, y alertó de que la escalada de tensión entre EE.UU. y Venezuela puede tener consecuencias impredecibles.
Insulza afirmó que la OEA debe llamar al diálogo y buscar la concordia entre esos dos países, y resguardar así el ambiente positivo que había generado el acercamiento entre EE.UU. y Cuba para la Cumbre de las Américas que se celebrará en Panamá en abril.
Al respecto, la vicepresidenta y canciller de Panamá, Isabel Saint Malo, aseguró durante la sesión que su país se pone a la disposición de EE.UU. y Venezuela y ofrece sus buenos oficios para procurar que prevalezca el diálogo como el único mecanismo que puede permitir abordar las tensiones surgidas.
El ministro de Exteriores de la República Dominicana, Andrés Navarro, consideró que para el éxito de la Cumbre de las Américas es necesario que el diálogo entre EE.UU. y Venezuela se inicie lo antes posible.
Al llamado al diálogo se sumaron los representantes de Colombia, Perú, Brasil, Guatemala, Honduras, entre otros, mientras que la canciller venezolana recordó que se va a crear un grupo de ministros encargado de mediar en su diálogo con Estados Unidos.
El canciller de Ecuador, Ricardo Patiño, lidera ese grupo de mediadores, cuya creación se decidió en una reunión de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de América (ALBA) esta semana, pero por el momento Estados Unidos no ha indicado si está dispuesto a implicarse en ese mecanismo.
Venezuela, quinto exportador mundial de crudo, vende alrededor de 2,5 millones de barriles de petróleo diarios, de los cuales aproximadamente 870.000 barriles diarios entre crudo y productos son destinados a EE.UU. que es, junto a China, el principal consumidor de crudo venezolano.
La cesta venezolana, que se cotiza actualmente en 47,91 dólares por barril, proporciona más del 90 % de las divisas que recibe el país y la mitad de los ingresos del presupuesto fiscal, calculado para 2015 con un precio del barril de 60 dólares.
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