LA PATRIA| MANIZALES
Que la mayoría de los casos de abuso sexual con menores ocurran en sus entornos más cercanos tiene un común denominador: la confianza. Precisamente, por eso, suele ser tan difícil identificar a tiempo una situación de riesgo.
De las cosas que el agresor desarrolla en el proceso de abuso es la confianza, tanto con su víctima, como con los cuidadores de esta.
Su objetivo es generar una atmósfera en la que sus intensiones pasen desapercibidas y logren ganar espacios de privacidad donde, finalmente, puedan quedarse a solas con el menor de edad.
Los agresores siempre buscan ganarse la confianza, intentan ser muy cercanos, se inventan actividades lúdicas y recreativas con el propósito de compartir mucho tiempo con su víctima; tienden a ser muy cariñosos y suelen dar regalos sin motivo alguno. También se valen de guardar secretos o de darles dinero como una forma sutil de manipularlos y extorsionarlos. Por eso evite que se repita la siguiente historia.
El hombre no solo acabó su relación con la mujer que compartió durante un par de años, sino que dañó la vida de una de las dos hijas de su expareja.
El caso ocurrió en el 2020. El tipo, natural del barrio Villahermosa, terminó con su novia y le pidió poder ir a la casa a recoger sus cosas. Ella lo autorizó y el hombre, acompañado de un sobrino, acudió a la vivienda.
Al parecer, sus intenciones no eran las mejores. Ya dentro de la estructura le dijo a su acompañante que fuera a a tienda a comprar unas cosas. Aprovechó la soledad y se metió a la habitación de la hija de su ex, de 13 años, la sujetó de las manos, le tapó la boca y la violó. Le hizo jurar que no contaría nada. La adolescente estaba sola porque su hermana salió a un mandado y se quedó jugando en la calle.
Días después, la madre de la víctima, al notar cambios en el cuerpo de su hija, le indicó que la llevaría a a consulta médica. En ese momento la afectada decidió contarle a su hermana lo sucedido y de pasó le advirtió que creía que estaba embarazada.
Efectivamente, la menor tenía siete semanas de gestación y se tomó la decisión de interrumpir el embarazo. Además, para judicializar al supuesto abusador, se comprobó que la adolescente nunca había tenido relaciones sexuales consentidas.
En la audiencia de formulación de acusación esta semana no aceptó los cargos. La Fiscalía indicó que se hizo un cotejo de ADN con el feto y que ya se tienen los resultados del laboratorio de genética de la regional Cali de Medicina Legal, para determinar si coincide con el del señalado. Se conocerán en juicio.
El señalado sabía la edad de la adolescente, pues cuando se emparejó con la señora le preguntó y ella le dijo que tenía 12 años.
El procesado no aceptó cargos. Le hablaron de una pena de 12 a 20 años de prisión.
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