MIGUEL ORLANDO ALGUERO
LA PATRIA | MANIZALES
LA PATRIA habló con Óscar Arturo Orozco Sánchez, miembro de la junta nacional de la CUT y líder de las movilizaciones en Manizales, sobre un mes de movilizaciones, la falta de representatividad del Comité Nacional y del local, y las intenciones de extender las protestas.
Un mes del paro
El Comité Departamental del Paro precisó que para hoy, cuando se cumple un mes del paro nacional, la movilización en la capital de Caldas empezará en el arco entre las universidades de Caldas y Nacional, para luego marchar por la Avenida Paralela y llegar a la Plaza de Bolívar.
¿Qué lectura tiene usted de este mes del paro que se cumple hoy, y el balance en Manizales?
El paro ha tenido el acompañamiento de muchos sectores que, aunque no se han sentido recogidos en esa estructura nacional, hemos venido acompañado y dándoles participación. Dos elementos fundamentales recojo: primero, la falta de competencia de la fuerza pública por la mala orientación y doctrina en el manejo, particularmente, de las garantías constitucionales en las movilizaciones. Como lo hemos dicho permanentemente se convoca de manera pacífica y garantizamos los corredores humanitarios. Segundo, la amplia participación de la juventud y adultos mayores que han salido las calles, que no ven oportunidades en este país y entendieron que era hora de salir a reclamar por sus derechos. Hoy más que un pliego, lo que se empieza a ver es un estallido de inconformidad y malestar, de cómo esta juventud considera que los proyectos de Gobierno de los últimos años no recogen sus propósitos, ni su visión de futuro.
¿Cuáles serían las razones de las amenazas que usted recibió por su liderazgo en las movilizaciones?
Hay definitivamente un interés de muchos sectores que promueven diálogos y conversaciones, pero que en la práctica sueñan que sus intereses no se vean afectados. Fuerzas oscuras dentro del establecimiento y por fuera de él, y por un discurso guerrerista. No hablo por mí, lo hago por los desaparecidos, muertos y judicializados, además de la cantidad de dirigentes sociales. Este es un país en el que no se respeta la diferencia. Queremos construir un gran acuerdo nacional, un pacto social en el que se reconozcan las necesidades de los de abajo, de los que no han tenido oportunidades. Vemos que la Constitución da herramientas para eso, la defendemos y asumimos la responsabilidad de señalamiento porque nosotros estamos construyendo el país.
Divisiones y rechazos
Ustedes como Comité Departamental asumen un liderazgo, pero se vio en la última marcha que algunos jóvenes no se sienten representados por los movimientos sindicales y obreros, ¿qué piensa sobre eso?
Es una situación natural. Entendemos que hay una juventud que viene reclamando unas dinámicas de participación y de luchas, que se cansaron de alguna manera de las movilizaciones y manifestaciones que no tuvieron resultados concretos. Respetamos sus manifestaciones, las recogemos, las valoramos e intentamos acompañarlos en lo posible. Hemos sido garantes como Comité del acompañamiento a muchas de las dinámicas que han implementado. Creemos que la protesta se tiene que respaldar en todos los escenarios, incluso el plantón y el bloqueo, pero le están dando un tratamiento de guerra y a los jóvenes los han estigmatizado. Nosotros respetamos la diferencia, eso es fundamental.
¿Por qué al Comité le ha faltado representatividad, liderazgo y contundencia para rechazar los actos de violencia que se han presentado, si se compara con el rechazo de ustedes al abuso y exceso de la Fuerza Pública?
El Comité Nacional, Departamental y el de Unidad están conformados por organizaciones debidamente legítimas. Están las dignidades de las cumbres agrarias, la minga indígena, el movimiento estudiantil, recogido en algunos sectores o plataformas. Es decir, los comités tienen representatividad. No hemos sido excluyentes en ningún momento, pero tenemos que considerar que efectivamente hay unas nuevas lecturas y realidades de una juventud que siente que no tiene futuro, que considera que hay precariedad en los escenarios de negociación. Nosotros hemos sido respetuosos de esas interpretaciones. Segundo, no hay un solo documento en el que un comité departamental o el Nacional haya convocado a actividades violentas, siempre hemos realizado actividades que tienen que ver con el marco de la protesta.
¿Y los bloqueos y daños?
Insisto en que las movilizaciones, las concentraciones y los bloqueos están permitidos por el ordenamiento jurídico internacional, garantizando los corredores humanitarios. Además hemos dicho que individualicen los actores violentes correctamente en el debido proceso por hechos vandálicos. Lo que no aceptamos son los montajes y los señalamientos injustificados e infundados. Lamentamos, obviamente, esos hechos que se dan en la movilización, eso lo tendrá que investigar la justicia y que paguen los responsables. Pero una cosa son los marchantes y acciones como un vidrio roto, y otra cosa son los 50 muertos y los desaparecidos, esos dónde están. El Estado es el que tiene que obrar como garante de la movilización y frente a estos hechos el Estado no responde.
Organización
¿En las ocasiones que han ocurrido disturbios en la ciudad, quienes convocan y organizan las marchas no aparecen en esos momentos, dónde están ustedes?
Las dinámicas de movilización tienen unas coordinaciones y se convocan con unas tareas, y se prevén eventualmente estos hechos. Tenemos un Comité Permanente de Derechos Humanos, a quienes se les ha atropellado y limitado en su ejercicio. Ese Comité ha permanecido en cada una de las actividades y se han desplazado con los manifestantes. Hemos participado en múltiples reuniones y hemos acompañado los procesos de judicialización en situaciones a veces traídas de los cabellos. Nosotros sí estamos, hemos brindado asesoría y acompañamiento. Los equipos de defensores y de la Personería han acompañado hasta donde las condiciones lo permiten. Creemos que el mero hecho de poner el Esmad en la calle genera confrontación, es un acto de provocación.
Las movilizaciones empezaron pidiendo tumbar la tributaria, ya eso pasó, al igual que la de salud, ¿cree que al seguir en las calles conseguirán más frutos y beneficios?
El paro arranca en una convocatoria que hicimos finalizando el 2020 para una primera movilización este año, pero por efecto de la pandemia se pudo coordinar para el 28 de abril. Tuvo como objetivo un pliego que se presentó en junio del año pasado en el que hablamos de la renta básica, inversión en salud, la defensa del sector agropecuario y de la seguridad alimentaria, el desmonte del Esmad y la implementación del trabajo por horas y la cotización a pensión por hora. En el marco de este debate se le antojó a Duque y a Carrasquilla presentar una reforma tributaria que generó más argumentos de la movilización. Como consecuencia de eso el Gobierno retira la tributaria y el proyecto 010 (salud), renuncia el ministro de Hacienda y la canciller, se retira el proyecto que pretendía regular las plataformas de transporte. Estos han sido logros.
Entonces siguen...
Hoy estamos diciendo que necesitamos un documento de garantías para la movilización y mesas temáticas para abordar el pliego de peticiones. El paro y las negociaciones con el Gobierno se mantienen. Las dinámicas son complicadas porque generan desgaste, pero la movilización tiene que mantenerse.
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