LA PATRIA | MANIZALES
José Gildardo Orrego Suárez, alias Caresucio, y Diego Rincón González, alias Rubelio, dejaron una triste huella en La Galería de Manizales, donde operaron como parte de una banda dedicada al microtráfico y al homicidio.
Estaban procesados por concierto para delinquir, desde el 2012, pero el Juzgado Penal del Circuito Especializado de Manizales no halló méritos para condenarlos. Sin embargo, los magistrados del Tribunal Superior de esta ciudad sí los encontraron y les dieron de a ocho años de prisión. La multa fue de mil 530 millones 90 mil.
La Fiscalía narró que entre finales del 2011 y febrero del 2012, en la calle 21, entre carreras 17 y 18, la Dijín obtuvo información relacionada con la existencia de un grupo dedicado al tráfico, fabricación y porte de estupefacientes, homicidios y concierto para delinquir. Entre sus integrantes lograron identificar a Caresucio y Rubelio.
Investigaciones
Con dicha información se expidieron órdenes de interceptaciones telefónicas, registros y allanamientos a diferentes inmuebles ocupados por los integrantes del grupo, que condujeron a lograr la aprehensión de estos dos personajes.
Entre el 16 y el 17 de agosto del 2012, una jueza realizó la audiencia preliminar, en la que declaró la legalidad de la diligencia de allanamiento y registro, así como las capturas. Les imputaron concierto para delinquir agravado en la modalidad de narcotráfico y homicidio, por integrar una organización contraria a la ley. No aceptaron y los mandaron para la cárcel. El juicio oral se desarrolló entre el 19 y 23 de mayo del 2014 y culminó con absolución, por dudas.
El ante acusador apeló y recordó las interceptaciones telefónicas a seis números móviles en las que hablaban los dos implicados.
“De forma especial en lo que se refiere a la muerte del aguacatero Carmelo de Jesús Gómez Díaz, de 47 años, estimado como un aporte hecho por Caresucio a la organización criminal, con participación de Rubelio. Se evidenció el seguimiento que le hicieron a la víctima y que por celular informaron que esa persona estaba en otro lugar”.
Muerte
Al aguacatero lo ultimaron en el barrio San José el 24 de junio del 2012. En su apelación, la Fiscalía expresó que los acusados interactuaban con la organización y se encargaron de informar todo lo que pasó durante y después de los hechos en los que fue muerto en forma violenta el vendedor, como una agrupación, cumpliendo funciones específicas dentro del clan.
“Esa organización ha perdurado en el tiempo, pues coexiste de época anterior y solo hasta el 2012 quedó en evidencia, dadas las investigaciones realizadas en su contra, cuando se dedicaron a dar muerte a un número considerable de personas, en compañía de otros integrantes. Entre ellos Jhon Eduar Benavidez, alias Piolín, el 9 de mayo del 2012; José Hernán Vargas, el 27 del mismo mes y año; Carlos Andrés Rodríguez Villada, alias Pánico, asesinado el 12 de diciembre de 2011; y el aguacatero. En todos ellos fue determinador Carlos Alberto Martínez Muñoz, alias Caliche, con la colaboración y apoyo de el Mono, Carisucio y Rubelio”.
Esto lo obtuvieron de los seguimientos telefónicos y de una fuente humana: un miembro más de la organización y con alto grado de confianza dentro de los líderes.
Para el Tribunal, las interceptaciones telefónicas sí resultaron concluyentes para un juicio de responsabilidad más allá de toda duda razonable. Además, ordenó investigarlos por la muerte del aguacatero, pues se les condenó por hacer parte de la banda.
Una interceptación
Alias Caliche. Cuéntemelo.
Alias Caresucio. No ha venido nadie por ahí, eso está solo.
Caliche. ¿Verdad?
Caresucio. No ha venido nadie, no hay nada, no hay verdes, no hay nada.
Caliche. Hay jueputa y eso.
Caresucio. Nada, ni ha venido nadie donde ese man nada, ha estado fresco andando puai paca (sic).
Caliche. Sí, voy a cuadrarle ahorita por la tarde, haber si depro (sic).
Caliche. Que si usted más o menos no sabe a qué horas se va el que sabemos.
Caresucio. A la 1:30.
Caliche. Pa ellos decirle a aquellos que estén por ahí a la 1:00.
Caresucio. En cinco o diez minutos salgo, porque ya le quedan como cinco aguacates y mientras que amarra el puesto eso es todo.
Caliche. Me timbra apenas salga.
Caresucio. Es suyo. Chaqueta azul, chaqueta negra con una bolsa en la mano.
Caliche. Lista la vuelta.
Caresucio. Todo full.
Caliche. No se ha escuchado sobre esa piña mala.
Caresucio. No, no, no, porque es que yo me vine.
Caliche. Bueno pues, ya me llamó el muchacho y me dijo que ya. Usted no tiene un familiar conocido por ahí cerquita, para ver qué le cuenta.
Caresucio. Pues yo ahorita que iba pasando por ahí vi la patrulla con un poco de gente ahí. Se dañaron tres piñas: por la cabeza, por el cogollo (disparos).
Caliche. Tres goles, tres goles, lleva tres goles (balazos).
Rubelio. ¿Sí?
Caliche. Sí, hicieron 3.
Rubelio. A bueno papi.
Caliche. De todos modos como yo estoy por acá encerradito, no tiene la formita de averiguar si el partido está bueno, si fue ese jugador.
Rubelio. Sí, ya. Lo hizo él.
Caliche. Tómese entonces media por allá de alegría.
*Caliche
Carlos Alberto Martínez Muñoz, alias Caliche, Luna o Lunarejo, reconoció sus condenas por los delitos de concierto para delinquir agravado para el tráfico de sustancias alucinógenas, aceptando incluso la venta de las sustancias en el sector de las galerías para las fechas señaladas en el proceso. Igual la responsabilidad en la muerte de Carmelo de Jesús Gómez Díaz, mostrando como autor a Fernando
Carvajal Rojas, alias Mono o Jhon, también condenado. Contó que asesinaron al aguacatero porque señaló a Caliche como objetivo para que comercializadores de alucinógenos de Pereira le dieran muerte y así apoderarse del negocio en La Galería.
*Culebro
Alias Culebro lleva siete años recluido en la cárcel La Blanca, por procesos penales como tráfico de estupefacientes y lavado de activos. Hace parte de la organización Los de la montaña y en su momento controló todo el negocio ilícito de la Galería, desde donde se ejerce el poder delincuencial en Manizales. Está pagando 12 años. En agosto del 2019 le aplicaron extinción de dominio a ocho bienes, tasados en $1.513 millones, pertenecientes a su aparato financiero.
*Guacamayo
En marzo del 2018, a alias Guacamayo lo detuvieron en Bogotá. Hacía parte del brazo armado de Hernando Ríos Valencia, alias Culebro, jefe de al menos 38 criminales y cabecilla de una organización dedicada al tráfico de estupefacientes, especialmente en La Galería.
*Carisucio
Era un reconocido comerciante de la Galería, propietario del negocio Piñas y más Piñas. Lo capturaron el 12 de agosto del 2012 junto con otras 18 personas.
*Rubelio
Prestamista, sostenía relaciones sentimentales con la compañera permanente de Carmelo de Jesús Gómez Díaz. Las investigaciones arrojaron que Carisucio y Rubelio pertenecían a la banda de alias Culebro, Guacamayo y Caliche.
“Se desempeñaban como informantes, camuflados en puestos de ventas de frutas y el otro como prestamista, labores que alternaban con otras actividades como la de vigilar y seguir a las víctimas”. Tribunal.
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