JUANITA MOSQUERA LASSO - MARTHA LUCÍA GÓMEZ
LA PATRIA | MANIZALES
Hasta hace unos cuatro años, a la finca de Rosa Elena Polanía, en la vereda La Ciénaga del municipio de San José (Caldas), le sobraba el agua. “Salían chorros por todas partes”, comenta. Pero desde hace aproximadamente dos años las fuentes de agua empezaron a secarse.
“Llegó el punto en que no tuvimos agua ni para nosotros, mucho menos para los animales y se nos murieron dos mil peces”. Tuvo que enterrarlos, porque el olor era fétido y no había agua para lavar los espacios.
Por un tiempo, ella y los ocho habitantes de la finca se vieron obligados a regresar a San José y dejar la finca a cargo de una hija, pues el agua no era suficiente para todos. Actualmente recolectan agua del único nacimiento que queda donde un vecino, pero en época de verano se quedan se seca por completo. “Nos preocupa por los cultivos de café, también por los animales”.
El esposo de Rosa Elena, Rodrigo Valencia, tiene 70 años y presenta problemas de salud. “A estas alturas es demasiado para nosotros estar volteando con esa preocupación y teniendo que cargar agua de otros sitios”.
Esta familia consultó con Empocaldas, que les respondió que para instalar el acueducto debía poner 11 mangueras y cada una cuesta más de $150 mil, que no tienen cómo pagar, dijo Rosa Elena. Hace cuatro años la Alcaldía llevó el acueducto a varias veredas y otorgó las mangueras, pero en ese momento Rosa Elena y su esposo no vieron la necesidad, pues el agua les sobraba.
Impactados
Hace aproximadamente tres años en la montaña de en frente, en terrenos de Belén de Umbría (Risaralda), la hidroeléctrica Morro Azul construyó una central cerca a la vereda Caucayá y dejó a varias veredas sin agua, lo que hizo que la Corporación Autónoma Regional de Risaralda le suspendiera la licencia.
Para el caso de San José, varios habitantes de la zona atribuyen la ausencia de agua en los nacimientos, al proyecto vial que desarrolla Pacífico Tres, y que conectará a Antioquia, el Eje Cafetero y el Valle del Cauca hasta Buenaventura.
Veredas de San José que se habían caracterizado por ser ricas en agua, como La Ciénaga, La Estrella, Buenavista y La Libertad progresivamente han visto desaparecer sus fuentes hídricas. “Aproximadamente el 70% de las bocatomas que riegan agua para San José, Risaralda y Viterbo se han secado”, expresa Eddier Sánchez, concejal del municipio de Risaralda.
Argumentan
Los afectados señalan que en el proceso de subdrenaje para la construcción del túnel de Tesalia, en zona rural de San José, las aguas que antes llegaban a las veredas fueron filtradas hacia tubos que salen por las bocas del túnel, y que seguidamente caen en una quebrada en la que, según algunos habitantes, se echaban desechos de la construcción.
No solo estas veredas sienten peligro de quedarse sin agua. Según el exalcalde de San José Norbey Ospina, el agua que brotaba en veredas como Buenavista, se usaba como reserva para los municipios de San José y Belalcázar.
Los resguardos indígenas de la zona también se quedaron en sequía; sin embargo, pobladores sostienen que acordaron con la concesión Pacífico Tres que cada semana un carro tanque vaya a proveerles agua, lo que de manera parcial ha solucionado el problema, pues no tienen cultivos.
Jaír de Jesús Grajales, representante de la Junta de Acción Comunal de la vereda La Ciénaga, comenta que la concesión ha mencionado que el problema se debe a la deforestación. “Esto no es cierto, los guaduales y bosques de las veredas siguen intactos; también nos han dicho que es cuestión de sembrar más árboles, pero el agua no se siembra”.
Pérdidas
Andrés Felipe Montes, un joven emprendedor de La Ciénaga media, vive hace 20 años con su familia en la finca El Jazmín. “La finca es nuestro sustento de vida. Tenemos pollitos, cultivos de café, de plátano y cítricos”.
Cuenta que hace unos siete años, tras titularse como técnico en Producción Acuícola, inició su emprendimiento de cultivo de peces por medio de nuevas tecnologías y desde entonces ha sido su sustento económico y la razón por la que ha podido continuar estudiando.
La finca contaba con fuentes de agua constante, lo que le facilitaba el trabajo. “El agua era el recurso principal del emprendimiento, por lo que me ha afectado inmensamente esta situación. No se logran solventar los gastos, tuve que disminuir la siembra y he considerado cerrar”.
Andrés relata que tiempo atrás esa zona era piscícola, que cada predio contaba con al menos un lago de cultivo de peces. “En este momento todos han ido cerrando sus explotaciones, solo nosotros seguimos trabajando con peces, pero aparentemente tendremos el mismo fin de los vecinos, y en ese caso no solo se afectaría mi familia, sino tres personas más que laboran en la finca”, sostiene.
Otras afectaciones
En la vereda La Libertad no solo se vieron afectados por el agua, durante la construcción del túnel de Tesalia una planta de cemento fue ubicada al lado de la escuela de la vereda, por lo que, durante dos años, los niños y jóvenes tuvieron que estudiar en medio del ruido, materiales de construcción y vehículos de alto peso.
La planta usó como locación la única cancha comunitaria con la que contaba la vereda, que era además punto de reunión para toda la comunidad. “Ahí se realizaban campeonatos, se hacían ventas, era una zona de esparcimiento”, menciona Edilson Parra.
Tras un proceso legal que obligó a Pacífico Tres a trasladar la planta por el bienestar de los estudiantes, la cancha quedó dañada y sin posibilidad de uso.
Cafeteros en aprietos
Carlos Jaramillo, propietario de una finca en la vereda El Guaico, a tres kilómetros de La Libertad, sostiene que todos creen que el proyecto sea la razón de la baja en el agua, porque no hay otra cosa que lo justifique. “Antes del iniciar obras para el proyecto todo estaba bien, y ahora se nota la diferencia. En la zona donde estoy no es que se hayan secado por completo las fuentes de agua, han disminuido entre 30% y 40% Ahora en cosecha hemos podido beneficiar el café sin inconvenientes, pero porque el volumen de nuestro proceso no es muy alto. Pero en una época de verano y en esa proporción de agua, sí nos veríamos en problemas para beneficiar el café”.
Otro cafetero, Danilo Gutiérrez, de la finca La Mariana, agrega que hace más o menos cuatro años comenzaron a hacer las perforaciones en la zona, hasta donde iba a quedar el túnel, y que en ese momento comenzaron a sufrir con la reducción de agua en los nacimientos. “Si tuviéramos que usar el agua del acueducto para el beneficio, el café no sería negocio, pues en este proceso se pueden gastar entre 100 y 120 metros cúbicos dependiendo del tamaño de la finca. Tendríamos que pagar facturas muy costosas”.
Esto lo dice por experiencia, pues en temporadas de verano, que el agua desaparece por completo y se deben conectar al acueducto regional, ha tenido que pagar hasta $400 mil. “Les hemos dicho a los de Pacífico Tres para que paguen las facturas de la gente en tiempo de verano, porque ellos son los que están detrás de la vía, y la vía es la que les va a dar la plata, teniendo en cuenta que ubicarán un peaje”.
Habla Pacífico Tres
Santiago Pérez Buitrago, gerente de la concesión Pacífico Tres, afirma que han venido cumpliendo todas las previsiones y requerimientos establecidos en la licencia ambiental aprobada por la ANLA, y también en el estudio ambiental EIA. “Es necesario aclarar que desde el punto de vista ambiental un impacto y un daño son dos situaciones totalmente distintas”.
Agrega que en los estudios técnicos identificaron la posibilidad de encontrar fallas geológicas a lo largo de la construcción y que es posible que esas fallas generen reducción de caudales de aguas en el área de ejecución de las obras.
“Se viene trabajando con las comunidades y autoridades, para que, en caso de comprobarse un impacto ambiental de reducción de fuentes hídricas en las zonas vecinas a la construcción, se proceda a ejecutar el plan de activación de riesgo y las compensaciones correspondientes identificadas en la licencia ambiental, que implicaría la conexión al Acueducto de Regional de Occidente, que actualmente opera Empocaldas”, concluye.
Licencia con compromiso ambiental
Según la licencia ambiental otorgada por la ANLA a Pacífico Tres, para intervenir la montaña entre San José y Risaralda, el proyecto fue aprobado bajo el compromiso de compensación forestal por pérdida de biodiversidad.
Entre estos compromisos está compensar la zona hidrográfica del río Chinchiná y el río Cauca. De este último se desprenden las cuencas que alimentaban a los municipios de San José y Risaralda.
La ANLA explica que este compromiso debe cumplirse durante la vida útil del proyecto o hasta un año después, y que, hasta el momento, no se presentan fallas en el proceso.
Explicación del daño
La geóloga Deliana Cardozo, profesora de la Universidad Tecnológica de Pereira, que acompañó a la comunidad de Caucayó en su proceso con la hidroeléctrica Morro Azul, explicó de qué manera se dan estos daños hídricos.
“El agua se mueve a través del macizo rocoso, se concentra en ciertos sectores y en otros se escurre. Al romper el macizo rocoso y generar fracturas, se da un cambio en la movilidad de las aguas, incluyendo las superficiales que son las que se escurren en diferentes zonas naturales, entonces dejan de caer en las zonas donde lo hacían al darse un desbalance en el macizo rocoso”.
Sostiene que esto genera una cadena de impactos: se frena la producción o se hace más cara. La economía de los campesinos entra en crisis y optan por irse del lugar. “No se puede pretender lavar café o tener cultivos de peces con agua de acueducto”, menciona.
Voces de habitantes afectados
Edilson Parra, vereda Buenavista
Familias de veredas aledañas a San José y Risaralda se caracterizaban por ser caficultoras y por tener cultivos de piscicultura que han tenido que acabar. Para poder mantener el café nos toca recolectar aguas lluvia, pero en las épocas de veranos quedamos afectados.
Jhon Buitrago, vereda La Ciénaga Baja
Tuvimos que acabar con peces, con cerdos; no tenemos cómo beneficiar el café. La última alternativa sería emigrar, como ya lo han venido haciendo otras familias, y no es justo, llevamos toda la vida acá.
Socorro Gallego, vereda La Libertad
Muchas familias decidieron vender, y las que quedamos no estamos de acuerdo con que hagan un peaje, nos va a afectar la movilidad y el transporte de los productos que se cultivan.
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