LA PATRIA | MANIZALES
Sebastián González Ortega, alias Cepillo, tiene 33 años, es del barrio El Carmen, de Manizales, y está encerrado en la cárcel La Picota (Bogotá). Ha confesado 34 homicidios, la mayoría en Villamaría y la capital caldense, tras su paso por las Auc del Cacique Pipintá.
“Quienes me contrataron tienen poder político. Acá donde estoy he recibido amenazas y sé que ofrecen $200 millones por mi cabeza, porque hay políticos que temen que se sepa la verdad. Presenté una tutela para que me cambien del patio 15 al 16, la gané, pero tocó montar desacato esta semana”, contó Cepillo.
Añadió que, conforme a la gravedad y magnitud de sus hechos, brindó información valiosa para judicializar a una pluralidad de personas que se encuentran comprometidos en la comisión de aproximadamente 30 homicidios en Manizales.
“Se hizo para obtener beneficios en cuanto a reducción de las penas; dando a conocer quiénes fueron los autores determinadores, intelectuales y materiales que cometieron tales actos criminales. Luego de eso empecé a recibir amenazas. En el 2013, con ayuda de la Fiscalía Primera Especializada de Manizales, fui trasladado a Bogotá. Se aproximan nuevas indagaciones para continuar entregando información concerniente a esas muertes y por eso me quieren callar”, anotó
Incluso, Nelson Loaiza Alzate, fiscal 21 seccional de Caldas, solicitó avalar el traslado porque la contribución de Cepillo a algunos hechos es muy importante.
Llegó a las Auc del Cacique Pipintá a los 17 años, según él, de la nada, por las malas amistades. “Acá encerrado es donde uno se da cuenta del tiempo perdido, de la familia que se va. Descuento pena en tejares y tejidos, antes lo hice en inglés”.
Y añadió que empezó cargando el armamento porque al menor de edad no lo requisaban. “La gente del Estado nos ponía trabajo, éramos contratados por varias personas del poder político de la región para cometer homicidios. Matamos al mejor investigador del CTI, a un señor reconocido de Villamaría, entre otros. Tengo varios procesos, algunos con 3 o cuatro crímenes a la vez. Mi primer muerto fue en Chipre. No nos decían por qué había que matar, solo que disparáramos y ya. Era un simple trabajador que recibía órdenes”.
Ha pasado por las cárceles de Manizales, Calarcá, La Picaleña, La Dorada y ahora en Bogotá. Contó que más adelante se cantarán más casos, donde hay gente reconocida involucrada y quizá por eso cree que están dando dinero por matarlo.
“Llevo 9 años acá en La Picota. Estoy esperando la acumulación de penas por todos los homicidios. Acá la situación es dura, toca salir adelante y saber que cometí errores. Con la llegada de otras personas a este patio me enteré de que me quieren matar, que afuera, en las calles de Bogotá, hay una señora que tiene la plata para pagarle a quien me haga la vuelta”.
¿Por qué es más seguro el patio 16 que el 15? Al primero, por ser nivel uno, llegan personas que no se meten con nadie, “clasificadas”. En el 15 meten a todo el mundo, detenidos que llegan de calabozos, problemáticos, consumidores, con antecedentes.
“Temo por mi vida, la Policía Judicial puede indagar en los patios y verá que es verdad. Sé que cometí daños, hice cosas malas, pero había personas que murieron porque eran perjudiciales, otras cayeron por señalamientos del Estado. Personas de Manizales y Villamaría dieron las órdenes, pero por ahora no se pueden dar nombres, pero las investigaciones se adelantan. Lo único es que están ahora en la política, los que me quieren callar están afuera, tienen grandes cargos. Si me quieren silenciar, la embarraron, porque estoy a disposición de la Fiscalía para ahondar en todo sobre ellos”.
Sobre si le están pagando para señalar personas por la proximidad de la época electoral, Cepillo respondió que no, porque esas personas están vinculadas en procesos con él, que no tiene por qué decir mentiras. “Estaba callado, pero ofreciendo plata por mí, me hacen romper el silencio. Si vamos a jugar así, así jugaremos. La política me quiere muerto”.
“Sé que dirán: que se pudra, que se muera, es una porquería, no sirve para la sociedad, que lo maten, les pido perdón a las víctimas. Detrás de uno hay gente de corbata, no soy nadie ahora, soy un peón, pero estoy arrepentido y resocializado. En ese tiempo era un niño”, Cepillo.
*Escuche hoy la entrevista completa en LA PATRIA Radio 1540 A.M. a las 7:30 a.m.
Las penas de Cepillo sumarían unos 200 años por 34 crímenes. Por ejemplo, fue condenado a 43 años de prisión por 18 homicidios que cometió entre el 2008 y el 2009 en Manizales y Villamaría.
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