MARTHA LUCÍA GÓMEZ Y SANTIAGO ZAPATA
LA PATRIA | MANIZALES
El 18 y el 19 de junio, Carlos, abogado de 27 años, fue a dos fiestas en discotecas de Milán y El Cable en Manizales. Iba a celebrar el cumpleaños de unos amigos y no se preocupó por cuidarse. “Abusé de la confianza de creer que no me contagiaría. Me arriesgué”, comenta.
Tras casi dos semanas, comenzó a sentir molestias respiratorias. Se hizo la prueba de covid-19 y resultó positivo. Está casi seguro de que se contagió en estas reuniones, pues ni sus acompañantes ni el resto de personas cumplieron en los sitios con los protocolos de bioseguridad.
Hoy, a pesar de su edad, Carlos se encuentra aislado, con complicaciones para hablar y dependiendo de incentivos respiratorios. “Esto de no tener olfato ni gusto es bien maluco. Cuídense mucho, esto no es un juego”.
Fachada
Karen, de 19 años, asistió a un concierto en una discoteca el 6 de junio. Menciona que para entrar, revisaron el cumpliento de los protocolos. “Solo se preocuparon en la entrada de que tuviera bien puesto el tapabocas, me echaron gel antibacterial en las manos y ya. Adentro era otro mundo”.
Cuenta que era como si no existiera la pandemia: no había distanciamiento, muy pocos tenían el tapabocas y no parecían preocupados por su salud. Esa era la normalidad. “A mí me gustó eso, porque fue como liberarme de todas las restricciones del resto del mundo por un rato. Fue muy chévere”.
Debido a que era un concierto, la falta de protocolos se agudizó cuando el cantante invitado llegó. Los presentes se amontonaron a su alrededor para verlo. Además, entrada la noche y por los efectos del licor, todos tenían descubiertas nariz y boca. “Si estando sobrias era escaso que las personas le pusieran cuidado a la prevención, borrachas ya era imposible”, agrega Karen.
En esa rumba, por fortuna ella no se contagió. “Las discotecas no le prestan atención real a los protocolos. Los requisitos para entrar son pura fachada para que no les pongan problema”, concluye.
Foto | Tomada del Instagram @2150club | LA PATRIA
Bares, discotecas y sitios de baile en Manizales deben funcionar máximo con 50 personas, si tienen esa capacidad.
No se puede tapar
Otros ciudadanos se aterran de la falta de controles al ver incluso en las afueras, ventanas y balcones de negocios, gente sin cumplir los protocolos para evitar más contagios de covid-19. Por redes sociales promocionan fiestas, show, noches de travesuras, cover más económico para las primeras 80 personas, baile sin límites, entre otros mensajes; pero ninguno habla de los cuidados.
Fernando Cañón es el dueño de Salvaje (en Milán, antes Manila) discoteca abierta desde el 4 de junio. Asegura que le dicen a la gente que se ponga el tapabocas, pero que es muy complicado obligarlo. "Quien diga que toda la gente lo mantiene puesto dentro de un negocio de estos es una mentira".
Detalla que exigen que la gente entre con tapabocas y todos los empleados lo mantienen puesto; el distanciamiento físico; tener ventilados los negocios, para lo que tienen seis extractores de aire, y tener alcohol a la entrada. Trabajan con un aforo del 30%, más o menos 180 personas porque son dos pisos.
Cañón también es vicepresidente del sindicato Sibarca y argumenta que el incremento de la covid-19 por la reapertura de los bares y discotecas es mínimo. "Nos reactivamos en septiembre 19, pero en diciembre y enero estuvimos casi todo el tiempo cerrados porque se había disparado el virus; pero entre más nos cierran sube más el contagio, porque la gente se va para las casas a parrandiar, hay menores de edad, consumen más licor y están más juntos. ¿Cuando todos estos negocios estuvieron cerrados, de dónde salió tanto contagio?".
Show y eventos
Los dueños de otros establecimientos, como la sociedad de Julián Pineda y Martín Emilio Osorio para Benditoseas y Barroco Coctels y la marca comercial El Dóllar dicen que cumplen las condiciones del decreto nacional vigente, que contiene entre otros aspectos el aforo. Para Barroco, que en condiciones normales era de 350 a 400 personas, ahora es de 30% lo que da al menos 150 personas, y para Benditoseas el resultado sería de unas 90 aplicando el mismo porcentaje.
"A la entrada, le explicamos a la gente sobre la conveniencia de cumplir los protocolos y se sabe que el distanciamiento es entre mesas, no entre personas de una misma mesa. Deben tener el tapabocas puesto, excepto que estén sentados en la mesa, y es obligatorio para trasladarse dentro del local", señala Osorio.
Benditoseas realizó el 26 de junio un show con Los Duros del Despecho, como se ve en su página de Instagram. Al preguntarle a Osorio sobre este tipo de eventos y la queja de algunas personas sobre la cantidad de gente allí y sin tapabocas responde: "¿quién lo dice?, no puedo pronunciarme sin saberlo".
Agrega que han tenido cada 8 o 15 días operativos de la Secretaría de Gobierno Municipal para verificar que cumplen las condiciones.
Jhon Jairo Velásquez, propietario de Moliendo Café (antigua vía a Chinchiná), La Vikina (Milán), Gran Bar (Milán) y La Klave (El Cable), asegura que están en el plan de reactivación de bares y gastrobares porque la Alcaldía determinó que cumplen los protocolos de bioseguridad.
"Tenemos en la entrada de los negocios alcohol y gel para que la gente se aplique, y deben entrar con tapabocas puesto, igual si van a ir al baño y regresar con él a la mesa. Controlar que todo el mundo tenga puesto el tapabocas todo el tiempo es muy difícil, porque nuestros negocios también son restaurantes y la gente está comiendo y bebiendo".
El mes pasado en Moliendo Café se realizó la fiesta blackandwhite y que al parecer vendió más boletas de lo permitido. Sobre esto, Velásquez dice que fue un negocio en el que alquilaron el local. "No tuvimos nada que ver con eso. Ya la discoteca no la volvimos a alquilar. A la persona le tocó reintegrar el dinero a quien no pudo entrar".
Su hermano Carlos Humberto Velásquez, dueño de la discoteca Carrataplán (a 500 metros de la Estación Uribe), dice que trabajan con un aforo del 35%, lo que da 315 personas, pero que realmente van a parrandiar máximo 200 y más que todo los sábados, porque el resto de días no les llegan 50.
¿A sí sean 200, no son muchas?, se le preguntó. "Es un espacio de 400 metros cuadrados, tiene 8 puertas; es estilo finca, tiene ventanas y corredores, totalmente aireado. El distanciamiento está mínimo 2 metros entre mesas y al ingreso se le exige a todo el mundo que debe hacer lavado de manos y usar tapabocas al ingreso y se van a desplazar por la discoteca, en las mesas no. Si no tienen tapabocas se los regalamos. Se desinfecta la mesa a cada rato con alcohol. En cada botella de licor le pusimos un sticker diciendo que se pongan el tapabocas".
A pesar de que los propietarios consultados dieron sus promedios de aforo, lo permitido es otra cosa, según indica el secretario de Salud de Manizales (ver Riesgo de contagio).
Ilegalidad sin control
Efraín Muñoz, del grupo La Ciudad de la Noche y propietario de De Farra Club Social (sector Plaza de Toros), afirma que están trabajando bajo los protocolos de bioseguridad emitidos por el Ministerio de Salud, que dicen que debe haber un metro de distancia entre personas y ellos tienen las mesas cada dos metros.
"Quiere decir que podemos tener un aforo máximo del 30% al 35% máximo. Las personas que ingresen deben tener puesto el tapabocas, igual deben hacerlo cuando se dirijan a las áreas comunes, pero no nos está llegando gente a departir".
Señala que han tenido dificultades severas y que lo único que ha traído tanta restricción es ilegalidad y clandestinidad. "Hemos visto como han proliferado establecimientos de comercio nocturno ilegales en el Centro, en Las Delicias; en fincas que están alquilando, que no cumplen ninguna medida. También algunos moteles a donde se meten en suit 20 y 30 personas. Los hemos denunciado y no ha pasado nada. Pero a los establecimientos legales les cae todo el peso del Estado. Pedimos regulación".
Riesgo de contagio
El secretario de Salud de Manizales, Carlos Humberto Velásquez, dice que esto que sucede en Manizales es igual en todo el mundo. Explica que el conocimiento sobre la forma de transmisión del coronavirus habla de la capacidad de permanecer flotante en espacios de baja ventilación, de tal manera que el ambiente queda contaminado y cualquier persona en una inhalación de aire puede infectarse.
Agrega que cuando se gana confianza dentro de un ambiente cerrado para retirarse el tapabocas; incrementar el número de personas; practicar actividades como bailar, cantar, hablar en voz alta hacen que proliferen más los aerosoles de potenciales contagiados que están sin síntomas o que aún con ellos rompen el aislamiento y terminan en estos espacios.
Manifiesta que el licor es también un condicionante que de alguna manera rompe la protección y el autocuidado."Después de tres o cuatro tragos ya las personas optan por retirarse el tapabocas creyendo que se encuentran en una burbuja de protección, pero con una sola persona que dentro de ese ambiente cerrado ya esté contagiada, la polución del ambiente con aerosoles hace que cualquiera que esté en ese espacio pueda infectarse".
Expresa que no se puede olvidar que Manizales está en Alerta Roja por el pico sostenido de la pandemia. "Desde lo radical en el sistema de salud, no se deberían visitar estos sitios en momentos de tan alto número de personas positivas activas. Lo ideal fuera que los propietarios hicieran cumplir la norma y generaran el distanciamiento físico, la obligatoriedad del uso constante del tapabocas, que solo se retirara para consumir alimento o licor, cosa que es muy difícil".
Menciona que están vigentes las resoluciones 666 y 777 del Ministerio de Salud que contemplen las medidas de bioseguridad para todos los sectores de la economía. Los establecimientos nocturnos deben garantizar ventilación, y los que no tengan esa capacidad no deberían funcionar; hacer control sobre el cumplimiento de la bioseguridad con el uso de tapabocas permanente, lavado de manos y distanciamiento físico entre personas, incluso de la misma mesa, y uso de desinfectantes para la limpieza de manos y superficies. "En este momento, la Resolución 777 señala que cuando hay más del 80% de ocupación en las UCI, ya no aplica el aforo del 25%, sino que solo se pueden permitir máximo 50, siempre y cuando el espacio sea suficiente para mantener un metro de distancia entre cada persona".
Controles
Hasta el momento no hay establecimientos sancionados por incumplir los protocolos de bioseguridad, dice Hernando Peláez, jefe de Seguridad Ciudadana, dependencia de la Secretaría de Gobierno Municipal. Expresa que los fines de semana hacen controles a establecimientos con los inspectores de Policía y funcionarios de la Secretaría. "Este fin de semana lo haremos porque también hemos recibido quejas".
Exigen el cumplimiento de requisitos para el funcionamiento del establecimiento y de los protocolos de bioseguridad que señala la Resolución 777. ¿Si encuentran a alguien sin tapabocas dentro de un local, qué deben hacer? "Podemos proceder a la suspensión temporal de la actividad".
Si alguien requiere denunciar lo puede hacer por el correo secretaria.gobierno@manizales.gov.co
Foto|Tomada del Facebook @laklave | LA PATRIA
La Klave tenía programado para este fin de semana un concierto de salsa. Después de hablar con su propietario para este informe lo suspendió, como se ve en este aviso.
Bajan la guardia
Según el psicólogo José Fernando Vélez, la sensación de liberación en las discotecas responde a la relajación que los gobernantes han generado en el país con respecto a las medidas de bioseguridad.
“A pesar de que las restricciones las imponen los alcaldes, también liberaron el comercio nocturno. Si ellos no les ven problema a las aglomeraciones ni a los eventos masivos difíciles de controlar, la juventud bajará la guardia con muchísima más razón”.
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